Publicado en El Espectador, Mayo 21 de 2015
Burrus, Virginia (2004). The Sex Lives of Saints. An Erotics of Ancient Hagiography. University of Pennsylvania Press
Haskins, Susan (1993). Mary Magdalen. The Essential History. London: Pimlico
Rubio, Mauricio (2012). "Las Marías y sus seguidores". El Malpensante, Agosto
Rubio, Mauricio (2013). "La tradición cristiana de uniones homosexuales". El Espectador, Enero 23
Spencer, Colin (1995). Histoire de l'homosexualité. De l'antiquité à nos jours. Le Pré aux Clercs
Vanguardia.com (2015). "La homosexualidad no es pecado": monseñor Córdoba. Mayo 14
Ward, Benedicta (1987). Harlots of the Desert. A Study of Repentance in Early Monastic Sources. Kalamazoo, Michigan: Cistercian Publications
Según monseñor Juan Vicente Córdoba,
“no sabemos si María Magdalena era lesbiana, pero parece que no porque
bastantes pasaron por sus piernas”.
Así adornó hace unos días el obispo de
Fontibón su apreciación de que la homosexualidad no es pecado y su respaldo al
matrimonio igualitario. “Yo les digo hermanos homosexuales y lesbianas: cuando
se casen tengan hogares bonitos”. Mencionando a Magdalena y pidiendo que esas
familias “tengan lo que nosotros llamamos la fidelidad”, puso el foco en un
punto tercamente silenciado por los gays: la promiscuidad.
Con el papa Francisco, algunos prelados
se volvieron incómodos interlocutores del activismo LGBT pues dejan sin piso el
discurso del odio a las diferencias. Monseñor Córdoba ratificó el principio que
más ha contribuido al avance de los derechos de las minorías sexuales -“nadie
escoge ser homosexual”- y aceptó que “ninguno de nosotros tiene la verdad”. Empeñados
en ver el asunto como un silogismo jurídico, los activistas ya son más
dogmáticos que los conservadores. Si se empieza a escarbar la cantera de
escritos cristianos sobre amor y sexo, su desventaja en conocimiento será cada
vez mayor. La Iglesia sabe más de homosexualidad que cualquier institución, sin
haber hecho público lo conocido y sin haber analizado sus fuentes bajo ese
prisma.
La alusión a la Magdalena fue oportuna.
Es la mejor conocida de las prostitutas convertidas, más pertinentes y
realistas que la esclava sexual del discurso feminista. Entre ellas hay
despechadas, promiscuas que no cobran, abusadas, confundidas e iniciadas en el
oficio por un romance o una violenta seducción. Con sólo verla, el obispo Nonno
quedó enamorado de Pelagia: “deberíamos volvernos pupilos de esa mujer lasciva”.
También conocida como Marganito, se convirtió en el monje Pelagios y no se supo
si era mujer, trans o eunuco hasta su muerte.
María Magdalena era de familia noble y
se casó con Juan Evangelista. En honor de ellos se celebraron las bodas de Caná
y en ese ágape el novio decidió abandonarla para seguir a Jesús. Despechada y
resentida, "se volvió una prostituta común". Si, como sugirió monseñor
Córdoba, algunos apóstoles pudieron ser gays, ese rompimiento fue una salida
del armario in extremis con el consecuente desenfreno carnal de la damnificada,
que bien pudo incluir mujeres.
La literatura cristiana sobre
prostitutas es interesante no solo por el contenido sino por su auditorio
inicial. Los lectores eran atormentados religiosos que luchaban en los
monasterios por mantener sus votos de castidad. En esa curiosa mezcla de
erotismo con manual de superación, casi siempre había un monje que, haciéndose
pasar por cliente, averiguaba morbosamente el pasado de la pecadora para salvarla.
No es la única minoría sexual sobre la cual debe haber testimonios detallados.
Los ataques iniciales del cristianismo
a los homosexuales fueron parte de una campaña contra la promiscuidad de los
poderosos con hombres y mujeres jóvenes. Dos condenados a muerte por
homosexualidad bajo Justiniano en el año 521 eran obispos. Ese emperador,
casado con la antigua prostituta Teodora, cerró burdeles y persiguió el
comercio venal. La pederastia, cuya condena dependía del testimonio de un
esclavo o sirviente, acabó siendo utilizada para hundir enemigos políticos.
Pero originalmente se consideró que los adolescentes, iniciados en prácticas
homosexuales con adultos desde los diez años, debían ser protegidos. Juan
Crisóstomo recomendó confiar su educación a los monjes, pensando ingenuamente
que así erradicaría los abusos. Basilio de Nisa ordenó para los religiosos
responsables de "comportamientos inadecuados" las mismas penas de los
adúlteros. Siendo faltas equivalentes, igual castigo recibían las prostitutas
que enfrentaban una dura competencia: "las visitan con tan poca vergüenza
como frecuentan a otros jóvenes... Podemos temer que las mujeres se volverán
inútiles si en todos sus oficios son reemplazadas por hombres jóvenes"
anotaba Crisóstomo. Sólo varios siglos después la prostitución se consideró un
mal menor que ayudaba a prevenir, entre otros pecados, la homosexualidad. Colin
Spencer, historiador gay, anota que fue una élite minoritaria la que
estigmatizó el amor homosexual adulto por razones misteriosas, hasta
histéricas. El mismo San Agustín, promiscuo convertido en predicador acérrimo
de la castidad, confesó su amor por un hombre.
Si el activismo gay algún día revisa
escritos cristianos, en los que hay hasta matrimonios homosexuales, tendrá que
abordar el espinoso tema de la promiscuidad. Con la Iglesia, el asunto no será
complicado: Magdalena, Pelagia, Thais y muchas otras que se acostaban con
cualquiera fueron asimiladas. Monseñor Córdoba retomó la recomendación
milenaria de redimir la lujuria con el matrimonio. Pero enemigos de verdad,
como el VIH, no condonan la irresponsabilidad y el desenfreno sexuales.
Continúa.
REFERENCIAS
Burrus, Virginia (2004). The Sex Lives of Saints. An Erotics of Ancient Hagiography. University of Pennsylvania Press
Haskins, Susan (1993). Mary Magdalen. The Essential History. London: Pimlico
Rubio, Mauricio (2012). "Las Marías y sus seguidores". El Malpensante, Agosto
Rubio, Mauricio (2013). "La tradición cristiana de uniones homosexuales". El Espectador, Enero 23
Spencer, Colin (1995). Histoire de l'homosexualité. De l'antiquité à nos jours. Le Pré aux Clercs
Vanguardia.com (2015). "La homosexualidad no es pecado": monseñor Córdoba. Mayo 14
Ward, Benedicta (1987). Harlots of the Desert. A Study of Repentance in Early Monastic Sources. Kalamazoo, Michigan: Cistercian Publications