Publicado en El Espectador, Junio 15 de 2017
Un inventario de la voluminosa literatura que desafía el mito de las mujeres traficadas:
Agustín, Laura (2008). Sex at the margins. Migration, Labour, Markets and the Rescue Industry. London NY: Zed Books
Aldama, Zigor (2004). Asia, burdel del mundo. Bilbao : Editorial Elea
Burdett, John (2004). Bangkok 8. London : Corgi
Davidson, J y S.J. Taylor (1994). Sex Tourism–Thailand. ECPAT. Citado por Thorbek (2002) p. 33 y 34
Houellebecq, Michel (2001). Plateforme. Paris : Flammarion
Ratanaloan Mix, Parpairat (2002). “Four cases from Hamburg” en Thorbek & Pattanaik (2002) pp. 86 a 99
Rubio, Mauricio (2010). Viejos verdes y ramas peladas. Una mirada global a la prostitución. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. Versión digital
Ruenkaew, Pataya (2002). “The Transnational Prostitution of Thai Women to Germany: A Variety of Transnational Labour Magration?” en Thorbek & Pattanaik (2002) pp. 69 a 85
Thorbek, Susanne & Bandana Pattanaik (2002) Ed. Transnational prostitution. Changing global patterns. London : Zed Books
El escenario de viejos verdes adinerados
que explotan sexualmente jóvenes del tercer mundo desafía consideraciones
geriátricas mínimas, y alguna evidencia.
Los envejecidos varones del mundo
desarrollado se están retirando de sus trabajos, del mercado de parejas, y del
sexo. El impulso tardío que puede darles el Viagra destaca la desatinada
preocupación del feminismo por unos supuestos abusadores, cuando en realidad se
trata de una masa creciente de machos sexagenarios casi impotentes. Formateados
como cristianos o puritanos, son tan inofensivos que, en la cuesta de la
tercera edad, requieren ayudas artificiales para satisfacer sexualmente a su pareja,
cuando la tienen. Están tan domesticados que en el verano se echan en una playa
sin siquiera mirar lascivamente los senos desnudos que se asolean a su lado. Es
absurdo el afán por multarlos cuando contratan servicios sexuales de mujeres
que por lo general los atienden y consuelan voluntariamente. Quienes acuden al
segmento callejero y precario del mercado, el de víctimas de las mafias de
traficantes, con frecuencia son inmigrantes ilegales, como ellas.
En su novela Plataforma, Michel Houllebecq señala que para la miseria sexual de
los varones occidentales Tailandia ofrece dos paliativos: la destreza de sus
prostitutas y, por otro lado, las mínimas exigencias y expectativas que las
mujeres le imponen al matrimonio, con el consecuente atractivo de los europeos
como eventuales compañeros estables. El escritor inglés John Burdett los denomina
“refugiados del feminismo” y señala que entre ellos hay gran demanda no sólo
por sexo pago efímero sino por relaciones duraderas. Hombres poco apreciados en
sus países son valorados por "mujeres thaï felices de encontrar a alguien
que simplemente haga su trabajo y espere volver a su hogar” cada día.
Estas circunstancias concuerdan mejor
con los testimonios que el turismo sexual de ancianos pedófilos con jóvenes
sometidas a la explotación sexual. Y es más consistente con la demografía de
los países industrializados. Un pensionado alemán confiesa que “yo no soy
pesimista, pero Loi es 25 años menor que yo… Es lo mejor que me ha podido
pasar. Echo de menos a mis hijos, por supuesto; pero he encontrado algo que ha
hecho mi vida mil veces mejor de lo que nunca pensé que podría ser”. También es
común el abuelo que no se atreve a emigrar pero manda con regularidad pequeñas
sumas de dinero a una tailandesa mucho menor y le escribe recomendándole que
deje de ir al bar, que se cuide del Sida, que próximamente le enviará algunos
regalos. “Mientras tuve dinero todo funcionó bien. Ella podía gastarlo”, anota
un despechado. Compró casa y carro que su nueva novia hipotecó y vendió;
después, al retirarse de su trabajo, ella lo dejó. “En Tailandia, el dinero es
el gran afrodisíaco. Lo he pensado a menudo en los bares. Me gustaría saber que
harían conmigo si no tuviera nada”. Resulta desconcertante por lo ingenua y
descarada la actitud de estos señores que van al otro lado del mundo a comprar
amor y, tras visitar bares y salas de masaje, se dan cuenta de que a las
mujeres lo que les interesa es el dinero, que sus sentimientos no son una mercancía,
y se sienten deprimidos, frustrados, hasta engañados.
También hay solteros que van a
divertirse y para quienes el juego es simple: buscar gangas para mucho sexo
variado y barato. Ambas cohortes coinciden en que las prostitutas tailandesas
son “más afectuosas, leales, inocentes y naturales” que las mujeres
occidentales, o al menos eso les hacen creer. También es claro para ellos que
allí la disponibilidad de sexo la facilita la pobreza de las mujeres comparada
con el poder adquisitivo de los clientes. De todas maneras, los reconforta sentir
que atraen a esas agraciadas jóvenes, sin importar edad ni apariencia. Sin
embargo, no saben manejar el acercamiento. El hechizo se empieza a romper, y
las relaciones a deteriorarse, cuando ellas cuentan sus historias y hablan de
sus proyectos.
El sexo comercial no altera
los planes esenciales de vida de buena parte de las prostitutas tailandesas:
casarse y formar una familia, aspiraciones típicas entre mujeres con escasa
educación en sociedades patriarcales. Lucy, joven prostituta entrevistada por
un periodista español, anota que "a mi no me gusta fuck fuck. Quiero tener
un marido que me cuide, y tener hijos. Pero es muy difícil. Los chicos no
quieren casarse con una prostituta. Quieren chicas vírgenes que no sepan fuck
fuck". Con los años, un viejito europeo con más ahorros que prejuicios, que
la aprecie como es, podría ser una buena opción para Lucy. A pesar de algunas
similitudes, la variante de estos romances con clientela femenina es otro
cuento.
Un inventario de la voluminosa literatura que desafía el mito de las mujeres traficadas:
Agustín, Laura (2008). Sex at the margins. Migration, Labour, Markets and the Rescue Industry. London NY: Zed Books
Aldama, Zigor (2004). Asia, burdel del mundo. Bilbao : Editorial Elea
Burdett, John (2004). Bangkok 8. London : Corgi
Davidson, J y S.J. Taylor (1994). Sex Tourism–Thailand. ECPAT. Citado por Thorbek (2002) p. 33 y 34
Houellebecq, Michel (2001). Plateforme. Paris : Flammarion
Ratanaloan Mix, Parpairat (2002). “Four cases from Hamburg” en Thorbek & Pattanaik (2002) pp. 86 a 99
Rubio, Mauricio (2010). Viejos verdes y ramas peladas. Una mirada global a la prostitución. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. Versión digital
Ruenkaew, Pataya (2002). “The Transnational Prostitution of Thai Women to Germany: A Variety of Transnational Labour Magration?” en Thorbek & Pattanaik (2002) pp. 69 a 85
Thorbek, Susanne & Bandana Pattanaik (2002) Ed. Transnational prostitution. Changing global patterns. London : Zed Books