Publicado en El Espectador, Septiembre 21 de 2017
Con tantos
disparates de la teoría de género, y un debate inexistente, no es fácil
mantener la sensatez en las políticas hacia la población transgénero.
Martin
Pointing, un cincuentón padre de tres hijos decidió volverse mujer. La particularidad
de este caso de transgenerismo tardío es que se trataba de un violador
reincidente, condenado a cadena perpetua, que logró su traslado a una cárcel de
mujeres con nueva identidad: Jessica Winfield. Difícil concebir un mejor
paliativo para las cuitas de un atacante sexual condenado a vivir tras las
rejas por el resto de sus días.
A pesar de
haber tenido una operación de cambio de sexo, Jessica no se detuvo en
pormenores genitales para su cambio de género y conservó su apreciado miembro
viril. Existen varios tipos de cirugías para mujeres trans, tales como
feminización facial, implante de senos o disminución de la apariencia de la
manzana de Adán. Como las operaciones de Jessica fueron pagadas por la sanidad
pública, algunas víctimas de violación protestaron. El grupo Voice4Victims trinó que “el violador
tuvo un cambio de sexo con fondos del NHS (Servicio Nacional de Salud) mientras
las víctimas luchan por tener acceso a tratamiento de soporte y recuperación”.
Para la
militancia, lo que importa es cómo se siente la persona trans. Un blog sobre
“educación sexual para el mundo real” anota que si alguien conserva algo que
“parece un pene”, bien puede pensar “que es su clítoris, y querer que su pareja
lo llame así, o que lo toque como si lo fuera”. No se sabe si ese fue el caso
de Jessica quien, como temía la administración del penal femenino al que fue
transferida, actuó de manera más acorde con su pasado masculino que con su
nuevo rol femenino: empezó a acosar sexualmente a sus compañeras, por lo que
fue aislada dentro de la prision. Una de sus víctimas considera “diabólica” la
situación y con mucho tino anota que “él pudo cambiar físicamente, pero su
cerebro es el mismo”. Implícitamente sugiere que entre la sexualidad de las
mujeres trans y la femenina existe un abismo que el discurso de la identidad de
género ha silenciado.
No es la
primera vez que, en el Reino Unido, un hombre condenado logra su traslado a una
cárcel de mujeres. En 1999, John Pilley, secuestrador de una conductora de
taxi, también en cadena perpetua, fue el primer preso inglés en lograr una
operación de cambio de sexo para identificarse como Jane Anne. En 2006, con
tupida barba, decidió volver a ser hombre y esperaba tener otra operación de
cambio de sexo a cargo del NHS.
Dadas las
obvias ventajas del transgenerismo carcelario, se puede sospechar que Jessica
Winfield no será el último caso. La publicación de la noticia indignó a la
militancia trans. Pink News considera
ofensivo, horripilante, el misgendering:
referirse a ella como padre, como hombre y, encima, insistir que con su
identidad de género anterior fue violador reincidente. Recalca que el deadnaming –seguir usando el nombre
original de una persona transgénero- es otra forma de discriminación y anota
que “tener un pene no es lo que hace que alguna gente intente violar”, ni
siquiera si ya lo hizo repetidamente.
En el Reino
Unido, por ley, las personas trans detenidas deben estar en un establecimiento
que corresponda a su “certificado de reconocimiento de género”. Tras la muerte
de Vikki Thompson, mujer trans que se suicidó en una cárcel masculina, el
gobierno anunció cambios en su política: propone que baste la auto
identificación. A pesar de que un jurado consideró que no había razón para
trasladar a Vikki a una cárcel femenina, el abogado y académico activista
Stephen Whittle, nacido mujer, opina que no debería importar que ella no
hubiera empezado tratamiento de cambio de género: “la reasignación es social,
no médica, así que ella ha debido ser tratada como cualquier otra mujer joven
enviada a prisión”.
Miranda
Yardley, feminista trans nacida hombre que conserva el polo a tierra y sentido
común, considera inaudito que cuestiones como el misgendering y el deadnaming
sean tanto o más importantes que preocuparse por las mujeres violadas, obligar
a otras a convivir en la misma prisión con hombres y algo tan sencillo como “el
derecho a poder decir la verdad”.
En los
EE.UU. Gender Identity Watch se
dedica a seguir incidentes que “borran la identidad femenina”. Entre los casos
más chocantes están el de James Wolfe, violador de una niña de 8 años y el de Ronny
Darnell también condenado por abusar repetidamente de otra de 13. Ambos se
identifican ahora como mujeres y demandaron a quienes los mantiene
encarcelados. Perdón, encarceladas, por violadoras.
BBC (2017). “Transgender rapist moved to women's prison after sex change”. BBC News, March 21
CJ (2009) “Male-to-female gender changes and sexual functioning”. Scarleteen
Faye, Shon (2017) “If you really want women to be safe in prisons, it's not transgender prisoners you need to be wary of”, Independent, Sep 11
Jackman, Josh (2017). “The Mail’s coverage of a transgender rapist is predictably horrifying”. PinkNews, Sep 8
Joseph, Anthony (2017). "Transgender rapist who was moved to women-only jail despite still having a penis s segregated after making unwanted sexual advances on female inmates". MailOnline, Sep 6
Mirror (2012) “Sex-change Jane wants to be John again”. Mirror.co.uk, Feb 2
TG (2017) “Transgender woman at male prison did not mean to kill herself, jury finds”: The Guardian, May 19
Yardley, Miranda (2017). “This Is An All-Out Political War: The Gender Recognition Act and Beyond”, Sep 14
Burrell, Ian (1999) “Murderer to get sex swap on the NHS”. Independent, March 12
CJ (2009) “Male-to-female gender changes and sexual functioning”. Scarleteen
Faye, Shon (2017) “If you really want women to be safe in prisons, it's not transgender prisoners you need to be wary of”, Independent, Sep 11
GIW (2014) “Darnell v. Jones (2014) - Prison Litigation”. Gender Identity Watch, Sep 26
Jackman, Josh (2017). “The Mail’s coverage of a transgender rapist is predictably horrifying”. PinkNews, Sep 8
Joseph, Anthony (2017). "Transgender rapist who was moved to women-only jail despite still having a penis s segregated after making unwanted sexual advances on female inmates". MailOnline, Sep 6
Mirror (2012) “Sex-change Jane wants to be John again”. Mirror.co.uk, Feb 2
TG (2017) “Transgender woman at male prison did not mean to kill herself, jury finds”: The Guardian, May 19
Yardley, Miranda (2017). “This Is An All-Out Political War: The Gender Recognition Act and Beyond”, Sep 14