Publicado en El Espectador, Mayo 9 de 2019
Akerman, Yohir (2019). “La JEP funcionando”. El Espectador, May 5
EE (2017) “Los 18 elegidos para ser magistrados de las salas de la JEP”. El Espectador, Sep 26
EE (2019) "La JEP ordena la captura de El Paisa". El Espectador, Abr 26
EE (2019). “Martha Lucía Zamora renunció a la JEP”. El Espectador, Mar 8
ET (2018). “Las razones de Yesid Reyes para renunciar a la JEP”. El Tiempo, Jun 22
Hernández Mora, Salud (2017). “El 'Paisa’ me violó a los 11 años y me obligó a abortar tres veces”. El Tiempo, Dic 12
En una ceremonia memorable, la JEP anunció
una orden de captura contra El Paisa. Todo fue acartonado y postizo: escenario,
fotos, declaraciones, lectura de la providencia.
Con un pronunciamiento que pasará a la
historia del derecho probatorio, se informó que faltaba “la contribución de la
verdad y reparación, pues no compareció a los múltiples llamados de la
jurisdicción”.
El conocimiento y la experiencia vienen
normalmente respaldados por una actitud serena. La novatada, que exige disimulo,
abunda en arandelas, solemnidad y soberbia, manifiestas en el evento. Como
dirigiéndose a un auditorio estudiantil, evidenciando su inseguridad, una novel
togada aclaró que el fugitivo no atañe a la justicia ordinaria pues la JEP es su
juez natural.
Convendría superar el debate sobre la
ideología de quienes integran esta instancia y centrarse en lo más elemental: su
idoneidad para investigar y juzgar delincuentes de cualquier orientación
política, labor que exige conocimiento y destrezas que normalmente se adquieren
con formación especializada y experiencia en el terreno. La JEP, con perfil académico
burocrático, parecería incapaz de armar expedientes penales
sólidos. La lentitud e inacción no siempre surgen de sesgo politico o corrupción,
puede ser de algo tan simple como no saber qué hacer. El encarte ha sido
palpable con El Paisa y Santrich. Mejor ni pensar en las dificultades con crímenes
atroces lejanos, sin testigos, pruebas irrecuperables y mucha especulación.
Inspirada en la justicia restaurativa, la
JEP tal vez esperaba audiencias en las que victimarios arrepentidos hacen
revelaciones cruciales. Sin embargo, esto podría ocurrir en otros escenarios. Es
falaz sugerir que testimonios inculpatorios, como el de Hernán Gómez Naranjo
sobre los falsos positivos, requerían una nueva instancia judicial. La justicia
ordinaria, incluso los medios, también pueden fungir de confesores cuando conceden
recompensas. El desafío son los criminales retrecheros, que exigen embadurnarse
con minucia probatoria, ajena a la JEP. Tener insumos de una justicia penal eficaz
que la apoye le será fundamental.
Las dificultades con El Paisa ilustran las
limitaciones de diseños grandiosos, elaborados por eminencias toderas, al
estrellarse con la realidad. La deficiente concepción de la JEP ha quedado al
desnudo con la vaguedad de sus funciones
y una parafernalia de eventos insólitos: escogencia de magistrados por
un quinteto internacional de burócratas que inicialmente incluía al papa
Francisco, “amplias facultades” para autorregularse, escándalos de corrupción
antes de operar, súbitas renuncias y casos irresolubles que presentará un
folclórico “Comité de Presos por la Verdad de Colombia”.
Cándidamente, la JEP preveía que “las
víctimas y los criminales se reintegren a sus comunidades, se reconcilien y
restauren la confianza entre ellos” pero le tocó lidiar con un curtido violador
asesino alérgico a las personas afectadas por sus crímenes. Tratándose de un reincidente
acusado de ataques sexuales en serie, las mujeres violentadas de la Rosa Blanca
están bien lejos de querer restaurar vínculos él. Piden algo escueto, universal
y milenario: un castigo. “Da rabia e impotencia, mal genio, ver que el gobierno
va a apoyar a una persona que le ha hecho tanto daño a muchísimas niñas. ¿Y no
va a pasar ni siquiera una hora en la cárcel? Es injusto” sostiene una de ellas.
Qué infamia sugerir que buscan protagonismo político.
La JEP privilegia el colectivismo y la
identidad grupal que, encima de un revoltijo de conductas punibles, van en
contra de la responsabilidad individual de los criminales o la tipificación rigurosa
de delitos intrínsecas al derecho penal y la criminología. Sin referentes
conceptuales, lograr un balance entre estos enfoques será difícil.
No habría motivo de preocupación si,
para reconstruir la memoria del conflicto, este engendro judicial-sociológico-histórico-humanitario
utilizara recursos académicos y asistentes con más vocación que pretensiones
pecuniarias. Lo que aterra es que esta magistratura definirá sanciones
alternativas y, encima, podrá ordenar gasto, con injerencia sobre recursos de los
sistemas de seguridad y justicia estatales. En el show del Paisa, una enfática magistrada
ordena a la Policía Nacional que, ¡abracadabra!, lo capture y lo traiga. Sería lamentable
que se vuelvan rutinarias esas instrucciones tajantes de quienes, cual Corte
Constitucional, no saben cómo se ejecutan, ni definen prioridades, ni reparan
en costos.
Contra este prófugo existen 128
procesos por desplazamiento forzado, abuso sexual, terrorismo, secuestro y
homicidio. Es inevitable inquietarse por los policías y operadores judiciales que
se invirtieron y arriesgaron en ese voluminoso prontuario, tuvieron que
abandonarlo y ahora reciben desde un olimpo capitalino mandatos de personas ajenas
a la rama, que ojalá dejen de darlas con tanta publicidad, solemnidad y arrogancia.
Sería un suicidio institucional que, como pregonan sus hinchas más
irresponsables, la JEP pretendiera sustituír, o menospreciara, la justicia
penal en lugar de complementarla. La modestia y conciencia de sus propias
limitaciones serán fundamentales para lograr actuaciones coordinadas con la jurisdicción
ordinaria, la tradicionalmente ineficaz, la que requiere fortalecimiento, la que
no aguanta otro puntillazo por una utopía.
Akerman, Yohir (2019). “La JEP funcionando”. El Espectador, May 5
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LSV (2018). "Nilson Elías Pinilla Pinilla". Quién es quién. La Silla Vacía, Nov 22
Rueda, María Isabel (2019) “¿Se repetirá pelea Corte vs. Presidente que hubo en el gobierno Uribe?” Entrevista al exmagistrado Nilson Pinilla. El Tiempo, Marzo 26
Ruiz-Navarro, Catalina (2019) “Mujeres por la JEP”. El Espectador, May 2
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Semana (2019). “Paras, sicarios, bacrim y narcos: ¿quién da más por entrar a la JEP?”. Semana.com, Marzo 28
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