Publicado en El Espectador, Abril 18 de 2019
Bedoya Lima, Jineth (2017). ‘Éramos niñas con un fusil y mínimo un aborto’. El Tiempo, Dic 17
Cívico, Aldo (2009). Las guerras de Doblecero. Intermedio
Hernández-Mora, Salud (2019). “Éramos las esclavas sexuales de los comandantes de las FARC”. El Mundo, Mzo 29
Herrera Delghams, Leonardo (2019). “Investigación revela que 'expara' abusó de unas 200 menores de 14 años”. El Tiempo, Abr 7
Jerez, Daniel (2019). “Los 25 jefes de Farc con más denuncias por violación y reclutamiento, según víctimas”. RCN Radio, Mar 18
Molano, Alfredo (2009). Ahí les dejo esos fierros. Bogotá: Aguilar
Pulzo (2017). “Por qué le decían ‘Taladro’ a Hernán Giraldo, condenado en E.U. e impune en Colombia”. Mzo 4
Rubio, Mauricio (2013). "Las 'auyamas' y el 'apecho' de los esmeralderos". El Malpensante, Septiembre, Nº 145. Versión digital
Los ataques paramilitares contra las
mujeres fueron variados, veleidosos e impredecibles, como los comandantes. Es insólito
el empeño por encasillarlos en un esquema uniforme y foráneo.
“A muchas de estas mujeres tocó
hacerles terapia para que pudieran entender que fueron víctimas”. Hernán
Giraldo alias “taladro”, comandante paramilitar, "las logró cautivar
gracias al buen trato, los regalos, como casas o tierras, y al estatus". Muchas
de ellas quedaron embarazadas y vivieron como concubinas de Giraldo durante
años. El capo “escogía sistemáticamente a las mujeres y las seducía”. Se
calcula que la mitad de las víctimas, unas 200 niñas menores de 14 años, “fueron
entregadas de manera voluntaria por sus padres”.
Esta ignominia se detalla en una investigación
titulada “La violencia sexual como arma de guerra”. Evocar en Colombia una estrategia
específica de los conflictos étnicos es un desatino. La imprecisión no solo enreda
el diagnóstico sino que agrava eventuales traumas de unas madres precoces que así
son revictimizadas. Si fueron entregadas por sus padres, y estos las
convencieron de que su sacrificio era conveniente para la familia, y además tuvieron
un hijo con el Patrón, ¿quién y por qué decide intervenir para convencerlas de
que fueron víctimas? Esta inquietud no implica proponer que se descriminalice
ese abuso: simplemente destacar las secuelas que un dictamen desacertado puede
tener sobre esas mujeres.
Las relaciones de Giraldo con menores
de edad, su preferencia por las niñas vírgenes, ejerciendo un “derecho de
pernada”, se asemeja al “apecho” de los esmeralderos: el privilegio de ser el
primero en “ponerle el pecho encima” a una joven. Era común que cuando algún mandamás
deseaba a una niña campesina, con el benepácito de la familia se arreglara su
entrega a cambio de trabajo en las minas, pagos o favores. Con las elegidas había
un vínculo no exclusivo ni permanente, a veces hijos. Luego podía ser entregada
a los escoltas o subordinados del patrón. El giro “arma de guerra” nunca se usó
para referirse a esa costumbre abominable.
Con mayor rotación de víctimas y sin
abortos forzados, los crímenes de Giraldo también se asemejan a las prácticas
de reclutamiento de menores por la guerrilla. “Éramos las esclavas sexuales de
los comandantes, el primer violador que tuve fue El Abuelo. Era el que probaba
a las recién llegadas“, cuenta Yamile Noscué integrante de la Corporación Rosa
Blanca. “Me acostumbré a morir cada vez que el comandante me hacía ir a su cambuche.
Ni siquiera escuchó cuando le dije que yo era virgen y que a pesar de tener los
senos ya desarrollados solo tenía doce años... me dijo que mejor, porque así me
volvía mujer más rápido para poder enfrentar la guerra” cuenta Erika, también
de Rosa Blanca. Estas mujeres no han requerido terapia para tomar conciencia de
que fueron víctimas. Han recibido amenazas por denunciar los ataques y son menospreciadas
hasta por feministas obsesas con la violencia sexual como arma de guerra.
Alfredo Molano cuenta la historia de la
Mona, una enfermera que accidentalmente terminó trabajando en el campamento de Doblecero. Un día, el
comandante paramilitar se le echó encima: “¿quiere dormir conmigo esta noche?”.
Ella se indignó y le escupió, él la agarró del pelo, la tiró al suelo, le dio
patadas en las costillas mientras la insultaba. “¡Malnacida! ¿Con quien cree
que está hablando?”. Tardó en recuperarse y cuando quiso dar por terminado el
arreglo, Doblecero le reviró. “Qué pena pero usted de aquí no se puede ir.
Usted ya hace parte de las autodefensas. ¿Entendió?”. En seguida llamó a un
patrullero: “a esta vieja démele entrenamiento militar, un fusil y un
camuflado”.
Así, el reclutamiento forzado no solo ocurrió
en la guerrilla y también afectó a mujeres adultas. Es probable que un embarazo
de la Mona hubiese terminado en aborto, igual que en la guerrilla. Doblecero tal
vez pensaba, como Fidel Castaño, que “los hijos eran la debilidad y la
perdición de un guerrero”. Nada que ver con el “taladro” Giraldo que buscó y tuvo
como 70 descendientes.
En estas escenas de paramilitares o
guerrilleros, hay machismo extremo, violencia sexual y otros ataques criminales
graves que un libreto comodín uniforme no sirve para
describir, ni entender, mucho menos para evitar que se repitan. El guión académico
adoptado de estudios internacionales ni siquiera será útil para acciones penales
contra los victimarios. Ante la justicia sólo servirán testimonios
pormenorizados de abusos específicos, como insisten en exponer ante distintas
instancias las mujeres de la Rosa Blanca: lista de agresores, de víctimas y prontuario
de los atacantes. Han sido tan valientes, tenaces y persistentes que ya nadie podrá
seguir ignorándolas. Ahora, la pazología intelectual y profunda, con ejemplar
sindéresis, alega que están manipuladas políticamente. No tarda la acusación de
que buscan hacer trizas el Acuerdo coordinadas por Él.
Bedoya Lima, Jineth (2017). ‘Éramos niñas con un fusil y mínimo un aborto’. El Tiempo, Dic 17
Cívico, Aldo (2009). Las guerras de Doblecero. Intermedio
Hernández-Mora, Salud (2019). “Éramos las esclavas sexuales de los comandantes de las FARC”. El Mundo, Mzo 29
Herrera Delghams, Leonardo (2019). “Investigación revela que 'expara' abusó de unas 200 menores de 14 años”. El Tiempo, Abr 7
Jerez, Daniel (2019). “Los 25 jefes de Farc con más denuncias por violación y reclutamiento, según víctimas”. RCN Radio, Mar 18
Molano, Alfredo (2009). Ahí les dejo esos fierros. Bogotá: Aguilar
Pulzo (2017). “Por qué le decían ‘Taladro’ a Hernán Giraldo, condenado en E.U. e impune en Colombia”. Mzo 4
Rubio, Mauricio (2013). "Las 'auyamas' y el 'apecho' de los esmeralderos". El Malpensante, Septiembre, Nº 145. Versión digital