Frenazo argentino al aborto

Publicado en El Espectador, Agosto 23 de 2018

Tras un intenso debate, con nutridas manifestaciones a favor y en contra, el Senado argentino rechazó por una estrecha mayoría la legalización del aborto que había sido aprobada por la Cámara de Diputados a mediados de Junio, también con escaso margen.

La discusión fue tan tensa como incoherente con la posición política: congresistas de derecha apoyaban la iniciativa mientras otros de izquierda la rechazaban. Sin asomo de autocrítica, sin replantear la estrategia, al mejor estilo Maturana, el feminismo reaccionó señalando que perder es ganar un poco.

No toda oposición al aborto es religiosa. La médica Silvana Fernández de Lugo se queja porque las personas del sector salud no fueron debidamente consultadas. “Han tenido más espacio periodistas y actrices famosas”. Según ella, lo que hay detrás es pura ideología. “La ley no tiene ningún fundamento científico, bioético, sanitario, ni estadístico”. Anota que en el Chaco, provincia muy pobre con cerca de un millón de habitantes, hubo entre 2009 y 2016 ocho muertes por aborto, una al año. “La deuda de salud pública es con las embarazadas. El mayor riesgo está en los embarazos de alto riesgo que no pasan por el sistema de salud: mujeres que mueren al dar a luz por no haber pasado antes suficientes controles”.

A Bárbara Finn, médica con magister en bioética, la sorprenden “las discusiones sobre en qué momento empieza la vida”. Para ella, “un óvulo y un espermatozoide son dos células aisladas pero desde el momento en que se unen, ese ser resultante tiene un ADN propio, genéticamente diferente al de su padre o al de su madre”. El ADN es “nuestra identificación biológica… es una pruebla irrefutable y personalísima de un ser humano” que se usa en exámenes forenses o pruebas de paternidad. “Otorgamos derechos y basamos decisiones en ese mismo ADN que estando en el útero materno pretenden desconocer”. Considera falaz afirmar que al abortar las mujeres deciden sobre su propio cuerpo cuando se trata de “otro ser genéticamente diferente: no es una célula, no es un órgano, es otra vida”.

Es probable que haya congresistas que, estando de acuerdo con la doctora Finn, votaran a favor de la legalización para racionalizar la política criminal. La defensa activista de la IVE falló porque está plagada de imprecisiones y falacias que polarizan, no contribuyen a sopesar dilemas, ni a establecer prioridades de salud pública.

En Colombia, como dejó claro el caso Carolina Sabino, hay consenso en que amenazar con cárcel a una mujer que aborta es un despropósito. El argumento de salud pública se debilitó, y no sólo por la extensión de métodos farmacológicos caseros. La proporción de muertes maternas asociadas al aborto ha disminuído notablemente desde el 16% en 1994 al 9% en 2007. De las 780 observadas en 2008, unas 70 resultaron de abortos ilegales. Confirmando la precariedad del diagnóstico, esos parecen ser los últimos datos disponibles. Si se adopta el estimativo de 400 mil abortos al año, cifra absurda que ya parece oficial a pesar de toda la evidencia en contra, se tendría una mortalidad inferior a 20 casos por 100 mil.

Para las colombianas, un peligro mucho mayor es la falta de atención durante el embarazo. Un estudio de la Universidad Nacional estableció que en 2015 murieron cerca de 600 mujeres  gestantes, o sea unas 60 por 100 mil nacimientos, cifra tres veces mayor a la del aborto y muy superior a la de Chile, Costa Rica o Cuba. Además, la mortalidad de mujeres parturientas se triplica en los departamentos más pobres como Chocó, Vichada, La Guajira, Guainía, Vaupés o Putumayo.

Un trabajo sobre mortalidad materna entre mujeres indígenas mostró que es cinco veces más alta que la del resto: 328 por 100 mil nacidos contra 61 en la población total. Las indígenas fallecidas al dar a luz tenían en promedio 2 hijos, algunas hasta 12. La tercera parte había tenido 5 o más partos y dos de tres no tuvieron ningún control prenatal. Las causas de muerte materna fueron complicaciones hemorrágicas (29%), trastornos hipertensivos (29%), infecciones (20%), problemas oncológicos (5%) y otras (18%).


El aborto no aparece como peligro mortal allí donde, según los estereotipos militantes, más se esperaría porque no es una práctica usual entre mujeres pobres, indígenas, marginadas o desplazadas para quienes el mayor riesgo es la maternidad. “En los pequeños centros de salud de aldeas y veredas no hay atención a las embarazadas ni a las parturientas. Allí empieza todo el drama”, anota una experta en salud pública. Exactamente lo que señala Silvana Fernández para el Chaco en Argentina: una situación bien alejada de las preocupaciones de la élite activista, obsesionada porque el aborto se considere un derecho humano, cuando un problema apremiante, cuya solución no enfrenta ni radicaliza a la sociedad, son las madres que aún mueren pariendo. 







Testimonios:
Silvana Fernández de Lugo

Bárbara Finn

Bello-Álvarez, Laura Margarita, y Arturo José Parada-Baños (2017). “Caracterización de la Mortalidad Materna en Comunidades Indígenas Colombianas, 2011 a 2013”. Revista Colombiana de Obstetricia y Ginecología Vol. 68 No. 4, Oct-Dic (256-265)

Carrillo, Abelardo (2007). “Mortalidad materna en Colombia: reflexiones en torno a la situación y la política pública durante la última década”. / Rev. Cienc. Salud. Bogotá 5 (2): 72-85, jul-sep

Cuéllar, Diego (2013). “Estimación del número de gestantes en Colombia”. Minsalud, Octubre

Centenera, Mar (2018). “La Cámara de Diputados argentina aprueba la legalización del aborto”. El PaísJunio 15

Gossaín, Juan (2018). “Esta es otra tragedia para Colombia: la muerte de mujeres embarazadas”. El TiempoMarzo 21

Minsalud (2014) “Prevención del Aborto Inseguro en Colombia - Protocolo para el  Sector Salud”. Ministerio de Salud

Minsalud (2016). “Analisis de Situación de Salud (Asis) Colombia”. Ministerio de Salud, , 2016, Dirección de Epidemiología y Demografía, Bogotá, noviembre 

Mur, Robert (2018) “El Parlamento argentino cede al clamor de las mujeres por el aborto”. El PaísJunio 15

RCN (2015) “Preocupantes índices de mortalidad materna en Colombia”. Sep 4

Rubio, Mauricio (2015). "El mito de los 400 mil abortos en Colombia". Revista de Economía Institucional.vol. 17, núm. 33, julio-diciembre, 2015, pp. 273-274

Rubio, Mauricio (2015). “García Márquez y los 400 mil abortos clandestinos”. El EspectadorNov 11