Convenio CNMH, ICP-HEO, Universidad Sergio Arboleda
BORRADOR PRELIMINAR para la propuesta de Investigación
Mauricio Rubio – Noviembre de 2020
ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO
Ante la persistencia de distintas formas de violencia, y en algunas regiones como el Pacífico nariñense su intensificación, parece claro que el proceso de paz de la administración Santos se basó en un diagnóstico incompleto e incluso sesgado del complejo conflicto colombiano.
En particular, hubo bastante idealización de la romántica figura del rebelde que lucha por llos campesionos en detrimento de la violencia asociada a los mercados ilegales. En el otro extremo, los grupos paramilitares que actuaron al servicio de algunos propietarios agropecuarios como respuesta a la amenaza del secuestro acapararon la atención como principales victimarios del conflicto cuya principal motivación era el despojo de tierras.
El informe Basta Ya
Una manera simple y rápida de detectar estos sesgos consiste en identificar el conflicto armado implícito en el informe Basta Ya coordinado por el CNMH bajo la administración anterior. A continuación se resumen algunos resultados de este ejercicio. La metodología para realizarlo fue extremadamente sencilla e ingenua, pero no deja de ser reveladora. Simplemente conté, en el texto digitalizado del informe, el número de veces que se usan distintos términos, bajo el supuesto elemental de que una palabra utilizada más veces que otra da pistas sobre su importancia relativa en el diagnóstico.
Sobre el tipo de violencia, llama la atención que el número de masacres tripliquen el de secuestros y que este a su vez sea igual al de desapariciones que apresuradamente se suponen siempre de autoría estatal. Además, la extorsión, el boleteo y el aborto forzado, los típicos crímenes cometidos masivamente por la guerrilla, apenas se mencionan.
Sobre el contexto internacional las menciones a los EEUU son tres veces superiores a las del segundo país, Venezuela. Pero lo realmente sorprendente es que Chile, Ecuador, Nicaragua y Argentina reciban más atención que Cuba, tal vez el país que, junto con EEUU, ha tenido mayor intervención en el conflicto colombiano.
Como factores asociados al conflicto, las célebres “causas objetivas” llevan amplia delantera, destacándose el problema de la tierra que recibe cuatro veces más atención que la coca y casi veinte veces el número de menciones de los términos droga y cocaína sumados.
Entre los líderes de los distintos grupos que con nombre propio se mencionan en el informe sobresalen los paramilitares que casi duplican a los narcotraficantes, similares al número de referencias a comandantes guerrilleros que a su vez son apenas superiores a los militares.
Muertes de civiles en el conflicto
Una de las grandes falacias utilizadas por la administración Santos para justificar faraónicas inversiones para promover el desarrollo del campo y superar las llamadas causas objetivas del conflicto fue tratar de convencer a una población y una clase empresarial urbanas que sentían la guerra como algo del pasado, con algunos brotes en regiones alejadas de la población y de la estructura productiva, que la guerra tenía plena vigencia. Además, que si no se satisfacían las demandas de los comandantes guerrilleros, podría volver una violencia similar o peor a la anterior. Una gráfica publicada en el Basta Ya del CNMH no podía ser más elocuente sobre la falsedad y demogogia de ese discurso.
El número total de muertes de civiles ocurridas en al año 2012, cuando se anunció la decisión de iniciar un proceso de negociación “para encontrar la solución al conflicto armado”, era inferior al observado en 1985, unos años antes de que los “violentólogos” del IEPRI le dijeran al país que mucho más que las muertes de la guerra tocaba controlar las que causaban las riñas entre borrachos.
Para la época del anuncio de una mesa que pondría fin a 50 años de supuesta guerra civil todos los indicadores disponibles sobre la intensidad del conflicto –masacres, homicidios, secuestro, desplazados- sugerían, como esta gráfica, que la guerra había terminado.
Con cualquiera de ellos sería interesante realizar modelos de series de tiempo para estimar de manera rigurosa el impacto que tuvieron tanto el inicio de las negociaciones como la firma de las acuerdos de paz.
Conflicto armado e indicadores macroeconómicos
A conclusiones similares a las derivadas de la observación desprevenida de todos los indicadores de violencia se podría llegar a partir de muchas variables relacionadas de manera indirecta con el conflicto: crecimiento económico, inversión nacional y extranjera, urbana y rural, indicadores monetarios y fiscales, producción industrial y agropecuaria… exportaciones, flujos de turismo hacia el país, actividades culturales, precio de la finca raíz etc… Con todas ellas se podrían realizar los mismo ejercicios de series de tiempo para verificar si en las series estadísticas se percibe algo asimilable a un choque asociado a la eventual finalización de la guerra
El sector productivo ante la guerra
En el segundo semestre de 2014 hicimos con estudiantes del Externado varias entrevistas y una encuesta a 300 empresas bogotanas, averiguando sus expectativas sobre los acuerdos de paz. En general, fue mayor la euforia con lo lejano y desconocido que con sus operaciones corrientes. El pronóstico de aumentos en la inversión extranjera y oportunidades para los grandes conglomerados fue más común que la previsión de nuevos negocios para las propias empresas. Mientras que para esas vagas posibilidades por cada pesimista –el que opina que no cambiará nada- hay siete optimistas –quienes creen que pasará mucho- para las perspectivas cercanas y concretas la relación se reduce a dos.
La impresión de que el dividendo de la paz sería positivo dependía del contacto directo con la guerra. Paradójicamente, el menor porcentaje de optimistas se observó entre quienes reportaban haber hecho negocios en zonas de conflicto. Es como si pensaran que su radio de acción ya estaba pacificado, percepción que coincidía con que en los años anteriores había habido un repliegue de la guerrilla hacia las fronteras, por la coca y la presión de la fuerza pública. Deducir de las propuestas de reformas al campo que la paz traería tasas vertiginosas de crecimiento requería fe de habanero. En la capital la locomotora rural era vaporosa.
Costos de la guerra, beneficios de la paz
Desde que la disciplina económica y otras con vocación empírica se interesaron por el conflicto colombiano, empezaron a producirse análisis basados en evidencia estadística y metodologías rigurosas. El diagnóstico del conflicto, que por mucho tiempo estuvo a cargo de personas apegadas a explicaciones ideológicas se enriqueció considerablemente.
Uno de los capítulos de esta avalancha de aproximaciones empíricas fue el de la estimación de los costos de la violencia, del conflicto y de la guerra. Aunque, como se sugirió en las secciones anteriores, el diagnóstico de la situación al iniciarse el proceso de paz con la Farc en la Habana ignoró mucha, casi toda la evidencia y el conocimiento que se tenía en eso momento sobre la dinámica del conflicto, lo que permitía maximizar los costos del enfrentamiento armado si fue adoptado con entusiasmo puesto que se utilizaba como justificación para cualquier magnitud de las inversiones orientadas a superar las “causas objetivas” de la violencia guerrillera.
Sería imposible enumerar todos los estudios que se hicieron para demostrar que la guerra estaba imponiento obstáculos para el crecimiento, el empleo, la inversión, en particular extranjera, la producción industrial y agropecuaria etc… También abundaron trabajos para demostrar que la guerra potenciaba otros fenómenos indeseables, como las migraciones involuntarias, la violencia sexual o de pareja, el abandono escolar etc…
Después de varios años de firmado el acuerdo con las Farc, una pista interesante y obvia de investigación serían los estudios en dónde, con la misma metodología utilizada para estimar los costos de la guerra, se estimaran los beneficios de la paz. Para cada uno de los daños y desastres que se le achacaban a no haber negociado ni firmado un acuerdo con “la guerrilla más vieja del mundo” debería en principio correponder un beneficio por haberlo logrado.
ELEMENTOS BÁSICOS DEL PROYECTO
Acopiar y generar nueva información
A pesar de la complejidad del conflicto, de las limitaciones del diagnóstico que sirvió de base para el acuerdo de paz firmado con la Farc, daría la impresión de que el conocimiento sobre la violencia no se ha ampliado lo suficiente con nueva información y distintos enfoques sino que se reciclan las mismas fuentes y, peor aún, opiniones basadas en evidencia precaria e incluso, como se vió en la sección anterior, incoherentes con los datos disponibles. Un objetivo básico del proyecto debe ser el recoger, generar, centralizar y ofrecer al mundo académico y estudiantil, a los medios y al público en general nueva información primaria de distinto tipo: cualitativa -testimonios, entrevistas, grupos focales, encuestas-, cuantitativa –series, bases de datos, encuestas- histórica, regional y geográfica.
Hay muchas variables, diferentes de las actividades criminales para las cuales existen algunos datos de los organismos de seguridad y el sistema judicial, que son realmente cruciales para la compresión del conflicto pero para las cuales no se tiene mayor información ni se ha discutido la calidad y relevancia de los indicadores que se utilizan para analizar su evolución. La complejidad de esta tarea se hace evidente con los indicadores de área cultivada de coca en los cuales se han invertido ingentes recursos.
La estimación de las exportaciones de cocaína es aún más complicada puesto que es frecuente que se utilice como indicador la cantidad de droga incautada que puede estar simplemente reflejando los esfuerzos de las autoridades y no la actividad ilegal subyacente. Muy bajos decomisos de cocaína reflejan con alta probabilidad exportaciones dinámicas impunes que poca actividad.
Algo similar podría decirse con otros tipos de contrabando para los cuales, a diferencia de la cocaína, sí se podrían buscar indicadores indirectos o con trabajo de campo específico.
Otra variable, tal vez la más importante sobre la evolución del conflicto es la llamada “presencia” de actores armados en un municipio o localidad, cuya metodología es en extremo opaca y también ameritaría esfuerzos por medirla de manera directa, por ejemplo con encuestas de autoreporte como propuse hacer en Centroamérica con resultados bastante interesantes.
El hastío con la guerra, la reinserción de distintos grupos armados y las múltiples deserciones en las últimas décadas, así como el proceso de negociación con las Farc y el énfasis en la memoria han hecho que un gran número de actores del conflicto quieran compartir sus recuerdos, algunos sus notas y archivos sobre el conflcto. Parte importante del proyecto es el montaje de unos centros de documentación y archivo
Enfoque multidisciplinario
La variedad de la nueva información que sería deseable recoger y generar para ampliar la visión sobre el conflicto exige que este esfuerzo sea verdaderamente multidisciplinario y en la medida posible mezclando en cada proyecto que se emprenda en aporte de varias disciplinas que se complementen y refuercen. Por ejemplo, el diagnóstico idóneo que se requiere sobre la evolución del conflicto en una determinada región se beneficiaría del aporte de disciplinas tan diversas como la historia, la geografía, la etnografía, conocimiento de estadísticas judiciales y criminales, muestreo para hacer encuesta, estadística para analizarlas y periodismo para hacerla accesibles al público no especializado y, no menos importante, a los operadores estatales involucrados en temas de seguridad ciudadana.
Divulgación accesible
Un punto crucial para aclimatar una visión del conflicto menos escueta e ideológica es lograr la máxima difusión posible entre la ciudadanía no especializada en esos temas. Este desafío exige una alianza con los medios de comunicación y si se quiere llegar a un púbico más joven, incusiones en plataformas de difusión diferentes a las tradicionales publicaciones escritas: por ejemplo guiones para cine o TV, plataformas como YouTube, redes sociales etc…
Formación de nuevos investigadores
Es común en las investigaciones académicas o los proyectos de consultoría realizados por especialistas que no tengan la continuidad requerida para acumular conocimiento colectivo. Por otra parte, muchas de las investigaciones sobre el conflicto y la violencia en Colombia, han sido realizadas por profesionales para los que estos esfuerzos han sido una simple incursión en un tema complejo que se mezcla con otros poco relacionados y se abandona fácilmente. Es sorprendente que en un país como Colombia no exista, por ejemplo, un centro para formar personas especializadas en estos temas, que requieren una mezcla de conocimientos y habilidades peculiares que no ofrecen las disciplinas y carreras tradicionales.
En una visión de medio y largo plazo sería útil ir formando un equipo experto en estos temas y en el manejo de nueva infomación que a su vez formen estudiantes que se familiaricen con el trabajo de campo, el manejo de información y a su vez sirvan de nuevos agentes de propagación.
Alianzas con universidades
La manera más eficaz tanto para abaratar los costos de acopio y generación de nueva información como, simultáneamente, fortalecer la continuidad, el uso intensivo de la evidencia que se recoja y la formación de nuevas cohortes de investigadores es a través de alianzas con universidades en distintos lugares del país.
Por experiencia de varios semestres en los seminarios de investigación que tuve a cargo en el Externado pude comprobar que poner estudiantes a hacer trabajo de campo presenta varias ventajas.
- le da un polo a tierra al conocimiento con frecuencia teórico que adquieren en la universidad
- es la única manera de realizar costoso trabajo de campo sin necesidad de buscar financiación externa
- permite mezclar disciplinas complementarias para hacer trabajos. En mi caso en varios semestres hubo estudiantes de comunicación, hábiles en entrevistas y grupos focales, con otros de economía que manejan muestreo y herramientas estadísticas
- hacen trabajos con datos recopilados por ellos mismos, una experiencia invaluable para contrastar modelos teóricos e ilustrar los resultados
- Los resultados presentados en la sección “El sector productivo ante la guerra” presentados atrás surgen de entrevistas y encuestas realizadas por estudiantes
Para lograr análisis relevantes y de bajo costo tembién se puede recurrir a alinzas con universidades por medio de esquemas como convocatorias para la realización de trabajos de grado sobre distintos temas, con información ya disponible y con alguna recompensa económica o la simple publicación de los mejores trabajos que se presenten. Los ejemplos citados atrás servirían para un ejercicio de este tipo
- series de tiempo con análisis de impacto de eventos con indicadores de la violencia o con otras variables económicas o sociales
- los distintos estudios cuantitativos sobre los beneficios de la paz
Igualmente relevantes que las alianzas con universidades para recoger información son aquellas que se podrán hacer con centros académicos extranjeros en dos frentes:
- utilizando la información y las bases de datos que se generen en Colombia para tesis de grado doctorales.
- A título de ejemplo, puedo citar una encuesta con reinsertados que se hizo en la Fundación Ideas para la Paz (FIP) a partir de los formularios de autoreporte que utilicé con maras y pandilleros en varias ciudades de Centroamérica
- Con esos datos se realizaron unas 5 tesis doctorales por estudiantes de distintos países
- Para mandar los nuevos investigadores que se vayan formando dentro del proyecto para que realicen estudios de doctorado y utilicen las bases de datos sobre el conflicto colombiano
- Con dos colegas, Eduardo Posada Carbó, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de Oxford y Rose Mary Barberet, del John J College en NY he podido confirmar que llegar a hacer estudios doctorales con un tema de tesis y unos datos ya recogidos casi que garantiza acabar en poco tiempo la tesis
- Esos mismos investigadores con especialización de primer nivel pueden luego volver al país para reclutar estudiantes y asistentes que repitan el ciclo