Publicado en El Espectador, Julio 18 de 2019
Atormentado por tanta
confusión y descontento, Uribe abandona su laberinto antioqueño y aparece en misa.
Coronell lidera el entusiasta retorno de columnistas. Los delfines
comercializan una app para leer fotos
de la prensa impresa sin pagar suscripción. Vuelve la rutina estable y
duradera.
Esguerra, Camila (2018). “Población no heterosexual: un eufemismo que revela oportunismo político”. Razón Pública, Junio 4
Morales, Claudia (2018) "Una defensa del silencio". El Espectador, Ene 19
________________ (2018). "A mi violador ustedes lo oyen y lo ven todos los días": Claudia Morales
Judicial. El Espectador, Ene 19
Ochoa, Paola (2018) "Rompiendo el silencio". El Tiempo, Ene 23
Riveros, Héctor (2019). “El candidato del uribismo para el 2022”. La Silla Vacía, Jul 13
A veces me
pregunto por qué, para descansar, Uribe no se esconde en un lugar inaccesible. Con
la especulación política tan en boga, trataré de imaginar qué ocurriría si lo
hace.
Según la
derecha, las Farc lo secuestraron y está en Venezuela. La
Bachelet insiste que allá no hay prisioneros políticos y menos expresidentes
retenidos. La izquierda asegura que se refugió en Palacio, en contacto directo
con el subalterno y con sofisticado equipo para chuzar comunicaciones: prepara
la reelección indefinida del pupilo favorito, un minucioso complot concebido hace
años.
Sigilosos
sabuesos de Daniel Coronell desvirtúan ambas hipótesis. Sin conocer la Antioquia
profunda ni sus escondederos no proponen otras. En la columna más leída en
décadas, el periodista prosecutor
anuncia sequía de tópicos taquilleros. Por compromisos adquiridos con su staff multinacional ya no será partner de quienes lo echaron para rogarle
que volviera. Con similar desasosiego, cantidad de columnistas piden licencia
para desintoxicarse y recuperar la costumbre de escribir cambiando de tema.
Twitter y Facebook examinan la abrupta caída de cuentas.
A pesar del
desconcierto, la vida continúa. PIB, IPC, exportación de aguacate, violencia
machista, entre muchas variables, mantienen sus tendencias. Sin la principal
baza para aclarar la guerra, la JEP pierde dinamismo. Según el NYT el Estado de opinión y la posverdad
fenecieron en Colombia. Semana asegura
que ya lo sabía.
Ante el
déficit de columnistas, las universidades vuelven a ser formadoras de opinión. Escasas
de matrículas y megaproyectos posconflicto, renuevan programas y bajan el nivel
de las decanaturas. Divulgan escritos y videos divertidos pero con cierto rigor.
Una asociación que agrupa grandes medios las entutela por competencia desleal. La Pulla calla.
Varias
facultades emprenden el revisionismo del conflicto que sin liderazgo visible ya
no implica hacer trizas la paz. Al tradicional énfasis rural se suman cursos de
criminología, narcotráfico, antropología forense, delincuencia juvenil,
historia del M-19, guerra fría y hasta etología para entender la fauna de
rebeldes, mafiosos y sicarios que arrinconaron las instituciones con plomo,
plata y sexo. Se estudian vínculos entre prostitución, crimen organizado y
corrupción. Políticos, militares, magistrados y feministas protestan.
Para decidir
si eliminan o fusionan departamentos, las facultades de derecho analizan si la
Magna Carta, estructura legal suprema, con justicia expedita y jurisprudencia
impecable, permitiría que el derecho constitucional fagocite otras
especialidades. Ya sin riesgo de parecer títeres, admiten que lo procedente sería
formalizar una sola corte de cierre, que ya existe. Organizan diplomados sobre “Indemnizaciones
restaurativas” y “Defensa ante la JEP”. Los constitucionalistas responsables de
los cursos –solo hombres a pesar de trinos feministas- no los dictan por el
cúmulo de trabajo en tribunales de arbitramento por pleitos urbanos,
comerciales y un sinfín de asuntos tan pedestres como lucrativos. Litigantes
que pagaron millonarias inscripciones por ese know-how recurren a una acción de cumplimiento. La fundación
organizadora les niega el reembolso.
La debacle a
la derecha no disminuye las denuncias de Rosa Blanca y algunas universidades
finalmente las invitan. Victoria Sandino y sus aliadas se amotinan. Un seminario
de género celebra el silencio de esa fuente de mansplaining y autoriza el término “no heterosexual”. Utilizado por
Él, ese eufemismo favorecía el odio contra sectores excluidos. Colombia Diversa
advierte que aumentarán los crímenes de odio.
Con datos
municipales de homicidios e intervalos de confianza conservadores se estima el
impacto del Acuerdo sobre la violencia. Analistas progres insisten que contar
pacientes del Hospital Militar es un indicador infalible. Las previsiones sobre
crecimiento sectorial posconflicto se calibran cuantificando beneficios. La
pazología revira: debatir con palabras en lugar de balas no tiene precio.
Economistas fajardistas modelan matemáticamente la relación causal entre
desigualdad y violencia. Petro convoca la Resistencia contra metodologías
neoliberales deshumanizantes.
Claudia
Morales aclara que el desaparecido nunca la violó en un hotel. Se ofrecen
cursos sobre “Cómo denunciar agresiones sexuales” y “Testimonios mediáticos no
militantes”. La franquicia del #MeToo patalea. Ante la hecatombe electoral, alfiles
de la derecha dictan talleres de poesía política greco caldense. Estudiantes
rechazan el regionalismo excluyente. Recién posesionado como rector, Alejandro
Gaviria organiza un seminario sobre aspersión aérea abordando dilemas entre
salud pública y cultivos ilícitos para la política de drogas. Moisés Wasserman,
moderador, deja colar a María Isabel Rueda a la mesa. Gaviria sale para una
tertulia con existencialistas y nadie concluye nada.
Una
politóloga sueca recuerda que democracia es diversidad y que personas de
cualquier género o ideología pueden expresarse y votar como les parezca. No
entiende las rechiflas. La JEP inaugura otro baño multigénero. La comunidad
trans y el Centro Democrático aplauden la medida: se sospecha que infiltraron
esa corte con fines electorales. Santrich anuncia su entrega.
Esguerra, Camila (2018). “Población no heterosexual: un eufemismo que revela oportunismo político”. Razón Pública, Junio 4
Morales, Claudia (2018) "Una defensa del silencio". El Espectador, Ene 19
________________ (2018). "A mi violador ustedes lo oyen y lo ven todos los días": Claudia Morales
Judicial. El Espectador, Ene 19
Ochoa, Paola (2018) "Rompiendo el silencio". El Tiempo, Ene 23
Riveros, Héctor (2019). “El candidato del uribismo para el 2022”. La Silla Vacía, Jul 13