Publicado en El Espectador, Enero 18 de 2018
Catsoulisdec, Jeannette (2017) “Review: ‘The Rape of Recy Taylor’ Takes a Deep Dive Into Systemic Injustice”. The New York Times, Dec 14
El discurso
de Oprah Winfrey en la entrega de los Globos de Oro generó entusiasmo,
opositoras al #MeToo y un atípico pero refrescante debate entre feministas.
En la
cúspide de la campaña contra el acoso sexual, rodeada de elegantes actrices de
luto, la estrella de la televisión norteamericana recordó a Racy Taylor, una
mujer de Alabama que en 1944 fue raptada por seis hombres armados, violada y
abandonada con los ojos vendados. La amenazaron con matarla si decía algo, pero
su drama llegó hasta Rosa Parks, joven reportera que se convirtió en la
investigadora del caso y que once años después fue arrestada por oponerse a la
segregación en un bus en Montgomery, un hito en la lucha contra la
discriminacion racial. El ataque quedó impune y Racy Taylor murió a finales de
2017. “Vivió como todas hemos vivido, en una cultura destrozada por la
brutalidad de hombres poderosos. Por demasiado tiempo, las mujeres no han sido
escuchadas, ni se les ha creído cuando se atreven a decir la verdad ante el poder
de esos hombres. Pero esa época terminó”. Para reiterar que su manifiesto era
contra los más poderosos, no contra media humanidad, Oprah se refirió a “algunos
hombres fenomenales” que asistían a la velada.
Las
reacciones fervorosas no tardaron. “Este discurso lo es todo… Cuando nombró a
Recy Taylor no pude dejar de llorar. Racismo y sexismo han devorado a las
mujeres negras por décadas… A partir de ahora la historia se divide en un antes
y un después… Se lanzó como candidata, empieza un nuevo día… Estuvimos en la
iglesia”.
La versión
francesa del #MeToo fue pendenciera y surgió de un incidente menos funesto que
los ataques y violaciones de Harvey Weinstein. Sandra Mueller, una periodista
radicada en EEUU, recordó que en un coctel durante el festival de Cannes Eric
Brion, un ejecutivo de TV, la abordó con un "tienes senos grandes. Eres mi
tipo de mujer, puedo hacer que goces toda la noche". Esta frase, dicha por
quien nunca fue su jefe ni le hizo nada después, provocó en ella tal
desasosiego y vergüenza que no pudo contarla por varios años. Tras los
escándalos de Hollywood, decidió asimilar su verdugo a un animal, acusarlo vía
twitter e invitar a todas las congéneres víctimas a que lanzaran denuncias
contra sus respectivos cerdos.
Más como
respuesta a esa variante que a Oprah o al #MeToo, a los pocos días un centenar
de actrices e intelectuales francesas publicaron una carta contra el excesivo
puritanismo y el intento por imponer un nuevo orden moral. “No nos reconocemos
en este feminismo que, más allá de la denuncia de los abusos de poder, encarna
el odio hacia los hombres y la sexualidad. La libertad de decir no a una
propuesta sexual no existe sin la libertad de importunar... Los incidentes con
el cuerpo de una mujer no necesariamente comprometen su dignidad y no deben,
por muy difíciles que sean, convertirla en una víctima perpetua”.
Al texto le
faltó edición, pero dejó clara una discrepancia tradicional entre el feminismo
francés y el anglosajón: la actitud hacia el sexo y hacia los hombres. Hubo
críticas predecibles, acusaciones sobre cómplices “lobotomizadas” de los
acosadores y también declaraciones deplorables de una firmante, Brigitte Lahaie,
ex actriz porno que tuvo que retractarse y pedir excusas tras anotar que es
posible para una mujer tener un orgasmo durante una violación.
La promotora
de la debatida carta fue Abnousse Shalmani, escritora de 41 años nacida en
Teherán, que emigró a Paris cuando joven. En su libro “Khomeini, Sade y Yo”, revela
que a pesar de haber sido violada, autores franceses como Colette, Victor Hugo
y el Marqués de Sade le enseñaron "cómo ser libre, como mujer y como ser
sexual, lejos del velo islámico". Sobre la controversia anotó que “no desconocemos
a las muchas mujeres que tuvieron el coraje de hablar en contra de Weinstein.
No desconocemos tampoco la legitimidad de su lucha. Sin embargo, agregamos al
debate nuestra voz, una voz diferente".
La médula
del discurso de Oprah fue un ataque comparable a los ocurridos durante el
conflicto colombiano. Las discrepantes galas jamás considerarían las denuncias
de la Rosa Blanca un exceso de puritanismo y seguramente descalificarían a
quienes pretenden silenciarlas o equipararlas al acoso urbano. Su mensaje le
encaja mejor a las Sandras Mueller locales cuya escala de la infamia es todavía
más elitista y farragosa: tanto como las violaciones, los abusos o el rudo
cortejo de cerdos aún no identificados, las indigna la opinión de un columnista
que, cual intelectual francesa, insiste en distinguir el flirteo del delito
sexual.
Ayuso, Sylvia (2018). “El manifiesto de artistas contra el “puritanismo” sexual solivianta a las feministas en Francia”. El País, Ene 11
Brion, Eric (2017). “Je réclame le droit à la vérité et à la nuance”. Le Monde, Dec 30
Catsoulisdec, Jeannette (2017) “Review: ‘The Rape of Recy Taylor’ Takes a Deep Dive Into Systemic Injustice”. The New York Times, Dec 14
Chan, Sewell (2017). “Recy Taylor, Who Fought for Justice After a 1944 Rape, Dies at 97”. The New York Times, Dec 29
CNN (2018). “Read Oprah Winfrey's rousing Golden Globes speech”, Jan 10
Infobae (2018). “El manifiesto completo de las intelectuales francesas contra el #MeToo”. Ene 9
Lévy, Elisabeth (2018) “2017, l’année des balances. Le totalitarisme féministe a (encore) progressé”. Causeur, Jan 9