Publicado en El Espectador, Junio 6 de 2019
EE (2019) “Timochenko ofrece disculpas a España por sujeto que usó camiseta de ETA”. May 31
Gibson, Helen (2001) “Global Networking: Trading in Terror?”. Time, Sep 3
Lozano, Pilar (1985). “¿'Narcoguerrilla' en Colombia?”. El País, Nov 24
Morris, Steven (2001). “IRA's links with Farc and Eta revealed”. The Guardian, Aug 25
Rubio, Mauricio y Román Ortiz (2004). “Organized Crimen in Latin America” en The Handbook of Transnational Crime and Justice. Sage Publications
La foto es bastante reveladora.
Santrich, presunto narcotraficante, hace un gesto de victoria política mientras
un personaje cercano, con camiseta marcada ETA, sostiene la bandera FARC.
Tras la toma del Palacio de Justicia por el
M-19 se habló de narcoguerrilla, pero el término narcoterrorismo fue acuñado
antes, por Belaúnde Terry, para los ataques con explosivos contra la policía
antinarcóticos peruana. Después caracterizó el período en que los capos
colombianos protestaban con bombas contra la extradición. Esa fusión de actividades
surgió por dos vías: protección de cultivos de coca y compra de armamento. Las FARC
pasaron de proteger y gravar productores a construir y administrar ‘cocinas’
para finalmente comercializar cocaína. Antes, el M-19, había establecido una
alianza con narcos para garantizar armas desde Cuba.
Como el contrabando, el trueque de equipo
bélico por droga recibió impulso por los controles al lavado de dinero. Además,
en varios países, la producción de fusiles, municiones y explosivos ha sido
monopolio del ejército, a veces responsable de combatir narcotraficantes. Surgió
así un entorno corrupto muy fértil para tales intercambios. Por último, los
acuerdos de paz y desarme en Centroamérica estimularon la oferta clandestina de
armamento para guerreros que también vendían droga.
Entre las primeras alianzas terroristas internacionales
están los contactos que, a principios de los setenta, hizo la OLP, entonces en
el Líbano, con el IRA. Posteriormente se extenderían a ETA, las Brigadas Rojas
y el Baader-Meinhof. Parte esencial de estos acuerdos era el transporte
conjunto de armas a Europa por Italia. Años antes, de la guerra de Argelia salieron
tácticas tanto subversivas –hubo aprendices colombianos- como contrainsurgentes
que, anticipando las promovidas por los EEUU, llegaron a latinoamérica a través
de militares del Cono Sur entrenados por franceses.
El contacto de los irlandeses con las FARC lo
habrían hecho los separatistas vascos. La médula de la triple alianza
IRA-ETA-FARC parece haber sido el C4, un potente explosivo ofrecido a cambio de
asesoría técnica para utilizarlo. Las FARC, con mayor acceso que sus socios a material
militar clandestino, le habrían suministrado ese insumo a ETA que, a su vez, le
habría dado parte al IRA recibiendo la tecnología para fabricar bombas. La
inteligencia británica señala que el origen más probable del C4 entregado por
ETA al IRA fueron las FARC. Varios atentados colombianos con esas bombas –como
el del Club el Nogal- sumados a la detención de tres irlandeses en la zona de
distensión del Caguán llevaron a señalar a IRA y a ETA como asesores en explosivos
de las mafias colombianas. Pablo Escobar contó para sus atentados con un etarra
contactado cuando Gilberto Rodríguez Orejuela estuvo detenido en Madrid.
Desde siempre, el discurso nacionalista antiimperialista
de ETA fue acogido por la izquierda revolucionaria y los mafiosos populistas. La
red de etarras refugiados en América Latina superó el centenar de combatientes,
varios de ellos traficantes de armas. Hasta finales de los 90, ETA mantuvo una sede
en Managua, importante centro de reciclaje de material bélico donde habían ido
a parar, con ayuda de amigotes influyentes, las armas robadas al ejército por
el M-19 en el Cantón Norte. La gran hipocresía del proceso de paz fue callar
estas realidades, de sobra conocidas por sus promotores Santos Calderón, para presentar
el conflicto colombiano como esencialmente campesino y desconectado del bajo mundo
global.
Un insólito refuerzo a las confrontaciones
armadas en Latinoamérica fue la decisión de Felipe González de deportar etarras
con la complicidad de François Mitterand. Estos dos prohombres socialistas buscaban,
según González, alejar “el riesgo de actitudes desestabilizadoras para nuestro
sistema democrático”. El gobierno de Aznar también daría “ayudas al desarrollo”
a países receptores de terroristas expulsados. El doble estándar europeo de aceptación
de rebeldes ajenos y lejanos con repudio frontal a quienes representan una
amenaza para su ciudadanía persiste. Al ver a Santrich acompañado por un hincha
del nacionalismo armado, el embajador español en Colombia le mandó una carta a
Rodrigo Londoño, antiguo Timochenko, con “el más enérgico rechazo a las
manifestaciones de apoyo al grupo terrorista ETA”. Ante semejante ofensa, el máximo
jefe fariano se disculpó.
El enfático reclamo pasó por alto que el
vínculo ETA FARC lo facilitó la irresponsabilidad de exportar rebeldes vascos. Además,
el prontuario de Santrich como exjefe del Bloque Caribe, con asesinatos, secuestros,
violaciones, voladuras de oleoductos y torres eléctricas, hace palidecer el de Txikito o cualquiera de los duros de la
banda y al lado de una camiseta etarra es tan inocuo para las víctimas
colombianas como el ícono del Che Guevara. De todas maneras, para una sociedad cuya
pazología está trastocando de manera delirante la justicia penal y las prioridades
de seguridad ciudadana puede ser pedagógico recordar que existen democracias consolidadas
que no toleran la más mínima exaltación o trivialización de la violencia
política, mucho menos su impunidad.
Albín, Danilo (2018). “González y Aznar pagaron a países de África y América Latina a cambio de controlar a deportados de ETA”. Público, Enero 25
EE (2019) “Timochenko ofrece disculpas a España por sujeto que usó camiseta de ETA”. May 31
Gibson, Helen (2001) “Global Networking: Trading in Terror?”. Time, Sep 3
González Yuste, Juan (1984). “González agradece a los países latinoamericanos que reciben a 'etarras'”. El País, Feb 4
Lozano, Pilar (1985). “¿'Narcoguerrilla' en Colombia?”. El País, Nov 24
Morris, Steven (2001). “IRA's links with Farc and Eta revealed”. The Guardian, Aug 25
Napoleoni, Loretta (2004). Yihad. Cómo se financia el terrorismo en la Nueva Economía. Barcelona: Urano
Panisello Sabaté, Susana (2013). “Operación Ron Añejo: la Investigación de la AVT sobre los Deportados de ETA”. Historia Actual Online, 35 (3), 2014: 163-172
Rubio, Mauricio y Román Ortiz (2004). “Organized Crimen in Latin America” en The Handbook of Transnational Crime and Justice. Sage Publications
SP (2019) ‘Que Santrich no lo olvide: así quede libre, tiene muchas deudas con las víctimas’. Pacifista, Mayo 16
Steinitz, Mark S (2002). “The Terrorism and Drug Connection in Latin America’s Andean Region” Policy Papers on the Americas, Volume XIII, 3,Center for Strategic and International Studies (CSIS).
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Tovar, Julio (2015). “¿Quién fue el etarra que enseñó a Pablo Escobar a utilizar explosivos?”. ABC.es, Ago 2