Pandillas en Belice


Caracterización de la Violencia y la Inseguridad en Belice
INFORME FINAL DE CONSULTORIA
BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO

Mauricio Rubio *
Octubre 2010


Introducción
El entorno
Caracterización de la violencia
Tasa de Homicidios
Evolución
Comparación con otros lugares
Otros crímenes
Mayor inseguridad: nuevas formas de violencia
Pandillas,  tiroteos y granadas
Tráfico de drogas
Belice y las drogas en los medios
Noticias de TV en Belice
Periódico local
Periódicos norteamericanos
Drogas en Belice: las agencias especializadas
CIA Y DEA
Naciones Unidas, Oficina Contra la Droga y el Delito
¿Cuál ha sido el papel de los beliceños en el tráfico de drogas?
Beliceños detenidos por drogas en los EEUU
Teoría 1: el transhipment
Teoría 2: la cocaína turística
Teoría 3: paraíso fiscal y legal
Teoría 4: pandillas y mercado local de crack.
¿Un mercado de la droga en expansión ?
Consumo de drogas en Belice
Pandillas en Belice
Pandillas y tráfico internacional de cocaína
Pandillas y mercado de crack
Violencia juvenil y precariedad económica e institucional
La llegada de los Crips y Bloods a Belice
Gangs y flujos migratorios internacionales
Perfil de los gangs
Incidencia
Algunas conclusiones y recomendaciones
BIBLIOGRAFIA
ANEXO 1
ANEXO 2
ANEXO 3
ANEXO 4



 


Introducción

No es fácil la tarea de diagnosticar la violencia en Belice. No tanto por la falta de información, que en realidad existe y está subutilizada, sino por la inconsistencia, incluso las contradicciones, entre las distintas explicaciones sobre la situación actual y su evolución en los últimos años. Además, las visiones más arraigadas no siempre concuerdan con la evidencia disponible.

El objetivo principal de este trabajo es establecer un diagnóstico, necesariamente preliminar, sobre la situación actual de seguridad ciudadana en Belice, su dinámica reciente, y la comparación con otros países de la región. En particular, se busca contrastar con evidencia de distintas fuentes las explicaciones más comunes sobre los gangs y la violencia actual en Belice.

Un aspecto sobre el cual parece haber consenso en Belice es en la asociación entre la violencia y la incidencia de gangs. Al igual que en otros países de la región, la información disponible no permite afirmar que los gangs son el único factor responsable de la violencia y el crimen. Por el contrario, los archivos de prensa sugieren que la gama de infractores a la ley es muy variada. Sin embargo, los gangs sí parecen ser el actor que mayor preocupación causa en la actualidad.

Entre las explicaciones de la violencia en Belice se pueden distinguir tres grandes familias, no necesariamente excluyentes sino complementarias. La primera, sin duda la más arraigada, es la que considera la violencia como una simple extensión del tráfico internacional de droga, y en particular de la cocaína colombiana hacia los EEUU. La segunda explicación, tradicional en Centroamérica, tiene que que ver con la limitación de recursos, económicos e institucionales, y con la marginación de ciertos segmentos de la población. La tercera gran explicación, bastante menos difundida, es la relacionada con las migraciones internacionales. A lo largo del trabajo se busca, ante todo, ofrecer evidencia que permita contrastar estas explicaciones.

Fuera de esta introducción, el trabajo está dividido en  cinco secciones en la primera, muy breve, se resumen las principales características geográficas, demográficas, económicas, sociales e institucionales de Belice relevantes para el diagnóstico de la seguridad ciudadana.

En la segunda sección, con base en la información oficial disponible, se hace una radiografía de las principales manifestaciones de la violencia. Se describe su situación actual y su evolución en los últimos años. Luego de constatar que los datos sobre el número de distintos incidentes de violencia no concuerdan con la percepción generalizada de una situación fuera de control se acude a una fuente poco convencional de información, los medios de comunicación, para constatar que lo que se ha agravado en los últimos años no es el número sino la gravedad de un conjunto muy reducido de incidentes –básicamente shootings, grenade attacks y armed robberies- que, se plantea como hipótesis, son los que han contribuído a la creciente sensación de inseguridad. También en esta sección se ofrecen argumentos a favor de la realización de unas encuestas de victimización, que constituyen el mecanismo más idóneo para conocer la incidencia de las distintas conductas que afectan la seguridad ciudadana. 

En la tercera sección se hace un esfuerzo detallado por desmontar una de las mayores imprecisiones del diagnóstico actual sobre la violencia y es la del papel, significativo y creciente, que juega Belice en el tráfico internacional de la cocaína. Se pretende, básicamente, desnarcotizar el diagnóstico de la violencia en Belice. Lo que se encuentra, luego de contrastar información del más diverso origen, es que la participación actual de Belice en el narcotráfico internacional es insignificante. Es claro que Belice nunca recuperó la notoria participación que tuvo en el mercado de la marihuana en los años ochenta. Además, el mercado local de la droga no parece ser de una magnitud demasiado diferente a los de sus vecinos centroamericanos o del caribe y parece seguir centrado en su producto tradicional, la marihuana. Dos factores contribuyeron a magnificar el papel de Belice en el tráfico de cocaína colombiana hacia los EEUU. El primero, muy mencionado, es el de su estratégica localización geográfica. En este caso, la desafortunada situación de Belice como visagra entre el Caribe y Centroamérica  ha hecho que siempre se encuentre en uno de los dos corredores importantes de la cocaína hacia el norte. Así, cuando el grueso del tráfico pasaba por el Caribe, Belice, como parte de esa región, se consideraba vulnerable. Después, cuando los envíos se trasladaron masivamente hacia México por Centroamérica, Belice conservó su importancia como parte de esta nueva región.  El segundo factor fue la inferencia apresurada que como Belice había sido un importante productor/exportador de marihuana, el tránsito hacia la cocaína sería automático.

La cuarta sección está dedicada a resumir las distintas explicaciones sobre las violencia juvenil en Belice. Para la primera, basada en el tráfico internacional de la cocaína, simplemente se resumen los orígenes de esta teoría, que se considera refutada con los argumentos de la sección anterior. También se analiza el eventual papel jugado por las pandillas en el mercado interno de crack. Lo que se deduce de esta sección es que si bien las pandillas pudieron jugar un rol importante en la introducción de ese producto a finales de los años ochenta, en la actualidad la importancia de dicho mercado parece ser bastante reducida. Con relación a la segunda familia de explicaciones sobre las pandillas, la de la falta de recursos, se resumen los resultados de trabajos recientes en los que se da apoyo a la teoría. Como principal aporte de uno de estos trabajos, se destaca el haberse centrado en el problema del sistema educativo. También se señalan algunas limitaciones de la argumentación, su eventual inconsistencia con algunos indicadores agregados y se hace un inventario de la información que será necesario recoger para contrastar formalmente esta familia de hipótesis. Como introducción a la tercera familia de explicaciones sobre las pandillas, se hace una breve historia de los gangs en Belice. Posteriormente se resume la dinámica de los distintos elementos asociados a la emigración que han contribuído a la consolidación de los gangs en Belice y que ayudan a entender su dinámica.

En la quinta sección se presentan las conclusiones y unas breves recomendaciones para los programas de prevención de la violencia en Belice.

El entorno

Belice es un pequeño y poco poblado país localizado al norte de Centroamérica. Última colonia de los ingleses en América, fue conocido como Honduras Británica hasta 1973. En Septiembre de 1981 se independizó aunque siguió siendo miembro del Commonwealth. Sus esfuerzos por dejar de ser una colonia  estuvieron enmarcados por una larga disputa fronteriza con Guatemala.

Una peculiaridad de Belice es la de ser considerado, simultáneamente, un país del Caribe y Centroamericano. Tanto su historia como sus instituciones, como colonia británica, llevan a asimilarlo a otros países anglo parlantes del Caribe. Sin embargo su cultura y su población, diversa y con alta proporción de inmigrantes, lo hacen similar a sus vecinos centroamericanos.

La mayor parte de los beliceños tienen ancestros mezclados y descienden de inmigrantes. Los mestizos, provenientes de mayas y españoles, constituyen el mayor grupo étnico, cerca de la mitad de la población, y habitan el interior poco denso. Los anglo parlantes descendientes de africanos e ingleses, los creole, alcanzan una cuarta parte del total y están establecidos en la región costera del centro. Hay una comunidad importante de garifunas, como se conoce a los descendientes de los indios caribe y los africanos deportados por los ingleses de San Vicente al golfo de Honduras a finales del siglo XVIII, asentada principalmente en la costa del sur. Ha habido también inmigrantes europeos, de surasia, chinos y del medio oriente. En la época de los conflictos centroamericanos llegaron cerca de 25 mil refugiados de Guatemala, Honduras y El Salvador. A su vez un número importante de garifunas y creoles han emigrado a los EEUU.

La mitad de los habitantes vive en áreas rurales. La mayor ciudad y antigua capital, Belize City, alberga cerca de la quinta parte de la población. Belmopan, la capital fue construída a unos 80 km de la costa a raíz de la destrucción causada por el Huracán Hattie en 1961. El gobierno se instaló allí en 1970.

La base tradicional de la economía fue la exportación de madera. Para los años sesenta la caña de azúcar y los cítricos ya ocupaban un lugar tan importante como la silvicultura. Desde los noventa se ha tratado de diversificar la economía. En la actualidad los servicios, y en particular el turismo, son la principal fuente de divisas.

Son varias las características de Belice relevantes para el diagnóstico de la seguridad. La primera, sin duda la más mencionada, es la de su posición geográfica estratégica como punto de acceso a los EEUU. En lo que no se ha hecho suficiente énfasis es en la posición de visagra que juega Belice entre el Caribe y Centroamérica. Se trata de uno de los pocos países que, dependiendo del contexto, hace parte de ambas regiones.

La segunda característica de Belice, tal vez ligada a la primera, relevante para el diagnóstico de seguridad es la de su composición étnica y racial, crecientemente diversificada. Sorprendentemente, esta compleja mezcla de etnias y razas no ha parecido relevante para el diagnóstico de la violencia en Belice, que se puede decir no está repartida de manera uniforme entre todos los grupos de la población.

La tercera peculiaridad tiene que ver con su estructura demográfica. A la alta participación de jóvenes en la población -un 60% con menos de 29 años y casi la tercera parte con menos de 15- se suman importantes flujos internacionales tanto  de inmigración como de emigración.

Caracterización de la violencia

Hay consenso en señalar que en los últimos años la inseguridad se ha tornado crítica en Belice. Es recurrente el comentario que se enfrenta una verdadera situación de guerra. “It is a bitter harvest we reap; heads bowed in grief as we carry  bullet riddled bodies of children, teenagers and even senior citizens to early graves, planted and watered with blood and tears. Vengeance our only recourse as the justice system fails, and the cycle of hate and war starts over again. This is not poetry but rather an attempt to illustrate what has become life in Belize City.  Ambulances and Police sirens scream from 7a.m. All  through “sunhot” middays and afternoons and under the cover of darkness, the carnage continues with heavy caliber weaponry sounding  like bombs over Iraq a la George Bush” [1].

Sorprendentemente, los datos oficiales disponibles sobre distintas manifestaciones de violencia no avalan la impresión de una situación en continuo deterioro y fuera de control en los últimos años.

Tasa de Homicidios

Evolución

La tasa de homicidios [2], el indicador más usual para caracterizar la violencia en una sociedad, su dinámica y la compararación con otros lugares, sugiere que, en efecto, la violencia en Belice no sólo es alta sino que ha venido en aumento.

Data from Belize Police Department (2000-2009) and Panamerican Health Organization (1995-2001).

No puede dejar de señalarse, sin embargo, que el verdadero deterioro de la situación no es reciente. En los últimos años se observa una relativa estabilidad de la violencia cuando se compara con lo sucedido en un período mucho más crítico que abarca la segunda mitad de los noventa hasta principios del siglo. Entre 1995 y el 2002 la tasa de homicidios se cuadruplicó, lo que equivale a un incremento promedio anual del orden del 20%. Luego de una brusca caída, del 25%, en el 2003 se observa un claro quiebre en esa tendencia. Entre el 2003 y el 2009, supuesto período crítico, el crecimiento promedio anual ha sido inferior al 5%. En el 2009 se observa incluso una leve caída en la tasa de homicidios. Aunque inferior en magnitud a la del 2003, el 10% observado no es despreciable. En síntesis, lo que sugiere la información disponible sobre homicidios es que la situación realmente explosiva de la violencia en Belice se dio hace un poco más de una década.
Un comentario que surge de manera inequívoca de esta gráfica es que “algo pasó” o “algo se hizo” hacia el año 2002 que permitió quebrar la tendencia, esa sí explosiva, que traía hasta ese momento el número de muertes violentas. 

Los datos parciales del 2010, muestran que se ha dado un recrudecimiento en el nivel de la violencia. Además, varios incidentes a lo largo de este año han causado consternación y han generado fuertes reacciones en distintos sectores de la comunidad [3].

Sobre las motivaciones para los homicidios la incertidumbre es alta. Al hacer públicas las cifras del año 2008, la policía declaró que de los 103 homicidios ese año, 24 eran “gang related”, 21 se relacionaban con misunderstandings y para el resto el motivo era indeterminado [4].

La información sobre el número mensual de homicidios reportados por la policía desde el año 2000 tiende a corroborar la observación anterior de relativa estabilidad reciente. El incremento importante en los niveles de violencia se dio a principios de la década. De acuerdo con estos mismos datos, los últimos tres años se caracterizan, por el contrario, por un comportamiento estable de los datos alrededor de un promedio de 8 muertes violentas por mes.
Source: Belize Police Department

Comparación con otros lugares

Con respecto a lo que se observa en otros países, un punto que se debe señalar es que el número extremadamente bajo de habitantes en Belice –apenas se superaron los 300 mil habitantes en el año 2009- tiende a penalizar la situación de violencia de este país en esas comparaciones. Es bien conocido que en todas las sociedades, y en todas las épocas, la violencia homicida se concentra en unos pocos lugares específicos en donde ocurren la mayor parte de los incidentes. Así ocurre en la actualidad en este país, en donde el grueso de las muertes violentas se concentran en el Belize Distric, en particular en Belize City y, al interior de esta ciudad, en unos pocos barrios. No todos las regiones de Belize son igualmente violentas. Con un promedio nacional ligeramente superior a 30 homicidios, las diferencias entre distritos son casi de uno a ocho. En el de Belice la tasa para el período 2005-2007 fue de 46 homicidios por cien mil habitantes. En Toledo fue de ocho y en Orange Walk de once. A su vez, En el distrito más violento el contraste entre Belize City (60) y el resto (37) es también marcado.


A diferencia de otros países que cuentan con un número de habitantes suficientes para que, al dividir los homicidios por la población total, el promedio nacional se reduzca, los incidentes que ocurren en los “hot spots” o alrededor de la llamada “jungle area” de Belice City [5] no tienen mucho margen para diluírse en el promedio nacional. En ese sentido, puede ser más relevante la comparación con la tasa de homicidios de otras regiones centroamericanas, no con el total por países. El ejercicio es revelador. En Guatemala, por ejemplo, hay nueve provincias, de un total de veintidós que son más violentas que el distrito más violento de Belice. En Salvador son seis las provincias, de un total de catorce, más violentas que Belize District. En Honduras son seis de trece los departamentos en donde hay más muertos per cápita que en el distrito más violento de Belice. En el otro extremo, el Distrito de Toledo en Belice es más pacífico que cualquiera de las regiones en Guatemala, Honduras o El Salvador.

Homicide rates by region in 3 countries
Data from UNODC (2007) and Leyva (2001)

Aunque dos de estos países tuvieron largos conflictos armados, los datos de homicidio que aquí se presentan, son de varios años después de la firma de los acuerdos de paz.

Incluso la tasa de homicidios de Belize City, indiscutiblemente alta, resulta menos atípica cuando se la compara con la de otras ciudades americanas.

Por encima de la antigua capital se encuentran Washington DC, San Pedro Sula, Cali, San Salvador, Ciudad de Guatemala, Medellín y Recife.

Las observaciones anteriores conducen a focallizar la atención ni siquiera en Belize City sino en uno de sus sectores, el South Side, en donde entre el 2002 y el 2009 ocurrieron el 40% de los homicidios. Con una población que apenas representa el 10% del total nacional, se tiene allí una tasa de homicidios del orden de 135 por cada 100.000 habitantes, que se puede considerar  exorbitante para cualquier estándar internacional.

Un aspecto preocupante es que parecería haberse iniciado una especie de contagio. Si bien los mayores niveles se observan en Belize City, desde hace unos años las tasas de crecimiento eran más altas en el resto del distrito y el país. Así, mientras entre el 2005 y el 2007 el número de muertes violentas en Belize City permaneció casi constante ligeramente por debajo de 40, en el resto del Distrito el crecimiento anual fue un descomunal 47% y en el resto del país un 10%.

Otros crímenes

En forma contraria a los datos de homicidios, la información sobre incidentes de violencia sexual denunciados a la policía muestra un continuo descenso a lo largo de la última década. De cerca de 30 violaciones (por 100 mil habitantes) denunciadas en el año 2000 se ha pasado, una década después, a un tercio de esa cifra.
Data from Belize Police Department

De acuerdo con los Youth Enhancement Services (YES), del Ministry of Human Development, en el 2003 hubo un total de 330 casos de “sexual abuse and exploitation of young women and girls”, una cifra bastante superior a los 50 incidentes de rape que reporta la policía [6]. Sin embargo, no se sabe cuantos de los casos señalados por YES corresponden a rape. La misma fuente indicaba que se esperaba para el 2004 un incremento en esa cifra.


En el número de crímenes contra la propiedad denunciados ante la policía también se observa una tendencia de estabilidad o descenso. Los robberies se habrían mantenido estables alrededor de 200 casos por 100 mil habitantes. Los burglaries y los thefts, por su parte, se han reducido casi a la mitad a lo largo de la última década.
Data from Belize Police Department
La tendencia decreciente de estas estadísticas de la policía puede interpretarse de dos maneras. Uno, estarían reflejando un descenso general en las tasas de delincuencia. Esta no es una interpretación consistente con la sensación de marcado deterioro y con la información de los medios de comunicación. Dos, podrían reflejar una caída continua en la tendencia de los ciudadanos a denunciar los delitos. Tres,

Para los atentados a la propiedad, puede pensarse, al igual que con los homicidios, en un marcado deterioro en la gravedad de los incidentes, que parecen cada vez más violentos. ** ejemplos

De manera consecuente con la creciente violencia en algunos incidentes, se habría dado un descenso en la tendencia a denunciar, simplemente por un mayor temor a las represalias por parte de los atacantes. Algunos incidentes recientes tienden a avalar esta hipótesis. Las declaraciones del Chief Justice en su reporte anual del año 2008-2009 también apuntan en la misma dirección. “Witnesses to crimes are increasingly unwilling to come forward to testify. This may be due to fear or other pressure” [7]

Para los incidentes de violencia sexual, se puede pensar en un factor que compensa la posible caída en la tendencia a denunciarlos a lo largo de la última década. Se trata de un período en el que los derechos de las mujeres han pasado a ocupar un lugar prioritario en la agenda de las ONGs y agencias internacionales. Las campañas de concientización sobre la conveniencia de denunciar los atentados contra esos derechos y la progresiva intolerancia contra todas las formas de violencia contra la mujer sugerirían que la tendencia a ponerlos en conocimiento de las autoridades habría aumentado, no disminuído.

Sin tener disponibles datos de encuestas de victimización es imposible hacer comparaciones de la situación en belice con la de otros países. Se puede sin embargo, para este ejercicio, recurrir a otras fuentes. De acuerdo con los autores de una colección de guías turísticas que cubre varios países de la región la situación, para el año 2001 la situación, aunque había desmejorado, aún no era tan grave como en otros países.  “Although Central America as a whole has earned a generally justified reputation for criminal activities, violent crimes aimed at tourist were, until recently, extremely rare in Belize. But despite being on the increase, they’re still low in comparison with other countries and while armed muggnigs of foreigners have ocurred, you are very un likely to become a victim, whatever you migth hear to the contrary” [8].

Mayor inseguridad: nuevas formas de violencia

Si, como sugiere la información disponible, la tasa de homicidios de los dos o tres últimos años no parece corresponder a la alarma que ha despertado, es probable que el deterioro en la sensación de seguridad que se palpa en Belice tenga más que ver con las características de los incidentes de violencia que con su número. Varios elementos apuntan en esa dirección. Por un lado, en los últimos años aparecieron ciertos incidentes que aunque no dejaron muchas víctimas letales, tuvieron características de ataques masivos e indiscriminados, con un número potencial de víctimas muy alto.

Pandillas,  tiroteos y granadas

A principios del 2008 en el Bar Putt Putt “35 shots were reportedly indiscriminately fired, killing a young female bartender, Deandra Zetinase” [9]. Al terminar el primer semestre de 2010, se habían registrado en Belize City más de 100 shootings. O sea cuatro veces el número de homicidios. Más del 90% de estos incidentes habían ocurrido en el Southside, en donde tienen su base los cuatro mayores gangs [10].

La frecuencia de las alusiones a los gangs, y en particular a los shootings, en los medios de comunicación aumentó de manera sostenida desde finales de los noventa, mostró una marcada aceleración en la década pasada y un pico excepcional en el año 2008. El número de veces que la palabra shooting aparece en el archivo de un canal de televisión local, que no pasaba de 500 al año durante los noventa llegó casi a 3000 en el 2005 y a los 4000 en al año 2008. Para el término gang, el promedio anual de menciones para la primera mitad de los noventa fue de 50. En el año 2003 se alcanzaron las 400 menciones y para el 2008 casi se llega a las 600, 12 veces más que al principio de la década anterior.
 
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El año que aparece como crítico, el 2008, corresponde al período en el que se dio un ataque, en Mayflower Street, que cambiaría por completo el panorama. “A young man on a bicycle with a small weapon of great destruction –a grenade– launched a deadly attack on his peers”. El saldo fue de un joven de 16 años muerto. Pero hubieran podido ser muchas más. Y las características del atentado marcaron un punto de quiebre. Como afirmaba el editorialista de un diario local “we took a sudden plunge into a hellish dungeon of darkness” [11].

Los que para algún observador foráneo se podrían tomar como ataques terroristas por grupos fundamentalistas u organizaciones políticas, o vendettas entre poderosos narcotraficantes, parecerían haber sido en Belice un paso adicional en el escalamiento de los enfrentamientos entre gangs.

La alusión a los grenade attacks en los medios de comunicación es tal vez lo que mejor se adapta a la sensación de reciente,  acelerado y aparentemente fuera de control  deterioro en la situación de inseguridad. De esporádicas menciones a incidentes de guerra ocurridos fuera del país durante los noventa y la primera mitad de esta década, los ataques con granada pasaron a ser en los últimos años un asunto casi cotidiano en las noticias.
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En los archivos de Amandala consultados a mediados del 2010, la primera mención del término grenade aparece en el año 2006, en una carta escrita por un joven del Southside y dirigida a los políticos de Belice. De manera casi profética –seguramente con inside information- pero amenazante el autor de la misiva anuncia que “be warned, though, the youths have grenades now. Grenades are on the streets of Belize. You know what this means? Not even you and your families are safe in your mansions anymore” [12].

La segunda mención del término, en 2007, se da cuando, a raíz de una explosión en un restaurante de comida rápida, el citado periódico anota que las autoridades han descartado que se trate de alguna bomba o granada [13].

El primer ataque con granadas en Belice, como se vió, ocurrió en el año 2008, el el 18 de Mayo, sobre un grupo de 12 jóvenes. Como es lógico, produjo enorme desconcierto y marcó de manera definitiva la percepción sobre una nueva era de la violencia. “At approximately 8:50 last night Sunday, May 18, deadly violence in Belize City reached a new high, as the nation recorded its first grenade attack in either a civilian or military setting, leaving the residents of Mayflower Street, used to the sound of gunshots, in shock, unable to believe what they had witnessed with their own eyes” [14].

A los pocos días, cuando dos de los principales sospechosos del atentado, uno de ellos de 16 años, se habían entregado, se supo que se trataba de una retaliación por parte de un grupo del área de St Martin que había sufrido un ataque la noche anterior [15]. Se especificó que el menor que lanzó el artefacto lo había recibido de su hermano mayor. Se trataba de una granada “tipo Europa del Este”.

Un mes después de este primer ataque, el Gang & Violence Prevention Unit de la Policía descubría en una casa de Belize City un conjunto de armas que incluía otra granada y media libra de explosivos PE4.

En Septiembre de ese mismo año, una granada fue lanzada cerca del Karl Heusner Memorial Hospital, en medio de la celebración anual del Carnival Road March. El artefacto no explotó pues estaba en una bolsa plástica que lo impidió. Justo antes de que la granada fuera encontrada –la policía fue advertida por una llamada- había estallado un tiroteo en Lizarraga St que produjo pánico entre los asistentes a la celebración, algunos de los cuales resultaron heridos. Mayor desconcierto produjo la granada de fragmentación que, de haber explotado, habría podido  dejar muertos en un área de cerca de 100m2 a la redonda. Como estaba intacta, el origen del explosivo pudo establecerse. Se trataba de una granada de fabricación inglesa, traída a Belice por el British Army Training Support Unit Belize (BATSUB) [16].

Poco tiempo después del atentado, un joven de 19 años detenido por la policía como responsable del mismo, fue acusado en la Corte por posesión de marihuana, pero no por el incidente de la granada. La madre, la hermana y el hermano también habían sido acusados por posesión de drogas.  Más tarde los cargos al supuesto responsable sí fueron por posesión de armas sin licencia [17]. El hermano mayor del acusado, un DJ en San Pedro, había sido asesinado 3 años antes. En ese momento su familia había acusado a la policía del crimen [18].

En noviembre del mismo año, una tercera granada, que esta vez sí explotó pero sin dejar víctimas, fue lanzada en Old Fabers Road. En el mismo lugar, la víspera, un ciclista había tratado de disparar hacia cinco personas que se encontraban en un balcón, pero su arma se trabó. De acuerdo con testigos, el responsable de lanzar la granada era un joven de unos 15 años que corrió y fue recogido por un automóvil [19]. Aunque, al haber explotado no fue posible saber de donde provenía esta granada, surgieron las sospechas que también podría ser similar a la del hospital. Dos semanas después del atentado, la policía señaló que cuatro años antes, en el 2004, había habido un robo en BATSUB y que de allí faltaban 24 granadas tipo L109A1 [20].

En Marzo de 2009, en un incidente calificado de narcoterrorismo, la residencia del Comptroller of Customs, que había sido amenazado, fue atacada con una granada [21]. El frontal ataque a un alto funcionario público fue considerado un nuevo punto de quiebre en la situación de inseguridad. El ambiente se agravó por el hecho que, por esos mismos días, cinco oficiales de policía fueron heridos en un enfrentamiento con un grupo de sospechos a los que pretendían detener. A los pocos días el People’s United Party (PUP) manifestó su preocupación por la escalada de violencia [22].

El quinto incidente con una granada ocurrió a finales del 2009, el 28 de Diciembre. Un joven de 14 años murió al explotar una granada de mano en Kraal Road y Haynes St. Dos personas más resultaron heridas. Pocos días más tarde, el responsable del atentado fue acusado. Con el hallazgo del safety pin de la granada, se supo que también era de farbricación inglesa, y del mismo modelo de las sustraídas en BATSUB años antes [23]

Pocos días después, y de nuevo sin dejar ninguna víctima, estalló a la madrugada en el área de Caesar Ridge Road en frente del Wilton Cumberbatch field la sexta  granada. La importancia de este incidente radicaba en que echaba por la borda las conversaciones que las autoridades –el comisionado de Policía, el Ministro de National Security y el Primer Ministro- mantenían con los funcionarios del “Conscious Youth Development Programme” CYDP y con algunos de los líderes de las pandillas de Belize City. En estas conversaciones, las pandillas habían aceptado iniciar un cese al fuego para darle fin a la escalada de violencia del año anterior [24].

En abril de 2010, murió una joven de 19 años que había sufrido numerosas heridas al lanzarse de un bus en movimiento con 30 pasajeros que estaban mantenidos como rehenes por dos atracadores, uno con una pistola y otro con una granada de mano [25].

En Julio de 2010, la secretaria del Income Tax Department recibió una llamada con el siguiente mensaje: “There is a person in a white shirt, black cap, coming to the Income Tax on the second floor with two grenades”. Al llegar la policía el edificio ya había sido evacuado. Los funcionarios fiscales no entendían muy bien si la llamada había sido para prevenirlos y evitar víctimas o si se trataba de una nueva amenaza.

El actor y periodista de la televisión británica Ross Kemp, ha recibido reconocimiento internacional por su serie de documentales sobre gangs en todo el mundo. Entre el 2006 y el 2008  realizó capítulos sobre los gangs en Londres, Orange County (California), Nueva Zelandia, Río de Janeiro, Cape Town, St Louis, Moscú, El Salvador, East Timor, Colombia, Polonia, Jamaica, Los Angeles, Bulgaria y Kenya. En el 2008, precisamente cuando se empezaron a usar granadas en los enfrentamientos entre gangs, Kemp realizó un episodio sobre los gangs en Belice que causó gran impacto  [26]. En el documental hacía énfasis en que el principal combustible de los enfrentamientos era el desempleo y el “rampant drugs trade”.

Aunque para muchos observadores locales del documental, e incluso algunos de los entrevistados, había mucha exageración y sensacionalismo, varios informes de prensa coincidieron en señalar que había suministrado la focalización que necesitaban las autoridades para manejar el problema [27]

En una de las escenas de este documental, con mal disimulado dramatismo, el actor-reportero afirma: “in all my travels around the world I have never seen a gang with this kind of hardware”. Posteriormente en los lugares donde se promociona la serie, Kemp confirma que "Belize was the first place I was ever given a hand grenade by a gang member" [28].

Parece claro que Ross Kemp no visitó otros lugares de Centro América, como por ejemplo Nicaragua, en donde los gangs utilizan armamento aún más pesado. Allí los jóvenes no siempre lanzan las granadas con la mano pues disponen también de morteros.  Además, los han utilizado desde hace más de una década para, como jugando a la guerra, resolver sus confrontaciones. Un reporte de Prensa de Managua relata como, a mediados del año 2001, “el jovencito xxx de 16 años, resultó lesionado en la espalda al ser alcanzado por la pólvora de un mortero que una pandilla identificada como “Los Frijoles” le lanzó cuando jugaba en la vía pública, informó la Policía Nacional [29]. Unos años antes, Dennis Rodgers, un antropólogo inglés que convivió varios años con las pandillas de Nicaragua, e incluso se hizo miembro de una de ellas, confirmaba la amplia gama de armamento que podían llegar a usar.  “Las armas que utilizan los pandilleros van desde sus propias manos desnudas  y listas para el ataque hasta fusiles AK-47 y granadas de fragmentación. Generalmente, utilizan piedras, palos, tubos, puñales y morteros. Las armas de fuego -ametralladoras o pistolas- no son las más usuales en los pleitos entre pandillas y las utilizan sobre todo para asaltos o robos, a menos de que se trate de un pleito prolongado en el que cada enfrentamiento requiera de una escalada en el armamento que emplean ambos bandos, hasta que llegan  al uso de armas de máxima potencialidad” [30].

Tráfico de drogas

Si es difícil caracterizar la violencia actual en Belice, la influencia del tráfico de drogas sobre la situación de inseguridad lo es aún más. Está fuertemente arraigada la idea de que se trata del principal combustible de la violencia. Los supuesto básicos alrededor de este diagnóstico son dos. Por un lado que Belice juega un papel importante  en el tráfico de cocaína colombiana hacia los EEUU. Por otro lado, que al haberse intensificado en la última década el tráfico de cocaína por el corredor centroamericano hacia México y los Estados Unidos, el rol de Belice en ese tráfico sería cada vez más importante. Así, el nuevo escenario del mercado internacional de la cocaína ayudaría a explicar la creciente intensidad de la violencia en Belize. Este escenario de alta y creciente influencia del tráfico internacional de cocaína ha sido adoptado por las agencias anti droga norteamericanas, por los organismos de seguridad de Belice, por los medios de comunicación e incluso por algunos trabajos académicos. 

En el informe de la DEA sobre Belice del año 2003 se afirma en la introducción que junto con los crecientes problemas sociales del país, como el desempleo y la pobreza, se observa “a growing involvement in the drug trade, increased gang activity and rising urban crime” [31].

En una conferencia sobre las implicaciones de la globalización en la seguridad marítima en el Caribe y Centro América un oficial de Belize Coast Guard afirmaba que “the Caribbean region suffers from the worlds highest murder rates which is linked directly to drug trafficking and its effects on crime, violence, corruption, poverty and an undermining of democracy. The majority of Caribbean states has long unpatrolled coastlines and suffers from weak economies which lead to limited law enforcement capacity. While drug trafficking is rampant and the residual effect continues to degrade and weaken nations the situation seemingly will remain unchecked as long as the lucrative markets remain open in the US … The movement of drugs through the Caribbean and central America has been linked to several negative concerns such as an increase in levels of crime and violence, proliferation of illegal firearms and ammunition, corruption of state officials and institutions” [32]

Hasta la fecha, los medios locales, algunos con algo de reticencia, han transmitido la misma idea. “The vice of drug trafficking is held as one of the underlying culprits that sustain a high crime rate, particularly in the City” [33].

Un trabajo académico reciente también la endosa. “Belize, located on the Central American  corridor adjacent to Mexico,  joined  the  top  ten  most  violent  countries  during  the  shift  of  the  drug  trans‐shipment  route  from  the  Caribbean  to  the  Central  American  corridor” [34]

La idea de que el narcotráfico, y paralelamente el crimen, vienen creciendo aceleradamente no es nueva. En 1987, ya se hablaba, incluso en los medios norteamericanos de un boom en el mercado de la marihuana en Belice, y consecuentemente una ola de crimen sin precedentes. El primer minstro de la época afirmaba. "Belize has always grown marijuana, and it always has been used by some people, but not where it has become a critical situation” [35].

El argumento principal que se utiliza para señalar a Belice como una importante escala en el tráfico de cocaína suramericana hacia los EEUU es el de su situación geográfica que, supuestamente, sería estratégica como punto de transbordo de los cargamentos de droga.

Una importante caja de resonancia para este macabro escenario, y probablemente su consagración definitiva, fue el episodio sobre los gangs en Belice realizado por el periodista inglés Ross Kemp para la televisión. El reputado experto mundial en gangs afirma que este pequeño país juega un significativo papel en el millonario mercado mundial de la cocaína.  Afirma que “Belize has become an essential part of the narcotics highway from production in South America to consumption in North America” [36]. Sin citar su fuente precisa que más de la tercera parte, exactamente el 37%, de la cocaina que entra en los Estados Unidos pasa por Belice. La cifra del periodista, cuya fuente no podría ser más oficial [37], implicaría que cerca de 185 toneladas de cocaína pasan actualmente al año por Belice [38]. Unos meses antes, funcionarios de la Embajada de los EEUU en Guatemala habían afirmado  que el 75% de la cocaína destinada a los EEUU pasaba por dicho país [39]. De estas dos cifras se podría deducir no sólo que Belice es un punto de tránsito tan importante como México sino que toda la droga proviene de Guatemala.   

Se ha estimado que el valor de mercado del flujo de cocaína a EEUU es del orden de U$50 mil millones, o sea casi el doble del PIB de Guatemala, tres veces el de Panamá y unas cincuenta veces el de Belice [40]. El estimativo adoptado por Ross Kemp implicaría que por este último país transita cocaína por un valor superior a 18 veces su PIB. 

Para Ross Kemp, las razones son obvias: “its geographical position, its hundreds of miles of unpatrolled coast and ungarded land borders make this tiny country a perfect heaven for drug traffickers … It´s labirynth of mangroves and hundreds of islands also attract drug smugglers” [41].

Tan evidentes como las ventajas naturales y geográficas de Belice para el narcotráfico es el impacto de esta actividad sobre la violencia. Puesto que, según el mismo periodista, los carteles colombianos les pagan a los gangs de Belice con droga, dinero y armas, “this small city is swamped with guns and drugs and gangland murders are a a record level” [42]

Basta con mirar un mapa como los que muestra Ross Kemp en su documental para constatar que Belice podría ser, en efecto, una de las muchas escalas posibles en el transporte tanto marítimo como aéreo de las drogas hacia el norte. Desafortunadamente, el artificio de pensar lo que mejor les conviene hacer para transportar su mercancía no siempre funciona con los narcotraficantes, cuyas decisiones sobre rutas dependen de múltiples cuestiones como los contactos previos, las redes de corrupción, el idioma compartido o los costos de cambiar de medio de transporte. Para Colombia, por ejemplo, desde hace varios años se rebatió el argumento, también sugerido por la simple observación de los mapas, que la localización geográfica del país había sido un elemento determinante de la consolidación de la industria de la cocaína. Lo que se sabe es que diversos factores sociales, políticos, empresariales, culturales, así como las redes de emigración previa hacia los EEUU o la tradición en el contrabando influyeron no sólo en el liderazgo colombiano sino en la localización de la actividad en regiones diferentes a aquellas en las que funcionaba la exportación de la marihuana [43].

Para contrastar estas ideas tan arraigadas, antes de analizar las fuentes más autorizadas sobre el mercado internacional de las drogas vale la pena recurrir a una metodología muy simple como es la revisión sistemática del cubrimiento del tráfico de drogas por Belice en los medios de comunicación locales y extranjeros.

Belice y las drogas en los medios

Noticias de TV en Belice

La base de datos electrónica de una cadena nacional de televisión permite elaborar un inventario, y hacer una revisión detallada, de todos los incidentes de incautaciones de cocaína en Belice que hicieron noticia desde finales de los años noventa hasta la fecha [44]. El ejercicio, como se verá, es consistente con los datos oficiales de las agencias antidrogas e incluso se puede considerar más completo. Además, permite obtener una visión un poco más detallada sobre la estructura del mercado, o mejor los mercados, de cocaina en Belice.

El primer punto que vale la pena destacar de este ejercicio es que no parece consistente con la idea generalizada de un mercado de la cocaína en franca expansión. Por el contrario, y puesto que es más que razonable suponer que los esfuerzos por controlar el comercio de narcóticos durante la última década se han incrementado con relación a los años noventa, se puede incluso pensar en un mercado en retroceso a partir de finales del siglo, y en particular desde el año 2001. Más adelante se ofrecen mayores detalles sobre los condicionantes externos del tráfico de cocaína desde Colombia que corroboran la idea de un quiebre en el mercado desde principios del nuevo siglo.

Own calculations based on data in Annex 1
Sobre las incautaciones de los años 96 y 97 no se tienen los detalles en la base de datos mencionada. Correponden a un informe entregado por la policía previendo una posible descertificación por parte de los EEUU. Se trataba de mostrar que en esos años, y en particular en el 97, se había dado un importante incremento en los montos de droga incautada por la policía (tanto cocaína como cannabis). El record de ese último año, más de dos toneladas y media, correspondía a dos golpes a los narcotraficantes colombianos en las costas de Belice. Los resultados posteriores a la incautación fueron menos satisfactorios: en un caso todos los sospechosos fueron dejados en libertad por falta de pruebas y en el segundo, con cuatro colombainos detenidos, uno fue liberado por un tecnicismo legal y los otros por poco son dejados libres para volver a su país [45].

Sobre el record histórico observado en el 2001, casi cuatro toneladas incautadas, sí se tienen detalles. En esencia corresponde a sólo a tres acciones. La primera, el 9 de Mayo de 1150 Kg se hizo en Ladyville y Tower Hill y no aparecieron colombianos comprometidos. Se detuvieron 5 personas, incluyendo los dos hermanos Robert y Adrian Hertular, originarios de Belice. Se supuso que la droga iba para los EEUU [46]. En una segunda operación, el 3 de septiembre, 1125 kg fueron hallados en un barco colombiano cuyos ocupantes escaparon [47]. A los pocos días fue detenido un pescador mexicano por su posible vinculación con la droga incautada [48]. Un mes más tarde, en un apartamento de Belice City fueron incautadas una y media toneladas de alcaloide y detenidas cinco personas, cuatro mexicanos y un joven de 17 años de Belice. En conjunto, estos tres golpes significaban no sólo la mayor cantidad de cocaína incautada en un año en Belice sino que además, encajaban perfectamente en el escenario que habría de adoptarse como definitivo y que incluía colombianos, mexicanos y ciudadanos locales con algunos menores de edad.

Casi la totalidad de la cocaina incautada en el 2003 corresponde a los 700 kg encontrados en una aeronave abandonada cerca de la frontera con México. Gracias a una llamada anónima la policía se presentó en el momento de aterrizaje del aparato. Luego de un intenso tiroteo, que duró cerca de cuatro horas, los traficantes huyeron dejando atrás la nave con su carga. Este es uno de los pocos incidentes encontrados que avala el escenario del transhipment de cocaína hacia México.

Por último, las cerca de dos y media toneladas incautadas en el 2005 provienen en su casi totalidad de una sola operación en la cual fue arrestada una familia de South Tobacco Caye que, se cree, había descargado la cocaína traída en un barco colombiano [49]. La localización de esta droga ya es un poco más difícil de encajar en el esquema del transhipment hacia México o los Estados Unidos.

Para el diagnóstico de la violencia en Belice, y su eventual relación con el tráfico de drogas, más reveladora que la evolución de las incautaciones a lo largo del tiempo es tal vez su distribución geográfica.  Al respecto, el primer punto que se debe destacar es la baja participación de Belice City en la droga decomisada por las autoridades. En efecto, la ciudad en donde está más concentrado el problema de la inseguridad, allí donde ocurren cerca del 40% de las muertes violentas, representa tan sólo un poco más de la quinta parte (21%) del total de las incautaciones de cocaína realizadas en la última década.

Pero no sólo la participación de Belice City es inferior a la esperada, sino que las características de las incautaciones también marcan una diferencia entre esta ciudad y el resto del país. En esencia, y de acuerdo con los datos de decomisos analizados, el grueso del problema del tráfico de cocaína a mediana y gran escala se hallaría por fuera de la antigua capital, en donde lo que parece haber es un comercio al menudeo. En efecto, mientras en Belize City casi una tercera parte de las incautaciones reportadas en las noticias correponden a cantidades inferiores a 100 gramos, para el resto del país tal porcentaje es tan sólo del 10%. En el otro extremo, sólo el 8% de la droga incautada en Belice City venía en cantidades superiores a los 10 kilogramos. Para el resto del país la proporción de incautaciones de gran tamaño es exactamente el doble. 
Own calculations based on data in Annex 1
No sólo las cantidades de droga que se incautaron, y se puede inferir se transan, en Belice City aparecen menores sino que la naturaleza del producto también lo es. El de Belice City, más que de cocaína, parece ser un mercado especializado en el crack. Como se aprecia en el anexo, el grueso de las incautaciones en pequeñas cantidades en Belice City no fueron de cocaína sin procesar sino de crack, muchas veces empacado en pequeñas bolsas. Un estimativo en extremo aproximado y burdo de la participación de Belice City en el mercado nacional de crack cocaine [50] sugeriría una cifra cercana al 90%.

Periódico local

Las bases de datos electrónicas de los medios escritos están disponibles para un período relativamente corto, que no permite captar los cambios más importantes en las tendencias de las últimas décadas. Pero vale la pena de todas maneras analizar cual ha sido el cubrimiento del problema de la droga en los últimos años en uno de los periódicos.

A pesar de los pocos años para los cuales se puede hacer un inventario de las noticias sobre drogas en Belice en la prensa escrita, vale la pena señalar que, de nuevo, no se corrobora la idea de una actividad en expansión que sirve de combustible a una violencia desbordaba. Por el contrario, desde el año 2007, lo que se observa es una relativa estabilidad, incluso una leve caída, en la atención de los medios locales escritos al problema del narcotráfico. Mientras en el año 2007 hubo en uno de los periódicos locales 30 noticias, o sea unas dos y media al mes, relacionadas con la cocaína, en el 2009 el número cayó a 23 y entre Enero y Julio del 2010 apenas se llega a 16. Anualizando esa cifra, se tendría un dato inferior al observado en el 2008. Para drug trafficking, desde hace unos cuatro años se observa alrededor de una noticia al mes.

Number of times that each word appears in amandala.com.bz files each year.
For 2010 average Jan-Jul for the whole year
Para el período 2007-2009 hubo en Belice un total de 81 noticias o comentarios en la prensa escrita relacionados con la cocaína, lo que equivale a un promedio ligeramente superior a dos al mes. A título de comparación, en ese mismo lapso, en un periódico colombiano [51] aparecieron cerca de 3 mil, o sea un poco menos de tres diarias.

La segunda anotación es que el contenido de la mayor parte de estas noticias sobre tráfico de drogas es genérico en el sentido que no hace referencia a incidentes específicos.  Los casos concretos que llamaron la atención de la prensa escrita son tan escasos que se pueden revisar  en su totalidad [52]. En conjunto, se puede considerar que se trata de la visión que se tiene desde la principal ciudad, la más azotada por la violencia, sobre los hechos más destacados de la segunda mitad de la década [53].

La revisión de estos trece relatos sobre incidentes de tráfico de cocaína confirma varias observaciones anteriores. Por un lado, no se corrobora la idea de un impacto devastador del tráfico internaional de cocaína sobre Belice. No aparecen  por ningún lado los grandes barones de la droga locales, ni mucho menos sus temidas alianzas con las mafias colombianas o mexicanas. Tampoco aparece ningún rastro en los medios sobre el supuesto papel determinante de los gangs locales en ese tráfico. Dentro de las noticias que llamaron la atención de los medios escritos en la segunda mitad de la década, lo único que se asemeja a tráfico de cocaína propiamente dicho, la incautación de 13.9 kilogramos, se hizo en un vehículo Izusu que salía de una finca cerca de Dangriga, muy lejos de donde operan los gangs en Belice City. Por otro lado, tampoco se confirma  la idea de un mercado en expansión. Por el contrario, lo que se sugiere es una actividad que viene cayendo luego de un pico a principios del siglo. Así, la comparación de lo que han reportado los medios de comunicación locales sobre tráfico de drogas en Belice, sobre todo en los últimos cuatro años, y el supuesto 37% de la cocaína consumida en norteamérica que, según Ross Kemp, pasa por Belice, no podría ser más marcada. Vale la pena hacer un ejercicio similar pero con la visión que tienen los medios extranjeros sobre la situación de la droga en Belice. 

Periódicos norteamericanos

De acuerdo con la base de datos News Library, que guarda archivos electrónicos de las noticias de 3400 periódicos norteamericanos desde los años ochenta [54] se puede realizar un ejercicio similar para tener una idea de la percepción sobre la importancia relativa de Belice en el tráfico de drogas hacia los EEUU, y la evolución de su papel a lo largo de las últimas décadas.

Para eso, simplemente se comparan las noticias que hacen referencia a algún aspecto del narcotráfico en las que, además, se hace referencia a algún país específico. El ejercicio más simple consiste en comparar el número de veces que aparece la palabra “cocaine” mencionada con los distintos países de Centro América y con Colombia, que es el origen reconocido de la mayor parte de la droga que entra a los EEUU, incluyendo la que pasa por México. Una búsqueda parecida se puede hacer reemplazando “cocaine” por los términos “drug trafficking” y mirar cuantas veces aparecen en conjunto con los nombres de los distintos países.

En forma casi independiente del vocablo que se utilice para hacer referencia al tráfico de narcóticos el ordenamiento de los países que aparece con esta simple metodología es el mismo: en primer lugar, claramente alejados del resto de países, se encuentran México y Colombia con cerca de 60 mil menciones cada uno. En tercera posición aparece Panamá, citado en 15 mil oportunidades y que se diferencia, también de manera nítida, de un grupo en el que entran el resto de países centroamericanos, cada uno con entre 3 y 5 mil referencias.  Después de este grupo se encuentra Belice, con menos del tercio de las citas del país que le sigue.

Number of times that the terms “cocaine” or “drug trafficking” appear with the name of each country in the database newslibrary.com

Las diferencias entre Belice y los demás países en el número de referencias asociadas con los términos “drug lord” son aún más marcadas. De nuevo, lideran el grupo México y Colombia con 6 y 5 mil referencias. Continúa en tercer lugar Panamá con cerca de mil citaciones, los demás paíse con un número siempre cercano a 200 y en el último lugar Belice con tan sólo 46, o sea menos del 1% de Colombia o México, un 5% de Panamá y la cuarta parte del resto de países centroamericanos.
Number of times that the terms “drug lord” appears with the name of each country in the database newslibrary.com
La participación de Belice en las noticias relacionadas con drogas en la prensa estadounidense no es sólo pequeña sino que, además, ha venido disminuyendo. De manera contraria a lo ocurrido con el término “cocaine” cuya presencia en los medios norteamericanos no cesa de aumentar, pasando de un poco más de 150 mil en la segunda mitad de los ochenta a cerca de 400 mil en el último quinquenio, la mención conjunta de dicho vocablo con Belice permaneció casi constante por debajo de 250 desde 1986 al 2005 y se redujo a menos de 200 en los últimos años.
Number of times that the terms appear for each period in the database newslibrary.com

Así, mientras que a principios de los años 80 tan sólo en el 0.25% de las noticias relacionadas con cocaína en los medios norteamericanos se mencionaba a Belice, para los últimos años esta magra participación se redujo aún más, a menos del 0.05%.

En síntesis, la noción relativamente aceptada de Belice como un eje importante del tráfico de cocaína colombiana hacia los Estados Unidos no concuerda con la pecepción de la importancia relativa de este país por parte de los medios de comunicación en el punto de llegada de la droga. Igualmente inconsistente parece la idea que el papel de Belice en el comercio de narcóticos habría aumentado de manera sostenida durante la última década.

Un análisis más detenido de cuales son las noticias sobre narcotráfico y Belice que han aparecido en la prensa de los EEUU también es revelador en cuanto al verdadero papel de este país en el mercado internacional de la droga.

El primer aspecto que vale la pena destacar es que casi la totalidad de las noticias relacionadas simultáneamente con narcotráfico y Belize son lo que se podría llamar genéricas, o sea que no hacen referencia a un incidente específico -como un drug seizure, o la captura de un capo- sino que están enmarcadas en la noticia, por lo general proveniente de las agencias judiciales o anti-droga norteamericanas, sobre evolución del narcotráfico en la región. Un ejemplo típico, de 1989, es el artículo “The war on drugs: A report from the front” de finales de los ochenta [55] en el cual se menciona a Belize dos veces en los siguientes términos: “SOUTHERN: Air smuggling up. Cocaine from Colombia, Belize; marijuana from Jamaica. Top drug: crack. Trend: marijuana often unavailable … EASTERN: Major marine smuggling, rural banks laundering money. Top drug: methamphetamine. Trend: Air drops from Belize”.

Otro ejemplo similar en estilo se encuentra en un reporte titulado “Caribbean Regional cocaine flow on the rise” de 1997. De acuerdo con un oficial afincado en Barbados, “Policing by local and U.S. drug agents has done little to stem the flow of cocaine from South America through the Caribbean to the U.S. mainland and Europe … Significant amounts of the drug were found in Puerto Rico, St. Martin, Cuba, Belize and other countries”

Incluso las referencias al cultivo y exportación de marihuana son vagas e indirectas. En 1987, un reporte desde Belmopan indicaba que “this tiny Central American nation, where unarmed police patrol the capital on bicycles, has formed two special police units to battle a growing drug trade … Recent U.S. government reports have identified Belize as a major supplier of marijuana to the United States, about 800 miles away by air” [56].

El cultivo masivo de marihuana en Belize se habría iniciado a mediados de los años setenta cuando el gobierno norteamericano financió un programa de fumigación de cultivos ilegales en Mexico con Paraquat, un insecticida que destruía las plantas.  “ Rather than allow this multibillion-dollar need to languish unmet, entrepreneurs from a wide range of countries—including Colombia, Jamaica, and Belize—began growing and exporting marijuana on a massive scale. In addition home-grown marijuana became more popular” [57]

Uno de los primeros artículos sobre el nuevo escenario de la droga en Belice fue publicado por el Washington Post  en Septiembre de 1989.  El diagnóstico era simple: Belice había hecho el tránsito de la marihuana a la cocaína. En los años ochenta la Belize Breeze, su principal producto agrícola, había hecho de este país el cuarto exportador de marihuana a los EEUU. El programa de erradicación de cultivos patrocinado por el gobierno norteamericano había alterado completamente la situación. De una producción de 645 toneladas se había pasado, cuatro años más tarde, a 73, un poco más de la décima parte. Según “fuentes diplomáticas” la marihuana siguió saliendo de Belice, pero ahora venía mayoritariamente del Petén, en Guatemala. Los pocos cultivos que quedaban en las regiones apartadas de Belice eran atendidos por los cerca de 60 mil inmigrantes ilegales venidos de Centroamérica. La nueva gran preocupación, también de acuerdo con fuentes diplomáticas y “US law-enforcement officials in the region” era  “the increasing use of the established marijuana-smuggling routes in the last couple of years by cocaine traffickers who use boats and light airplanes to take advantage of uninhabited cays and little-traveled highways” [58].  Por otro lado, aunque el principal uso de las pistas clandestinas era el reabastecimiento de combustible, la cocaína habría entrado al país gracias a algunos accidentes de aeronaves cargados con el alcaloide. Posteriormente, los traficantes habrían empezado a pagar por los servicios con cocaína, incrementando la oferta local.

Otro relato muy detallado sobre los gangs, hecho desde Belize City por otro periodista norteamericano a principios de los años noventa refina un poco la historia que, desde entonces, ha susbsistido. Como los demás países de la región, con amplias áreas inhabitadas y con débil vigilancia, Belice se habría transformado en un lugar preferido para el transhipment de cocaina colombiana hacia los EEUU. En los últimos años, la segunda mitad de los ochenta, el problema se habría agravado con el desvío de las rutas del Caribe hacia Centroamérica a causa de la gran represión por parte de las agencias norteamericanas. Anotaba el periodista que la fragilidad de Belice era aún mayor por su tradición de país productor de la afamada Belize Breeze. Con la erradicación de los cultivos de hierba y la expansión del tráfico de cocaína, “it was inevitable that Belize would be drawn in, sandwiched as it is among Guatemala, Mexico and teh Caribean Sea … With many deserted roads easily used as landing strips, an extensive archipelago of islands large and small to hide boats, and a police force of fewer than 500, Belize offers choice opportunities for traffickers” [59].

Pocos meses más tarde otro periodista norteamericano, retoma la idea del inevitable destino de Belice al encontrarse en medio de una verdadera autopista de la cocaína hacia norteamérica. Precisa, sin siquiera citar fuentes anónimas, que fueron los traficantes colombianos quienes, aprovechando las ventajas de las fronteras porosas sin vigilancia y del amplio espacio aéreo abierto, introdujeron el derivado del alcaloide, al descubrir “that it was easier and cheaper to pay their local employees with crack instead of dollars” [60].

A pesar de lo convincente del relato, las referencias o testimonios concretos sobre las nuevas rutas son escasos y se limitan a las declaraciones anónimas de funcionarios locales, agentes norteamericanos y  diplomáticos. En general, la evidencia para sustentar tales afirmaciones es precaria en los medios norteamericanos. Los incidentes precisos que permiten afirmar que un cargamento, o un narcotraficante, provenía de Belice son bastante escasos. Tanto que se pueden revisar casi en su totalidad [61].

El incidente más antiguo, en 1985, es la detención en Miami, tras una operación encubierta, de un ex ministro de Belice acusado de introducir unas 5 mil libras de marihuana a los EEUU. En 1988, un beliceño residente en Portland, lider de una facción de los Crips, fue arrestado y amenazado con ser deportado. Un año más tarde un extraño personaje cubano, acusado de actividades contrarrevolucionarias y supuesto agente de la CIA fue acusado de liderar una organización responsable de introducir marihuana y cocaína colombiana a los EEUU por Belice y las Bahamas. En 1991 un operación encubierta planeada por la DEA y la policía de Belice abortó en Tegucigalpa. La policía hondureña no había sido advertida y detuvo a un piloto de Belize Air, y varios tripulantes, incluyendo un policía de Miami. El caso, insólito pues se trataba de cocaína en contravía, llevó a una protesta  diplomática. En 1998 tres hermanos de Belice residentes en Columbus, Ohio, fueron detenidos por traer cocaína desde Cancún con mulas norteamericanas que los escondían en sus zapatos. En el 2001, cerca de la costa californiana, cayó un pesquero registrado en Belice con 13 toneladas de cocaína. La tripulación era de Europa del Este. En el 2004 Robert Hertular, reconocido narcotraficante de Belice fue acusado en Nueva York. El mismo año, un millonario estafador norteamericano acusado de venta de drogas se refugió por un tiempo en Belice.

Fuera del caso Hertular, y la operación encubierta y fallida con el vuelo de Belize Air, que tuvieron amplio cubrimiento en los medios locales, sobre los demás incidentes no se encuentra en la actualidad referencia en la prensa disponible online. De nuevo, no es fácil encontrar en los medios norteamericanos incidentes concretos, de decomisos de droga o captura de narcos de peso, que sirva de soporte a la idea de un significativo y creciente papel de Belice en el tráfico de cocaína colombiana hacia los EEUU.

Queda claro que los incidentes de cocaína que involucran a Belice en los medios norteamericanos van por un lado, y la historia sobre el papel fundamental de dicho país en el tráfico, basada esencialmente en fuentes oficiales y diplomáticas pero anónimas van por otro.

Prensa colombiana
Puesto que la médula del escenario sobre rol de Belice en el mercado mundial de la droga tiene que ver con su papel de escala o punto de transhipment de la cocaína colombiana en su paso hacia los EEUU, se esperarían algunas referencias en los medios de comunicación colombianos a las alianzas de los narcos de ese país con sus eventuales socios en Belice.

Lo primero que llama la atención al analizar la base de datos de uno de los periódicos de mayor circulación nacional es que las menciones de Belice asociadas con la cocaína son escasas. Lo son más que las que se hacen con cualquier otro país centroamericano, incluyendo la pacífica Costa Rica. Además, el ordenamiento de los países es casi idéntico al que se obtiene al analizar las noticias sobre cocaína en los medios norteamericanos: sobresale en primer lugar México, seguido por Panamá y, bastante atrás, por el bloque de los demás países al final de los cuales aparece Belice.

En forma similar a lo que surge de los demás ejercicios realizados hasta este punto, la importancia de Belice en las noticias publicadas en Colombia no sólo es pequeña sino que además, ha venido disminuyendo de manera continua desde los años noventa. En efecto, mientras en el año 1991 aparecieron 13 notas de prensa sobre cocaína en las que se mencionaba a Belice, entre el 2002 y el 2008 la cifra no pasó de tres. Subió a 11 en el año 2009 y volvió a bajar a 5 en el último año.
Además, la mayor parte de las notas que incluyen a Belice también lo hacen de manera genérica. Lo único concreto que se puede deducir de algunas notas publicadas en el año 91 es que los miembros del Cartel de Medellín enviaban aviones desde el Vichada, al sur del país, hacia las Bahamas o Belice [62]. El súbito incremento en las menciones de Belice en el año 2009 se explica por las notas relacionadas con el juicio que, en los EEUU, se le seguía por ese entonces a Jorge Luis Ochoa, miembro del Cartel de Medellín, en el que aparecen mencionadas varias de sus compañías con sede en Belice y que habían sido sancionadas por la Office of Foreign Assets Control (OFAC).

De todas maneras, la participación de Belice en las noticias sobre cocaína publicadas en Colombia no sólo siempre fue pequeña –ni siquiera en los noventas pasó del 3%- sino que desde entonces ha venido disminuyendo, situándose siempre por debajo del 1% desde el año 2005. Además, dentro del conjunto de notas relacionadas con Belice publicadas por la prensa Colombiana, las que tienen que ver con narcotráfico también han perdido importancia relativa, pasando de un pico del 6% en el año 1994 hasta situarse en menos del 2% en la actualidad.


Lo que se podría inferir de las menciones al tráfico de cocaína con Belice en la prensa colombiana es que se trataba de un aspecto relevante para la época del Cartel de Medellín. Sin embargo, muchas cosas han cambiado en el mercado de la cocaína desde entonces que confirman la impresión que la importancia de este país en el mercado de la cocaína colombiana es cada vez menor de lo que se piensa.

Drogas en Belice: las agencias especializadas

CIA Y DEA

En el párrafo introductorio sobre Belice, el Factbook más reciente de la CIA señala que “current concerns include an unsustainable foreign debt, high unemployment, growing involvement in the South American drug trade, high crime rates, and increasing incidences of HIV/AIDS” [63].

La DEA, por su parte, aún no llega al extremo de señalar a Belice como un punto por el que pasa el 37% de la cocaína que entra a los EEUU. Salvo por esa magnitud, el escenario descrito por esta agencia antidrogas norteamericana parece haber sido la base para el documental de Ross Kemp sobre los gangs en Belice. Luego de señalar que tanto el tráfico como las actividades de los gangs han crecido continuamente, dando por descontada la causalidad entre ambos fenómenos, se señala que Belice, “is a transit country for the movement of drugs, particularly cocaine, from South America to the United States. The geography of Belize and its proximity to Mexico make Belize an ideal transshipment point for drugs destined for the United States. Belize’s vulnerability is exacerbated by the country’s minimal security forces and poorly guarded land and sea borders. Air and maritime trafficking are the primary methods of cocaine smuggling for Belizean, Mexican, and Colombian organizations operating along the Belizean coast. Drug traffickers also use the western region of Belize to smuggle cocaine and marijuana from neighboring Guatemala into Belize for onward transshipment to Mexico” [64].

Los medios de comunicación de Belice no han ocultado su desconcierto ante el papel preponderante del país señalado por las agencias norteamericanas y la realidad del mercado que se percibe en las noticias cotidianas. “Even though it is widely reported by US authorities that Belize continues to be a major transshipment point for trafficking of cocaine, seizures amounted to a miniscule 36 grams of cocaine in the first quarter of 2008 and a mere 25 kilos of cocaine in the first part of 2009” [65].

El informe de la DEA hace una pormenorizada descripción de la geografía del tráfico de cocaína al interior de Belice. Según la agencia, los narcos locales “operate along Glover Reef and South Water Cay, which are located in southern Belizean waters, and store drug shipments on Ambergris Cay, located near Chetumal, Mexico” [66]. Por su parte, el tráfico por avión se haría llegando al extremo norte de Belice, cerca de la frontera con México. En ambos casos, se trata de puntos bastante alejados de Belize City que, implícitamente, quedaría por fuera de las principales rutas del tráfico de cocaína.

El papel de la antigua capital sería marginal pues solamente los restos de la cocaína que no entra a México por tierra o por aire, saldría de allí “on commercial aircraft that depart from the Phillip Goldson International Airport in Belize City, or on large cruise ships that visit the country” [67].

Naciones Unidas, Oficina Contra la Droga y el Delito

En su informe sobre Crimen y Desarrollo en Centroamérica la Oficina Contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas señala, en primer lugar, la creciente importancia del llamado corredor centroamericano en la ruta de la cocaína hacia los EEUU. La proporción de cocaína que entra directamente habría prácticamente desaparecido, luego de representar cerca del 11% en el año 1998. A su vez, la que pasa por Centroamérica se habría incrementado en el mismo período del 59% al 88%, también a costa de la ruta del Caribe que del 30% se  habría reducido al 12%[68].

A pesar de lo anterior, en este trabajo no se destaca como fundamental la participación de Belice en el mencionado corredor. Las cifras sobre decomisos de cocaína reportadas en este estudio, y basadas en la base de datos de la UNODC Delta, corresponden exactamente a las que se calcularon atrás basadas en las noticias sobre decomisos en los medios locales. Se destaca, en ese sentido, el “esfuerzo realizado por la pequeña nación de Belice”.

Con base en las cifras de decomisos se puede tener una idea de la importancia relativa de cada país centroamericano en el tráfico de cocaína. Aunque con algunas diferencias, se mantiene el ordenamiento derivado de las bases de datos de los medios de comunicación. En particular, vuelve a destacarse el papel predominante de Panamá y el relativamente inocuo de Belice. Surge, por otro lado, un papel más importante de Guatemala y Costa Rica que el derivado de la prensa. De cualquier manera, estas cifras le restan credibilidad a los estimativos del 37% del tráfico popularizados por el periodista inglés.

Own calculations with data from UNODC (2007)

De acuerdo con la UNODC el grueso de la cocaína que transita por Centroamérica hacia los EEUU pasa en grandes envíos por vía marítima. Así lo sugiere el hecho que la mayor parte de las incautaciones se ha hecho en decomisos importantes, de varias toneladas, situados cerca de las costas. Para Belice, se observa el mismo patrón. El grueso de la cocaina incautada, empezando por los dos grandes golpes de 1997, venía por barco.  Tan sólo el avión hallado abandonado en el 2005 con 700kg se sale de este patrón. “Hay algo de transporte aéreo de países centroamericanos a México, pero muy poco de Centroamérica directamente a Estados Unidos” [69].

El tamaño de los envíos, y la logística que requiere su transporte permite, según este estudio, suponer que las operaciones, tanto para Centroamérica como para Belice, están controladas por grandes organizaciones, dominadas por los colombianos y los mexicanos. Tan sólo un 12% de la cocaína que entra a los EEUU estaría pasando por tierra a través de las fronteras sur y norte de México. Así, los 251 km de frontera terrestre de Belice con  México [70], competirían con los 956 km de la de este último país con Guatemala [71]. De nuevo, una magnitud  razonable de la participación de Belice en ese tráfico se situaría alrededor del 3-5%.

A lo largo del Atlántico, la mayor parte del tráfico, según este mismo estudio, va por lanchas go-fast que requieren paradas para recargar combustibles en áreas aisladas. Por el Pacífico, son las grandes ciudades portuarias las que se utilizan para estas paradas de abastecimiento [72].

En su World Drug Report del año 2010, el UNODC hace varias precisiones sobre el mercado mundial de la cocaína en general, y sobre el corredor centroamericano hacia los EEUU en particular.

El primer punto, que se analiza en detalle más adelante, es que el consumo de cocaína en los EEUU viene mostrando una caída sostenida desde mediados de los años 80 y particularmente marcada a partir del año 2006. El segundo aspecto es que, con el debilitamiento del Cartel de Medellín y el fortalecimiento de las alianzas de los nuevos narcos colombianos con los carteles mexicanos, el corredor del Caribe perdió importancia relativa. En la actualidad, se estima que el 70% de la producción Colombiana sale por el Pacífico, 20% por el Atlántico y el 10% por Venezuela y el Caribe. En el año 2008, de las casi 200 toneladas decomisadas por las autoridades colombianas, tan sólo el 30% cayeron en el Atlántico.

Lo que parece haber sido una ruta importante del tráfico cerca de Belice, la que iba por el Caribe desde Colombia hasta la península del Yucatán, habría sido bastante controlada desde finales de la década pasada. “In 1998, coordinated operations began to intercept go-fast boats leaving Colombia, headed for the  Yucatán peninsula. Disabling rifle fire was approved for use by the United States Coast Guard to destroy the motors of the boats; thus, smugglers could no longer ignore United States Coast Guard helicopters when they were intercepted.  Simultaneously, police intercepted go-fast boats arriving at the Yucatán peninsula. This operation shut down the principal trafficking route at that time. Two  months after operations began, prices rose on United States streets” [73].

El tercer punto es que el escenario de los gangs de Belice actuando como protectores de los transhipments de cocaina no concuerda ni con la evidencia disponible, en Belice, los EEUU o Colombia, ni con los análisis sistemáticos de la estructura del mercado global de la cocaína. Usando información sobre precios y cantidades incautadas en los distintos puntos de la cadena desde la producción de la coca hasta el consumidor final se han podido establecer ciertas carcaterísticas de funcionamiento del mercado. La primera, y tal vez la más relevante para el diagnóstico de la situación en Belice, es que el mercado de cocaína exige grandes organizaciones y una actividad a escala industrial [74]. Se sabe, por ejemplo, que la mayor parte de la cocaína que en la actualidad sale por la costa pacífica colombiana, se carga en navíos que, aunque de distinto tipo, no están al alcance de cualquier organización. En el año 2008, la marina colombiana capturó 29.5 toneladas en una embarcación semi-sumergible. Tal tipo de artefactos también han sido detectados en el Atlántico. En este esquema general altamente intensivo en capital y tecnificación para el transporte resulta difícil encontrar el papel que podrían jugar los dispersos e informales gangs de Belice. Ninguno de los arrestos reportados por la prensa local, ni siquiera los de los narcotraficantes más buscados por la policía encajan bien en el perfil de integrantes o socios de las mafias colombianas o mexicanas.

El segundo punto es que, en la ruta típica, los laboratorios que procesan la cocaína, en suramerica, la venden a narcotraficantes locales quienes a su vez  la venden a organizaciones especializadas en el transporte transnacional del producto. La capacidad de estas últimas es tal que en ocasiones el transporte se sub-contrata con otra organización especializada en esta tarea, que la envía a los traficantes mexicanos. Estos últimos son los encargados de cruzar la frontera con los EEUU para venderla a los mayoristas [75]. De nuevo, el rol de los traficantes o los gangs de Belice en este escenario no parece muy claro.

¿Cuál ha sido el papel de los beliceños en el tráfico de drogas?

Como se puede apreciar, la evidencia periodística sobre el tráfico de cocaína con escala en Belice es bastante magra. Tampoco es notorio el papel que, en los análisis de funcionamiento del mercado internacional de la cocaína, cabría para los habitantes de Belice. Así lo confirman los trabajos de los observatorios de la droga internacionales que han filtrado las versiones más simplistas de las agencias norteamericanas. La evidencia y los testimonios son tan escasos que no alcanzan para responder de manera satisfactoria algunas preguntas básicas. Como cual es el perfil de sus más notorios narcotraficantes. O, en general, cual ha sido y cual sigue siendo el papel de los ciudadanos de Belice, o de los gangs que azotan a Belice City, en el negocio internacional de cocaína.

Beliceños detenidos por drogas en los EEUU

Un primer indicador disponible sobre el papel de los ciudadanos de Belice en el mercado de cocaína hacia los EEUU es el de su participación en el total de personas arrestadas con cargos por tráfico de drogas en ese país. Al respecto las cifras disponibles son reveladoras de un rol más que modesto insignificante. En efecto, de las cerca de 12 mil personas arrestadas por narcotráfco en el 2004, tan sólo 96, o sea menos del 1%, eran originarias de Centroamérica. No sorprende que en la “Evaluación de la Amenaza de la Droga en los Estados Unidos” no se mencionen grupos centroamericanos. De hecho, por cada centroamericano arrestado ese año, se detuvieron tres dominicanos.

Dentro de este ya reducido grupo, el papel de los nacionales de Belice, 3 personas, es casi tan reducido como el de Costa Rica, que fue de 2 personas. O sea que la participación de Belice en el grupo de detenidos por narcotráfico en los EEUU es del 0.025%, una centésima del 2.5%.  Resulta  difícil hacer compatible esta cifra tan insignificante con un papel importante de Belice en el negocio internacional.

UNODC ARQ 2004. From UNODC (2007)

Teoría 1: el transhipment

La variedad de las teorías sobre la estructura del mercado de la droga, y en particular de la cocaína, en Belice es sorprendente. A finales de los años ochenta, por ejemplo, el primer ministro sostenía que los traficantes de marihuana, en su mayoría norteamericanos, venían de su país en pequeñas aeronaves para comprar la droga, que pagaban con cocaína [76]. O sea que en algún momento se pensó que la cocaína venía no de Colombia sino de los EEUU.

Como se vió, los relatos de los periodistas norteamericanos de finales de los ochenta, basados en las impresiones de oficiales y diplomáticos plantean la teoría de la reconversión automática de los exportadores de marihuana Beliceños hacia la cocaína. No es fácil imaginar la lógica de un productor/exportador de marihuana nativo que arruinado por la erradicación de los cultivos se convierta fácilmente en socio de un narco colombiano, y que este lo acepte. Con la misma lógica de la reconversión, la cocaína colombiana no habría salido de Medellín o Cali sino de la Costa Atlántica, desde donde salía la Colombian Gold. No sorprende que los rastros de estos extraños ex marimberos transhippers de cocaína sean tan escasos en los medios de comunicación.

El trasnsihpment de los cargamentos de droga o el tanqueo de combustible para barcos y aviones es también un escenario recurrente en los relatos para señalar la importancia de Belice en el tráfico de cocaína. Así ha sido desde hace más de dos décadas. “Government officials say Belize also is a refueling point for planes carrying cocaine from Colombia to the United States” [77].

“For more than two decades, the Bahamas, Belize, and Jamaica dominated the business of trafficking … The geography and topography of Belize also makes the country ideal for drug smuggling.  Apart from a long coast line and contiguous borders with Guatemala and Mexico, two major heroin and marijuana producers, there are dense unpopulated jungle areas and numerous inland waterways.  Moreover, there are about 140 isolated airstrips and virtually no radar coverage beyond a 30-mile radius of the international airport at Belize City … Traffickers continue to transship cocaine through Belize by airdrop and maritime vessel for further transshipment to the United States, either directly or through Mexico, Jamaica, or the Cayman Islands.  The country’s 370-mile coastline, 100-plus unmonitored airstrips, and 2 deep-water ports make Belize particularly accessible to traffickers” [78].

Ya a mediados de los noventa la General Accounting Office señalaba algunos cambios importantes en el transhipment de droga.

El documental de Ross Kemp sobre los gangs en Belice, da algunas precisiones sobre la idea del transshipment. “The colombians use local gangs to get cocaine trough Belize to the mexican cartels. The gang are rewarded for its safe transportation with drugs, cash and military weapons” [79].

Sobre la verosimilitud de este escenario, vale la pena transcribir las impresiones del la UNODC. “Es confuso cómo la mayoría de los miembros de las maras, que no se distinguen por sus habilidades marítimas, darían un valor agregado al proceso de traficar las drogas hacia el norte. Incluso con respecto a tráfico a lo largo de la Autopista panamericana, es confuso cómo los mareros podrían asistir. Podrían estar envueltos en el abastecimiento de una limitada ayuda logística o de seguridad de menor importancia, pero es altamente inverosímil que los miembros de las pandillas, que son generalmente jóvenes de la calle, sean los genios detrás del movimiento de la cocaína a los Estados Unidos” [80].

El análisis de los noticias sobre decomisos de cocaína en Belice tiende a dar más apoyo a la opinión de la UNODC que a la del periodista inglés. La escasa droga incautada en las carreteras de Belice estaba por lo general camuflada en vehículos privados, cuyos propietarios no corresponden al perfil de un miembro de gang. 

Teoría 2: la cocaína turística

No sorprende que sea en los medios locales, los mismos que no dejan de manifestar su asombro por la inconsistencia entre el enorme rol que le atribuyen las agencias norteamericanas a Belice en el tráfico internacional de cocaína y las diminutas incautaciones que se realizan en el país, en donde aparezcan hipótesis más plausibles sobre algunas características del tráfico de cocaína en Belice.

Una de ellas es la de un activo mercado interno de cocaína para satisfacer la demanda de los turistas que vienen a los resorts. “Belize is often spoken of as a transshipment point for Colombian cocaine on the way to the United Sates. But the fact that Belize itself is a market for cocaine is never discussed.   The reality is, far more cocaine is snorted in Belize than is smoked as crack. There are seemingly hundreds of high end tourist resorts in Consejo Shores (Corozal), San Pedro Ambergris Caye, on the highway outside of San Ignacio and in the Mountain Pine Ridge, on the road south of Hopkins, and on the Placencia peninsula which have a demand for powder cocaine. This demand increases sharply when there are special events in Belize, such as the September celebrations and the Christmas holidays” [81].

Las características mismas de esta demanda, consumidores de alto nivel no sólo de cocaína sino de una industria que se quiere promover, habrían determinado el perfil de la oferta local. “The businessmen who are in charge of supplying this market on a daily and weekly basis, are very wealthy and powerful people in Belize” [82].

A diferencia de las alianzas con los narcotraficantes colombianos o mexicanos, para esta hipótesis de un dinámico mercado local de cocaína turística si es posible encontrar alguna evidencia en los medios. El primer punto que se debe destacar al respecto, es que la localización geográfica de varios incidentes de wet drops, los paquetes de cocaína que caen al mar desde los aviones, coincide con zonas turísticas.

Ya en 1998, los medios reportaban el hallazgo de un alijo de 36 kilos de cocaína hecho por Ramón Badillo, un guía turístico y juez de paz de 68 años, cuando acompañaba a un grupo de alemanes en una excurisón de snorkeling cerca de San Pedro [83].

Hay otro incidente, más violento que el idílico hallazgo de Badillo, pero que también ocurre en otra importante zona turística, Calabash Bay. En julio de 2006 un conserje fue atacado por tres hombres enmascarados que ataron a su hijo y lo amenazaron con un cuchillo candente. Buscaban un paquete de droga que se rumoraba, el joven había encontrado [84].

Tres años antes, en otro centro turístico, Placencia, se registró un incidente similar. Un mujer de 51 años recibió la visita de cuatro intrusos que la amenazaron e hirieron con un cuchillo. Buscaban desesperadamente el paquete de droga. Al no encontrar nada optaron por indagar por la plata, $20 mil, que ella habría recibido por vender la mercancía [85]. En este último relato el periodista empieza por tratar de enmarcarlo en el escenario tradicional. Se trataría de una pequeña fracción de un monumental wet drop fallido. “In the drug trade it's called a wet drop: when a plane, usually from Colombia, discharges several tons of well sealed bundles of cocaine over a pre-arranged area of sea. The bales are then collected by local drug dons and warehoused for future shipment through Mexico and into the States. But not all wet drops are completed successfully. Sometimes the plane releases the drugs in the wrong spot. Occasionally, a few bales escape the sharp eye of the collectors” [86].

El ejercicio de tratar de imaginar cómo piensan los narcotraficantes es siempre arriesgado. El de descartar cuestiones que desafían el sentido común lo es un poco menos. Y la lógica de un sistema de transporte de cocaína desde Colombia a los EEUU que tiene como etapa intermedia botar desde el aire toneladas de cocaína en playas turísticas para que sus colaboradores locales las recojan, tal vez por las noches para no despertar sospechas, y que luego emprendan la tortuosa labor de buscar casa por casa algunos paquetes que se les escaparon es uno de esos escenarios difíciles de digerir. Si el esquema del transhipment en los sitios aislados e inhabitados implica ya bastante problemas de logística, el que se hace a través de una playa turística ya empieza a parecer muy poco factible.

El asunto de pequeños paquetes de una o dos libras que los turistas se encuentran ocasionalmente parece bastante extendido. Tanto que se ha acuñado un término “sea lottery” que lleva implícito el factor suerte asociado con estos hallazgos y por lo tanto desafía la noción de algo como un tráfico sistemático y organizado. En el mismo sentido, un conocido cantante local, a finales de los años noventa, les había dedicado una canción. Titulada Kilo, la canción describe la esperanza que siempre guardan ciertos jóvenes de las comunidades costeras de Belice de poder resolver sus aprietos financieros encontrando un paquete mojado en las playas [87].

Se puede hacer mención de otro incidente, radicalmente distinto de los anteriores, pero que también encajaría mejor dentro de la teoría de la cocaína turística que dentro de la del transhipment hacia los EEUU. Se trata de un empleado de una línea de cruceros de las que visitan Belice, que en el año 2004 fue detenido cuando los servicios de seguridad del barco encontraron seis y medio kilos de cocaína en su camarote [88]. En este caso, la nota no permite saber si esa cocaína entraba o salía de Belice, ni cual era su destino final.  Pero hay algunos casos que muestran que no toda la droga que circula por Belice permanece en poder de los narcotraficantes. Alguna sale en manos, o escondida en otras partes del cuerpo, de turistas norteamericanos que vienen a comprarla a Belice [89].

También coinciden con la visión de un mercado local de droga dinamizado por el turismo los comentarios de una guía de Belize para extranjeros. “Marijuana, cocaine and crack are all readily available in Belize, and wheter you like it or not you’ll recieve regular offers, particularly in San Pedro, Caye Caulker and Placencia”. Advierte además sobre lo peligroso que puede resultar para el turista el tradicional esquema de los traficantes extranjeros. “”Parctically every year foreigners are incarcerated for drug offences –the pusher may have a sideline reporting clients to teh police, and catching “international drug smugglers” gives the country brownie pointswith the US Drug Enforcement Agency” [90]

Una pregunta que resulta indispensable abordar para tener un panorama completo de la cocaína turística, que se vende al menudeo, es la de su origen.  La visión tradicional sugeriría que, al igual que el crack, se trata del pago en especie que los narcotraficantes colombianos le hace a sus socios locales a cambio de sus servicios varios. Hay sin embargo alguna evidencia que permite suponer que el mercado local para turistas está tan bien establecido que quienes lo atienden se aventuran a buscar la mercancia al por mayor allí donde es más barata, en Colombia. Un caso ilustrativo es el de un funcionario de aduanas de Punta Gorda que, en el año 2003 y durante su período de vacaciones, fue capturado cerca de Jamaica  en una embarcación colombiana con un cargamento de de más de una tonelada de cocaína [91].

Con las referencias anteriores no se permite desvirtuar por completo la idea de Belice como punto de tránsito de la cocaína colombiana hacia los EEUU. Sí es posible encontrar incidentes que encajan perfectamente en ese escenario. Por ejemplo, a raiz del arresto en el 2001 del capo mexicano Alcides Ramón Magana, acusado de enviar a los EEUU 2000 toneladas de cocaína entre 1994 y 1996,  se supo por un informante que en 1995 había aterrizado al norte de Belice una aeronave oficial mexicana, perteneciente a la Gobernción de Quintana Roo, que habí sido cargada con 1100 libras de cocaína colombiana [92]. Más recientemente, en Agosto de 2004, fue decomisada la carga de un avión, 700 kilos de cocaína, que después de un intenso tiroteo con la policía fue abandonado cerca de la frontera con México [93].  En Julio de 2005, la colaboración de varios países permitió la captura de un barco, que venía de Colombia con 1350 kilos de cocaina. Después de haber sido perseguido por la policía de Belice siguió hacia el norte para ser interceptado por las autoridades mexicanas [94].

El punto que se debe destacar es que el guión simple de los narcotraficantes colombianos que emplean a los gangs locales para proteger el transhipment de la carga hacia México debe revaluarse, refinarse y hacerlo más compatible con la evidencia disponible. Uno de los más simpáticos desafíos a la teoría popularizada por Ross Kemp en su documental se encuentra allí mismo, cuando él entrevista a, tal vez, el único beliceño que pudo conseguir que hubiera tenido contacto con narcos colombianos. El entrevistado le muestra con orgullo las heridas que le dejó ese encuentro, que en realidad había sido un violento enfrentamiento con unos traficantes colombianos a quienes él y unos compañeros pensaban robarles parte de su cargamento de cocaína.

Teoría 3: paraíso fiscal y legal

La tercera teoría sobre el papel de los beliceños en el tráfico internacional de drogas es la basada en la larga tradición de Belice como paraíso fiscal y, en general, como un sitio privilegiado para acoger diversas actividades ilegales ejercidas por extranjeros.

El caso más emblemático de este escenario es el del narco mexicano, arrestado en el 2001 con uno de las mayores decomisos de cocaína en la historia local, que por poco evita su extradición a los US haciéndose ciudadano de Belice [95].

En los medios de comunicación internacionales, no sólo en los norteamericanos, la noticia típica que asocia a Belice con la cocaína es la de un barco regsitrado en dicho país y con tripulación del más variado origen. En Mayo de 1999, por ejemplo, “el juez Baltasar Garzón arrancó un testimonio definitivo para localizar parte de un cargamento de 6.400 kilos de cocaína que el buque Koei Maru, con bandera de Belice, descargó en las costas gallegas” [96]. En el 2004, “una patrullera del Servicio de Vigilancia Aduanera abordó la noche del lunes a unas 100 millas de Faro (Portugal) un pesquero con bandera de Belice que transportaba más de 4.500 kilos de cocaína. En la operación, denominada Camarón, fueron detenidos los cinco tripulantes de la embarcación, cuatro griegos y un lituano” [97].

Otro caso visible fue el del barco Faina, con bandera de Belice, retenido en Septiembre de 2008 por piratas de Somalia con un cargamento ucraniano de 33 tanques de guerra dirigidos a Kenia [98]

Algunos de estos incidentes han sido reportados por la prensa local. En el 2004, de nuevo las autoridades españolas abordaron el navía Africa 1 a 140 km de Cádiz, incautaron 4.5 Toneladas de cocaína y detuvieron a cuatro griegos y un italiano. Se precisa que en este caso, el IMMARBE, o sea el Belize Merchant Marine Registry, con la aprobación del Gobierno, “cooperated in the investigation and authorized Spanish authorities to board the vessel”. También se señala que dicha entidad iniciará el procedimiento administrativo contra los dueños  del navío que están sujetos a “heavy administrative fines and deregistration” [99].

Los incidentes anteriores no sorprenden. No sólo por las evidentemente inocuas sanciones para los propietarios de los buques registrados, sino por la gran cantidad de embarcaciones registradas en Belice. Con sus escasos 300 mil habitantes, este país cuenta con una flotilla de 1000 navíos con su bandera [100], o sea más de un barco por cada mil habitantes. A título de comparación, esta cifra es similar a la de embarcaciones registradas en Rusia o Hong Kong, el doble de la de los EEUU y un poco más de la mitad de la China [101]. Tal número es alto incluso cuando se lo compara con el de países especializados en prestar el servicio de registro de embarcaciones extranjeras. Panamá, por ejemplo, con unas once veces la población de Belice, cuenta con 6323 barcos registrados con su bandera.

La peculiaridad de un sistema legal particularmente laxo con nracotraficantes de peso no se limita a las sanciones simplemente administrativas para los barcos en los que se transporta la droga. Han sido recurrentes los casos de personas emparentadas con funcionarios públicos o con políticos vinculadas de alguna manera a narcotraficantes o a procesos judiciales [102].

Por otro lado, la tradición de Belice en actividades de contrabando es larga. En la época de la prohibición algunos Beliceños se dedicaron a llevar alcohol a los EEUU. Aldous Huxley señalaba por aquella época que “when Prohibition is abolished the last of its (Belize’s) profitable enterprises –the re-export of alcohol by rum-runners, who use Belize as their base of operations- will have gone the way of its commerce in logwood, mahogany and chicle” [103]. Durante la segunda guerra mundial, desde Belice se vendió gasolina de contrabando a algunos barcos alemanes [104]. En los setentas y principios de los ochenta, Belice alcanzó a ser el cuarto proveedor de marihuana de los americanos. También ha habido flujos de contrabando de importación, como el de cerveza y botellas de Coca-Cola de dos litros desde México [105].

Incluso en la época de la exportación de marihuana el papel de Belice en el mercado se veía amplificado simplemente por el uso de embarcaciones registradas en ese país. En un decomiso de 6 toneladas de hachís hecho en la costa española fueron detenidos dos marroquíes, un croata, tres portugueses y un alemán en una embarcación con bandera de Belice. La droga venía de Marruecos y estaba dirigida al mercado europeo [106].

A esta laxitud institucional se mezclaron los deseos de atraer inversión extranjera que la reforzaron. En 1992 el diario español El País, calificaba a Belice como el nuevo Hong Kong, deseoso de convertirse en un paraíso fiscal. El comentario se hacía como reacción ante la iniciativa de atraer inversionistas extranjeros y, en particular, a los inversionistas del centro de negocios asiático temerosos de su tránsito de colonia británica para reincorporarse a la China [107]. Solamente en el año 2002 se suspendió el llamado “economic citizenship program” que en la práctica permitía la venta pasaportes de Belice [108].

Estas ventanas de oportunidad institucionales fueron aprovechadas por empresas ilegales o de fachada. Varios prominentes narcos colombianos, como los Ochoa, establecieron empresas con sede en Belice. Algo similar hicieron sus eventuales socios extranjeros, como el empresario Gallego que “creó y hundió uno de los mayores grupos empresariales para operar en actividades pesqueras, construcción, minería, turismo y alquiler de maquinaria industrial, Nanton Internacional Inc, con sede en Belice, uno de los paraísos fiscales de referencia. Para ello, empleó, siempre al filo de la legalidad, todos los resortes financieros y jurídicos necesarios para expandir sus negocios en tres continentes: África, Europa y Asia. El emporio resultó ser una tapadera para blanquear dinero del narcotráfico … Tras expandir su grupo por medio mundo …  decidió ir más lejos y dio el salto a los negocios del narcotráfico” [109].

Un aspecto que vale la pena destacar de esta información es que los vínculos más evidentes, y documentados, de Belice con el narcotráfico internacional han sido con los sectores poderosos y económicamente favorecidos de la población: con los dueños de barcos con bandera de Belice que se utilizan para transportar droga, con los inversionistas que montan empresas de papel locales para lavar dinero, con los capos que quisieron comprar pasaporte, con los empresarios locales del contrabando o con los abogados y políticos conectados con  narcos. La evidencia sobre estos lazos es más copiosa que aquella sobre los gangs supuestamente empleados por las mafias extranjeras de la droga.

Para Belice, como para la mayor parte de países en América Latina, ha sido más visible, y es más convincente como explicación, la ruta hacia la violencia que empieza como simple ilegalidad y se consolida como crimen. Esa ruta normalmente la transitan sectores privilegiados de la población, que una vez consolidados en la ilegalidad actúan como empresarios del bajo mundo contratando mano de obra entre las clases populares.  El sendero hacia la violencia  que se inicia en la pobreza normalmente requiere como etapa intermedia la protesta social y la rebelión. Este es un escenario más frecuente en la imaginación de algunos analistas que en los testimonios sobre pandilleros que a veces acaban adoptándolo de manera tardía como justificación ex post de sus desmanes y travesuras juveniles.

En ese sentido, es afortunado para el diagnóstico de la violencia local que Belice no haya sufrido en el pasado un conflicto armado interno que, sin duda, permearía las explicaciones de la violencia como inevitable extensión de las protestas populares contra la injusticia social.

Teoría 4: pandillas y mercado local de crack

La cuarta teoría disponible sobre el eventual papel de los beliceños en el tráfico de drogas tiene que ver con el papel que jugarían las pandillas en la fabricación y distribución local del crack. En la siguiente sección sobre pandillas se hará un análisis más detenido de esta eventual relación.

De todas maneras, la magnitud del segmento del crack dentro del mercado de drogas en Belice parece bastante reducida. De la información oficial de incautaciones suministrada por la policía de Belice se deduce que la principal especialidad del tráfico en Belice sigue siendo el cannabis. En el período 2001-2005, mientras el volumen promedio de crack incautado en una año fue de 3.2 kilogramos, con un máximo inferior a 6 kg en el 2005, para el cannabis las cifras respectivas fueron 450 y 690 kilogramos. O sea que por cada kilo de crack se incautaron cerca de 150 kg de cannabis. Aún teniendo en cuenta que el cannabis es un producto mucho más pesado que el crack, en términos de dosis personales, la relación entre el tamaño de los dos mercados sigue siendo del orden de uno a diez a favor del cannabis[110].

Data from BDP (2006)

Esta observación concuerda con la conclusión elaborada para la región por el UNOCD, sobre la existencia de una cuantiosa producción de cannabis en América Central, la mayoría de la cual es para consumo doméstico [111].

¿Un mercado de la droga en expansión ?

El reporte de la DEA sobre el tráfico de drogas en Belice basa su argumento del incremento reciente en la actividad en el decomiso de una tonelada de cocaína hecha en el Caribe de manera conjunta por la Coast Guard norteamericano y el Belize Anti-Drug Unit (ADU). En este caso, sin embargo, no se trataba de droga que se dirigiera o viniera de Belice. Era simplemente una operación de colaboración internacional en la cual colaboró la policía local. Se detuvieron cinco Beliceños y un hondureño que quedaron, junto con el barco que se dirigía hacia el norte, retenidos por las autoridades mexicanas [112].  Según el mismo incautaciones del 2003 en Belice habían sido apenas de 57 kgs. Dos años antes, en el 2001, habían sido decomisados un poco más de 3850 kgs.

Esta caída en las incautaciones no es el único indicio que apunta en la dirección de un mercado en contracción, no en la temida expansión. Está en primer lugar el hecho que aunque los EEUU siguen siendo el principal demandante de cocaína, el consumo en ese país ha venido descendiendo desde hace varios años. Si en 1982 más de 10 millones de personas reportaban haber consumido cocaína el último año, para el 2008 esa cifra había descendido a 5.3 millones, o sea un poco más de la mitad. En ese mismo país, la prevalencia anual en el uso de la cocaína entre la población de 15 a 64 años bajó del 3.0% en el 2006 al 2.6% en el 2008. Descensos similares se han observado en Canadá (2.3% en el 2004 a 1.9% en el 2008) y en México [113]. Para el análisis del tráfico de drogas a través de Belice es relevante concentrarse en el período más reciente, desde la segunda mitad de los noventa.

Dos indicadores relativamente fiables del consumo en los EEUU muestran cómo los últimos años, en forma contraria al supuesto aumento en el tráfico de cocaína hacia los EEUU lo que se observa es una importante caída. En efecto, en el último quinquenio, la prevalencia anual en el uso de cocaína entre los estudiantes de bachillerato norteamericanos se redujo en un 40%, pasando de 5.7% en el 2006 al 3.4% en el 2009.

Data from UNODC (2010)
Otro indicador, independiente del anterior, corrobora la tendencia de drástica caída en el consumo norteamericano en los últimos años. Se trata de los tests sobre uso de cocaína entre los trabajadores norteamericanos en general y entre aquellos en ocupaciones safety-sensitive. Estos tests se hacen sobre muestras de pelo nasal y captan el consumo durante los últimos tres meses. Aunque las pruebas forenses no se hacen sobre una muestra que sea representativa de la población norteamericana, su número no es despreciable: unos 6 milones de personas, o sea cerca de 100 veces la población entrevistada en las encuestas de hogares.

También a través de este grupo se observa, entre el año 2006 y el 2009, una espectacular caída (58%) en el consumo. De un poco más de 7 trabajadores por cada mil cuyo test para uso de cocaína resultó positivo en el 2006 se pasó, tres años más tarde, a tan sólo 3. Para los trabajadores con ocupaciones sensibles el descenso fue igualmente marcado: de 5.8 por mil en el 2006 a 2.4 en el 2009.

Data from UNODC (2010)

A partir de los datos de uso crónico, prevalencia anual y los estimativos de tendencia de largo plazo en el uso per cápita, la oficina de Naciones Unidas hace un cálculo del consumo total de cocaína en los EEUU. Lo que se observa, desde mediados de los años noventa, es una continua caída, particularmente marcada en la segunda mitad de la década. En tan sólo dos años, el consumo total de alcaloide en los EEUU se habría reducido en un 34% pasando de 248 toneladas en el 2006 a 165 en el 2008.

Data from UNODC (2010)

Aunque la caída de largo plazo en el consumo norteamericano, que se viene dando desde la década de los ochenta, se explica por cuestiones que afectaron la demanda –como los programas de prevención, la presión social o la estigmatizacion del consumo de crack-, la drástica reducción reciente se atribuye más al comportamiento de la oferta, y en particular a un severo déficit en el suministro. El principal síntoma que lleva a ese diagnóstico es la caída observada en la pureza de la cocaína que, con unos precios al consumidor aparentemente constantes, se tradujeron en un drástico incremento en el costo unitario de la cocaína pura. Este cambio radical en la calidad del producto final se dio sobre todo a partir del año 2006.  

Son dos las razones que contribuyen a explicar las fallas en el suministro. En primer lugar, el control al narcotráfico en Colombia, cuya producción se redujo sustancialmente. Está bien establecido que el grueso de la cocaína consumida en los EEUU (cerca del 90%) proviene de Colombia. Este suministro, en los últimos años, ha sido cada vez más controlado. En segundo término, algo similar puede decirse sobre la represión al tráfico en México y Centroamérica, que se trasladó desde el Caribe hacia ese corredor. Mientras en el año 2000, más de la cuarta parte de la cocaína dirigida hacia los Estados Unidos se decomisó en el Caribe, para el año 2008, esa participación se había reducido al 5%. Con un 15% de las incautaciones hechas en México y un 80% en Centroamércia [114].

No sólo las estadísticas sobre acciones contra la droga, o los infromes de prensa, sugieren una caída en el tráfico de cocaína a través de Belice. Ya desde finales de los años noventa la administración Clinton había decidido excluir a Belice de la lista de países susceptibles de recibir sanciones económicas por no cooperar con el gobierno norteamericano en los esfuerzos antinarcóticos. La principal razón para sacar a Belice de la incómoda lista era que se oservaba una significativa reducción en su uso como escala por parte de los narcotraficantes [115]. La decisión de, ese mismo año, sacar a Cuba de la lista fue mucho más criticada en el Congreso norteamericano que la de excluir a Belice, que pasó sin mayores objeciones. 

Por esa misma época, un informe del Colegio Interamericano de Defensa señalaba que el punto candente del tránsito se había trasladado de Belice hacia Puerto Rico y las Islas Vírgenes. “Although the Bahamas, Belize, and Jamaica are still important drug trafficking centers, countermeasures there and in South and Central America have prompted traffickers to seek and develop alternative routes. This has brought eastern and southern Caribbean countries into greater prominence since the early 1990s” [116].

Además, hay quienes argumentan que la importancia de Belice en el tráfico de cocaína declinó definitivamente a partir del 9/11. Las medidas anti terroristas de alta tecnología que se adoptaron entonces cancelaron definitivamente el tráfico por aire y botes hacia varios estados del sureste en donde las drogas llegaban directamente de suramérica y el caribe. En Carolina del Sur, por ejemplo, la DEA no dejó ningún agente en el Columbia International Port. Algo similar pasó con el puerto de Charleston, en dónde las capturas de drogas ilegales pasaron de más de mil kilogramos a menos de uno en tan sólo tres años. Las rutas se concentraron en el paso por tierra en la frontera con México [117]. Desde entonces, la mayor parte de los proveedores dependen de los mexicanos. Belice habría sido entonces una escala para la cocaína sólo relevante antes de Septiembre 11 del 2001. 

El recuento de algunos incidentes aparecidos en la prensa local a finales de los años noventa también sugiere que, en ese entonces, se enfrentaba un escenario más concordante con un pujante tráfico de cocaína que el que se deriva de la lectura de prensa reciente.

En 1998, por ejemplo, varios miembros del Belize Defence Force (BDF), incluyendo un mayor de 34 años, fueron arrestados y llevados a juicio por proteger un desembarco de cocaina en una pista de aterrizaje secreta en Orange Walk. Un bimotor proveniente de Colombia aterrizó, dejó su cargamento de cocaína, recargó combustible y volvió a salir. La acusación sostenía que los militares habían protegido toda la operación [118].

A principios del año 99, en una sóla acción, la llamada “Operación Brimstone” hecha en conjunto por la policía, el BDF, y los departamentos de Aduanas, Inmigración y Transporte se detuvieron 21 personas con cargos por tráfico de drogas [119].

En el otro extremo, en la lista de los 10 criminales más buscados del año 2009, aparecen sobre todo cargos por homicidio pero ninguno se asocia con el narcotráfico [120].

No menos pertinente como indicador cualitativo de un narcotráfico en decadencia a lo largo de la última década es la evolución del secuestro, que no sólo habría disminuído desde finales de los noventas, sino que las características de los casos más sonados parecerían haber cambiado. En distintos lugares, como Colombia o España, se ha encontrado que la actividad del narcotráfico a gran escala se da siempre acompañada de la práctica del secuestro, que se usa normalmente como mecanismo de cobro de deudas. También se ha observado que, ocasionalmente, las organizaciones dedicadas al tráfico de drogas suelen resolver coyunturas desfavorables de liquidez usando su aparato militar para la extorsión y el secuestro. En Colombia, el caso más notorio es el de Pablo Escobar, quien a su papel de lider del mercado de la cocaina sumó el de ser tal vez el principal secuestrador de Medellín después de la guerrilla.

Un incidente de secuestro que recibió mucho despliegue en los medios de Belice fue el relacionado con cuatro “well known Belizean men” que a principios de 1999 fueron arrestados y acusados con el secuestro de una familia entera, una pareja con sus tres hijos, en Gales Point Manatee y poco después de otra persona en Belize City. El secuestro estaba relacionado con una serie de wet drops de cocaína en el lagoon y en el mar hechos a finales del año anterior, por la misma época de los secuestros. El jefe de familia declaró haber recibido golpes, y ser interrogado por un cargamento cocaína. La policía sospechaba que el caso también estaba relacionado con un triple asesinato. Además, señalaba que “the way the men operated in the previous kidnappings are similar to what may have occurred in these cases at sea” [121].

En otro caso ocurrido un mes antes, un pescador de Belize City contaba como, estando en un hotel de Orange Walk, habían aparecido ocho hombres, cuatro de ellos armados a preguntarle por drogas. Posteriormente lo llevaron a un descampado y lo golpearon. Después lo pasearon por varios sitios de OW y Belize City. Le ordenaron alquilar una embarcación para llevar a los secuestradores a Caye Caulker, pues él les dijo que allí tenía escondida alguna cocaína. Antes de llegar al Cayo logró escapar [122].

Un año y medio antes, once personas, incluyendo dos mujeres, fueron llevadas ante la justicia para responder a una serie de cargos relacionados con un tiroteo en Logwood Street. Se pensaba que el incidente estaba relacionado con la orden dada por un drug kingpin de Belize City para secuestrar a uno de los detenidos, que fue defendido por sus acompañantes  [123].

En síntesis, toda la evidencia disponible, proveniente de fuentes independientes, apunta en la misma dirección. La participación de Belice en el tráfico de cocaína colombiana hacia los EEUU no sólo está muy lejos del 37% publicitado por el periodista inglés Ross Kemp sino que ha venido disminuyendo continuamente. Definitivamente ya no es lo que fue a finales de los años noventa, por la época en que crecieron aceleradamente las tasas de homicidio.

Incluso el informe de la DEA que sirvió de base para que el periodista inglés presentara a Belice como un eje importante del narcotráfico mundial en la actualidad se afirma que “although Belize is not currently considered a major transit country for drugs en route to the United States, it continues to be a country of concern due to its strategic location” [124].

Consumo de drogas en Belice

En forma similar a lo que muestran los datos sobre decomisos de droga, las cifras disponible de consumo sugieren que en Belice el mercado más relevante sigue siendo el de la marihuana. Con un 13.4% de prevalencia el último año entre los estudiantes de secundaria, Belice supera la cifra del mayor consumidor de sur américa, Chile, y casi duplica la del otrora importante exportador de hierba, Colombia.

Data from OAS (2003) & UN OCDD (2006)

En términos de consumo de cocaína y crack, por el contrario, Belice no se destaca en el conjunto de países americanos. Con un 1.3% de prevalencia en el último año para el consumo de cocaína o crack, los estudiantes de secundaria beliceños se encuentran por debajo de los de la mayor parte de los países latinoamericanos.

Data from OAS (2003) & UN OCDD (2006)
Este consumo de cocaína, bajo con respecto al de otros países centroamericanos, no es nuevo. Desde los años noventa, Belice, con una prevalencia de 0.4 se encontraba bastante por debajo de Honduras (2.0), Guatemala (1.6), Panamá (1.6), El Salvador (0.6) y muy cerca de Costa Rica (0.3)  [125].

Varios de los datos de una encuesta realizada en Belice no sólo entre estudiantes sino en una muestra representativa de la población confirman la observación de un mercado de drogas ilegales orientado ante todo a la marihuana. Un 60% de los encuestados considera que conseguir marihuana en Belice es fácil, para la cocaína la cifra es del 36% y para el crack del 24%.
Data from Youth Drug Survey
La preponderancia de la marihuana es aún más marcada cuando se considera el porcentaje de personas a las que efectivamente les han ofrecido los distintos tipos de de droga. La proporción de entrevistados que reportan haber recibido ofertas de marihuana es casi diez veces la de quienes han sido invitados a comprar crack.

No sorprende que la prevalencia (en la vida, annual y último mes) sea muchísimo mayor para la marihuana que para la cocaína o el crack.
Los bajos niveles de consumo tanto de cocaína como crack y, por el contrario, el relativamente extendido uso de la marihuana, tienen implicaciones para el diagnóstico tanto de los gangs como de la violencia actual en Belice.

El primer punto es que, como lo señalan los testimonios de los vendedores de crack a principios de los años noventa, el mercado local de Belice no parece algo promisorio. Con la posible excepción del suministro de cocaína para los turistas, una población sobre la cual se sabe poco en términos de consumo, no parece haber en Belice una demanda suficiente para mantener unos gangs dedicados al suminsitro de dicha sustancia.

La marihuana, que puede ser producida local, incluso domésticamente, presenta como principal característica la virtual imposibilidad de que un sólo grupo acapare el mercado. Permite, por el contrario un flujo permanente de operadores de pequeña escala encargados de su suministro. La falta de competencia por dominar el mercado, a su vez, reduce los niveles de violencia.

La participación de pequeños productores y distribuidores es posible por el relativamente bajo precio al por mayor de la hierba. Se ha calculado que el capital necesario para entrar a ese mercado es menos de la décima parte del requerido para traficar con cocaína o heroína [126]. Además, los beneficios que genera el tráfico de marihuana son pequeños con respecto a los de otras sustancias porque la hierba no puede diluírse, o cortarse, o procesarse, en las distintas fases del tráfico y se vende al consumidor final casi en la misma forma en que se comercia al por mayor. Por esta misma razón, los costos y diicultades de transporte son mucho mayores.

Pandillas en Belice

Pandillas y tráfico internacional de cocaína

Si la sabiduría convencional sobre la droga en Belice, y en particular la cocaína, no concuerda con la información disponible, las historias de los gangs ligadas al escenario de un punto de transhipment cada vez más importante en el narcotráfico hacia los EEUU, tampoco resultan convincentes. 

La mayor inconsistencia del relato de unos jóvenes gansters al servicio de los barones de la droga se puede señalar haciendo abstracción de la magnitud actual y de la tendencia reciente del tráfico de cocaína por Belice. Basta simplemente con observar que las amenazas de los de gangs se han concentrado en un punto, Belize City, alejado de las eventuales rutas de la cocaína en el país. Las ventajas de Belice como punto estratégico para el transhipment de droga o las recargas de combustible, serían, o mejor habrían sido, sus amplias áreas de bosques o costas despobladas y sin vigilancia o sus innumerables pistas clandestinas en las regiones más apartadas. Resulta arriesgado tratar de establecer un vínculo creíble entre esta supuesta escala en las rutas de la cocaína, esencialmente rural y alejada de las ciudades,  con un fenómeno como los gangs, fundamentalmente urbano.

El papel que señala Ross Kemp para los gangs como protectores del transporte de una cocaína que no les pertenece por el territorio nacional no resiste un análisis serio basado en un mínimo conocimiento de la organización industrial del negocio. No sorprende que no haya sido posible encontrar una sola nota de prensa que tenga alguna semejanza con tal escenario. 

Como se vió, lo que los medios norteamericanos recogen como incidentes en los que se relacionan las drogas con los gangs no ocurren en Belice, ni mucho menos tienen que ver con el narcotráfico internacional. Se trata de un par de casos aislados de pandilleros que, aunque nativos de Belice, actuaban en las ciudades norteamericanas en las que residían. Además, jugaban un papel de distribuidores al menudeo, no de importadores.

La evidencia sobre el rol de los gangs de Belice en el tránsito de cocaína hacia EEUU es igualmente precaria. Si son pocos los incidentes de decomisos que se puedan asociar con el narcotráfico internacional, aún más escasos, en la práctica inexistentes, son aquellos en los que los gangs tienen alguna función relevante en esa actividad. Por otro lado, los análisis sistemáticos de la estructura y la organización del suministro de cocaína le dejan un margen bastante estrecho a la supuesta actuación de los gangs locales. 

Sobre la participación de los gangs en el tráfico de drogas en Centroamérica, el informe de la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas concluye que se debe cuestionar la pertinencia de esta relación en la región. El mismo informe considera que el papel de las pandillas en el tráfico de drogas ha sido sobre dimensionado [127]. En primer lugar, por el reducido tamaño de los mercados locales. Esta observación, como se verá en la sección sobre consumo de drogas, parece particularmente relevante para  la cocaína y el crack en Belice. En segundo término, porque el grueso del tráfico de cocaína por Centroamérica se hace por vía marítima y la mayoría de los miembros de las pandillas son jóvenes urbanos, no pescadores ni navegantes. Por lo tanto, es poca la capacidad que tienen para hacer algún aporte relevante en tareas de esas carcaterísticas. Por último por la baja, para Belice ínfima, participación de los centroamericanos en el mercado de los Estados Unidos. Resulta bastante difícil sostener que un país que en el año 2004 aportó tan sólo 3 de los 12000 detenidos por tráfico de droga en los EEUU esté jugando algún papel  relevante en esa actividad.

Pandillas y mercado de crack

El argumento  que ofrece la DEA para el vínculo entre los gangs y el narcotráfico mundial pasa por el mercado interno de crack. Según esta agencia,  la cocaína que sirve de insumo para el crack provendría del pago en especie que las organizaciones internacionales del narcotráfico le hacen a los socios locales. Esta cocaina recibida en los regiones más apartadas del país sería llevada por los narcotraficantes locales a Belice City y a los demás centros urbanos para convertirla en crack. El mismo informe señala el crack como el principal problema doméstico, desde el punto de vista del consumo, y una asociación directa con los gangs, que serían los principales encargados de distribuirlo por todo el país.

Algunos trabajos académicos recientes han recogido este escenario “street gangs, mainly operating in Belize City, convert the cocaine into crack for local consumption” [128].

Un relato aparecido a finales del 2001 concuerda bien con este escenario propuesto por la agencia norteamericana contra las drogas. Dos conocidos líderes de los gangs, Clay Monsanto y Brian Brown habían aceptado públicamente desarmarse y renunciar a la violencia. Los meses posteriores a su anuncio, ambos tuvieron repetidos roces con la policía. Monsanto fue detenido varias veces. El último incidente tuvo que ver con que en una casa alquilada por Brown  se encontraron varias armas de fuego. Además la policía “also seized thirteen pounds of marijuana, sixteen grams of cocaine and fifty-nine grams of crack, along with scales and other paraphernalia believed to be used in the processing of powered cocaine into crack”  [129]. Queda clara en esta actuación el mayor peso de la marihuana, sobre la cocaína o el crack, en el menudea de droga por parte de los gangs.

Sin embargo, no todas las noticias sobre elaboración o distribución de crack aparecidas en los medios de comunicación tienen que ver con los gangs. Por ejemplo, uno de los mayores golpes contra los traficantes domésticos de crack, en el que a mediados del 2006  se incautaron 15 libras de esa sustancia ocurrió en Cayo District y se arrestaron cuatro personas sin vínculo aparente con los gangs [130].  Unos meses antes, esta vez en Belize City, había sido capturado capturado un hombre de 35 años con dos libras de crack [131] . A principios del 2008, cerca de Belmopan, y luego de una persecución del vehículo en el que iban, fueron detenidos un taxista de 25 años acompañado por otro hombre de 27 con 10 paquetes de crack [132]. Cinco meses después un grupo tres hombres y una mujer, habitantes de Corozal, entre los cuales se encontraba un señor de 78 años, con su hijo de 38 y su nuera acompañados de un businessman de 40 años fueron detenidos cuando en el Izusu Trooper en el que viajaban fueron halladas cuatro libras de crack [133]. En julio del 2009 en Caye Caulker fue arrestada una mujer de 33 años quien iba con un bebé y una bolsa con 17 gramos de crcak [134].

Queda claro entonces que existe una fracción del mercado interno de crack que parece no depender de los gangs. Por el contrario, de acuerdo con estos incidentes, estaría en manos de gente cuyo perfil de aldeanos comunes y corrientes está totalmente alejado del típico personaje violento del bajo mundo.

Lo que más desconcierta es que estos relatos de tráfico o fabricación de crack que no involucran a gangs no parecen ser la excepción sino la regla.. Entre todos los incidentes de incautaciones de cocaína ocurridos a los largo de la última década y resumidos en el Anexo 1, aparecen 21 relacionados con crack, pero en sólo uno de estos se menciona a los gangs.

Por último, dentro de los 29 jóvenes detenidos en el Youth Hostel a mediados del 2010, de los cuales 18 estaban afiliados a algún gang, ninguno lo estaba por infracciones relacionadas con droga [135].

Violencia juvenil y precariedad económica e institucional

A mediados de 2010 se hizo público el resumen de una extensa investigación sobre violencia juvenil masculina en Belice, con énfasis en Belize City y Cayo [136]. A raíz del ataque con granada en May Flower Street en Mayo de 2008 se reunieron cerca de 30 personas de varias organizaciones [137] que habrían tomado este incidente como un “wakeup call”. Bajo el liderazgo del National Committee for Families and Children (NCFC) se habría iniciado el esfuerzo por identificar los factores que pudieran llevar a la reducción de la violencia social. Reconociendo la falta de capacidad doméstica para llevar a cabo esa investigación de manera autónoma se recurrió a Herbert Gayle, un experto jamaiquino en violencia social para liderar y entrenar un grupo de cuadros locales de los Ministries of Education, National Security and the University of Belize. Utilizando una amplia gama de herramientas de investigación que cubrieran todas las áreas críticas que producen las respuestas violentas de los jóvenes varones de Belice.  El estudio se inició en Abril de 2009 y tardó 14 meses.

El principal aporte del estudio es el de centrar la atención en lo que, de manera creciente, la literatura sobre violencia juvenil reconoce debe ser el foco de los esfuerzos de prevención: el sistema educativo y más concretamente el fenómeno del abandono escolar. “Belize has an extremely high exclusion rate which hast to be treated as a core contributing factor to the gang problem in Bleize City an other urban centres” [138]. Aunque el resumen no muestra datos de períodos anteriores, se señala “the dramatic increase in exclusion for both sexes between standard and secondary school life”.

Los datos comparativos no podrían ser más preocupantes. A nivel de exclusión de la educación secundaria “almost two thirds of all males are excluded, compared to on-fifth of their Caribbean counterparts”. Para el “tertiary enrolment”, se citan datos de la Unesco de acuerdo con los cuales este es tan sólo del 4%, lo que coloca a Belice en el último lugar de todos los países centraoamericanos y del Caribe.

Otros problemas abordados en el estudio son, las inadecuadas relaciones de los jóvenes con la policía, el uso y la oferta de drogas, la violencia de gangs, la violencia de los gangs y el abandono familiar.

Casi la totalidad de los jóvenes (88%) califica muy mal sus relaciones con la policía. Se menciona la corrupción y la asociación con los gangs. Un 60% reporta haber presenciado personalmente incidentes de brutalidad policial.

Con relación a las drogas, el 75% de los jóvenes manifiesta que el consumo y el acceso a las drogas están extendidas en sus barrios. Consideran que la distribución local de las drogas está estrechamente ligada a la violencia de los gangs. “Some spoke at lenght about their fear of death, not knowing when the gang war was going to kill one of their friends, relatives and neighbors” [139].

El 86% de los jóvenes manifiestan que en su comunidad operan las pandillas. Para el Southside el porcentaje es del 92%. Entre estos últimos una tercera parte ha sido atacado por una pandillas. Un 12.5% de los jóvenes reconocieron ser pandilleros.

El 73% de los jóvenes indicaron haber presenciado o sufrido violencia doméstica. El 39% señalaron el abuso infantil como preocupación. “more than a half of the Southside youth live in or around homes where child abuse is presenet. At teh other extreme only one of fifteen Northside youth reported concerns on child abuse” [140].

Son varios los comentarios que suscita la lectura del resumen de este estudio. El primero es que adopta sin mayor cuestionamiento el escenario de la violencia juvenil asociada al narcotráfico internacional, un vínculo sobre la cual el mismo estudio no ofrece ninguna evidencia. Es claro que de existir, como plantea Ross Kemp en su documental, algún tipo de relación directa de los gangs locales con las mafias colombianas o mexicanas, hubieran aparecido indicios al respecto en las numerosas entrevistas, grupos focales y etnografías realizadas para la investigación. Por el contrario, lo que aparece, y es consistente con la información de prensa, es una estructura informal y desorganizada del menudeo, que incluye a veces a los familiares de los entrevistados. Este desorden es tambén consistente con la asociación que se señala entre la violencia de los gangs y la distribución local de la droga.

El segundo comentario, relacionado con el anterior, es que el trabajo supone que, como lo plantea la teoría del narcotráfico, la violencia ha venido aumentando de manera sostenida. No se hace un esfuerzo por verificar si, por ejemplo, el problema de las pandillas es en la actualidad más agudo que el de hace una década, como lo sugieren algunos testimonios de pandilleros que emigraron hacia los EEUU. O si, como muestran los datos, lo que parece haberse dado es un cambio en las características de esa violencia, hacia acciones cada vez más temerarias y amenazantes. En particular, se echa de menos en el estudio un esfuerzo por aclarar la lógica de los shootings y por entender la dinámica de una confrontación cada vez más aguda entre las pandillas.

No deja de sorprender que el incidente de May Flower St, un ataque con granada, haya sido la motivación inicial para una reflexión y una investigación sobre la violencia social. Difícil imaginar una acción más atípica, más individualista, más asocial y antisocial que un atentado con explosivos. Al renunciar a explicarla, el trabajo diluye, de manera implícita, esta conducta totalmente irregular en el conjunto de reacciones rutinarias a las dificultades que enfrentan los jóvenes. Fuera de la alusión marginal al incidente de la granada para introducir el trabajo,  al concluirlo y para hacer énfasis en la urgencia con la que se debe actuar lo retoma. “There is a big hole in urban Belize. Let us patch it befor we all go BOOM!!!”. 

Los mismos resultados del trabajo presentados tienden a contradecir la noción de una violencia generalizada entre los jóvenes. Los jóvenes aparecen más como víctimas de una minoría que como actores de una supuesta violencia social. 

Otra de las limitaciones del trabajo mencionado, y en general de aquellos que se empeñan en limitar su búsqueda de conductas criminales y violentas entre la población de escasos recursos, es que desvía por completo la atención sobre los verdaderos orígenes de las actividades ilícitas que con frecuencia se han iniciado con asuntos como el contrabando por parte de personas de buenos ingresos y conexiones al más alto nivel. En ese sentido, Belice no es una excepción. 

No siempre los gangs, como destaca el estudio, fueron un problema exclusivo del South Side. Uno de  los principales líderes de los gangs en los años noventa, tuvo gran influencia sobre Belize City, pero en el North Side [141].

La llegada de los Crips y Bloods a Belice

A finales de 1989, el Washington Post publicó un artículo, firmado desde Belize City, que giraba alrededor de Big Russian, un vendedor de droga de los Bloods formado en Los Angeles, que afirmaba no vender crack sino sólo cocaína, para no destruir a su gente. Según él, sólo los Crips ejercían el dañino tráfico. Los vecinos del lugar, sin embargo, afirmaban que el edificio que él llamaba su base era en realidad un crack house. La impresión entonces era que el consumo de cocaína y crack se habían disparado, recientemente y en todo el país, como resultado de la errradicación de la marihuana. Tan sólo en Belize City había en ese momento, según la policía, cinco crack houses. Por aquella época, se trataba de un fenómeno único en Centroamérica. A pesar de lo anterior, el problema de los gangs no parecía preocupar aún ni a los ciudadanos ni a las autoridades. Los consideraban unos simples imitadores de modas extranjeras que no hacían mucho más que pintar graffittis y eran el resultado de mucha televisión norteamericana. La policía estimaba un máximo de 75 integrantes de los gangs. Los consideraban mal organizados, con estructuras dispersas que sólo usaban el nombre de sus pares norteamericanos. La historia contada por Big Russian era distinta. Según él, los nativos de Belice residentes en Los Angeles habían traído los gangs. La película Colors, de gran audiencia, había disparado la afiliación. Sus cálculos eran que en ese momento en sólo Belize City, había 300 Bloods y 1000 Crips [142].

En 1991, otro periodista norteamericano, de New Orleans, reportaba, de nuevo desde Belize City, sobre un grupo afiliado a los Bloods. Se señalaba que la llegada de los Bloods y los Crips a Belice tenía que ver no sólo con una tendencia cultural sino, precisamente, con el pujante mercado de la cocaína y de su derivado más barato, el crack. Dos de sus entrevistados eran estudiantes que habían abandonado la escuela para unirse al recién creado grupo. Uno de sus miembros le decía que "we don't smoke crack, we sell it. That's the smart way". A pesar de lo anterior, anotaba que su actividad principal no era ese tráfico. "We like to go out and hijack stuff, to hit the Crips and the Spanish - you know, the Mexicanos … We beat them up and take their money" [143].

Dos meses más tarde, otro estadounidense, esta vez de Dallas, relataba el asesinato de un joven adicto al crack frente al terminal de buses de Belize City. Aunque la muerte había ocurrido en medio de una discusión por un helado y el arma había sido una botella de soda, el periodista señala que los problemas del joven habían empezado al ser introducido en el mercado el crack por los traficantes colombianos. El hecho que el muerto era un adicto, un shortboy, que robara para mantener el vicio, y que los crímenes se hubieran disparado con la reciente aparición de la sustancia le permite al periodista hacer la conexión con los gangs, imitaciones locales de los Bloods y los Crips. Reporta estimativos de la policía sobre unos 100 Bloods and Crips, la mitad de ellos dedicados a la venta de crack. Un oficial de policía entrevistado se refiere a un momento preciso para el nacimiento de los gangs: Abril de 1989. En esa fecha se había pasado por TV la película Colors en la que se enfrentan los Crips y los Bloods y matan un policía. Para confirmar esta versión, cita a un joven de 17 años de los Ghosttown Crips quien recuerda que el día que pasaron esa película cambió su vida. “My favorite part of the movie was when the Crips drive by and shoot up the Bloods  … boom, boom, boom -- that's fun. And when they shoot up the policemen, that's the good part” [144].  La relación que el periodista establece entre los gangs y el narcotráfico es marginal. Se limita al testimonio de una madre cuyo hijo detenido le dice que cuando salga de prisión se dedicará a vender droga. También según este reportaje, las principales preocupaciones de las pandillas van por otro lado. Uno de sus miembros le cuenta que "I became a Crip because I realized most of my friends from the neighborhood are in the Crips side, they blue, they hang out, and I realized the Bloods were against me, they want to chop me and hurt me … We die for the color, man, those guys shoot us, we got to do the same thing” [145]. El pandillero le aclara que los gangs son territoriales y se reparten las manzanas de los barrios; él, siendo Crip, corre un riesgo en territorio Blood. Unas manzanas son neutrales o controladas por los Rastafarians que huyen de la violencia y fuman marihuana en lugar de crack. El periodista señala que el problema de los gangs se agrava con los jóvenes que vienen deportados de los EEUU por crímenes de droga. Según el comandante de la policía, el problema no se soluciona con más efectivos sino con educación [146].

Vale la pena un paréntesis para señalar las diferencias entres los gangstas y los rastas. Desde la llegada de los gangs a Belize City para los jóvenes que abandonaban el sistema escolar para unirse a un gang se abrieron dos opciones, la de la cocaína y la de la marihuana. “Participation in the cocaine business meant violence and jail and sometimes death, but while a young man was kicking up dust and making money hand over fist, he had access to the finest ladies on the scene. The gangstas were living for today, and their religion was bling bling” [147]. En cierta medida, la respuesta de los rastas fue, por el contrario, renunciar a la sociedad de consumo. Los Rastafarians estaban opuestos a la cocaína y a la violencia de los gangs. Predicaban la espiritualidad negra. Habiendo sido usuarios tradicional de marihuana, ganja, como parte de sus creencias religiosas se dedicaron al cultivo y distribución de la hierba. A finales de los noventa, varios de las rastas mayores se aliaron con un traficante de cocaina que financiaba actividades deportivas. Poco después, una forma aún más pura de Rasta apareció en el South Side. Se conocía como el boboshanti y se trataba de un seguidor del guru regional, Sizzla Colanji, un Jamaicano dedicado al reggae. En Belice, esta vertiente nunca estuvo muy organizada, aunque se les reconoce por la especie de turbante que llevan para cubrir su cabellera. El boboshanti más conocido en Belize City fue Louie Ganzie, un talentoso artista reggae. Sorprendentemente, Ganzie asesinó a golpes a su pareja dejando cuatro niños huérfanos, dos de ellos hijos suyos [148].

En el año 1993 aparece otro vínculo, en los medios norteamericanos, entre un gang leader de 19 años nacido en Belice, acusado de unos homicidios relacionados con enfrentamientos por el mercado de crack. El incidente, sin embargo, había ocurrido en Nueva York y el acusado, arrestado tres veces antes en Chicago, era pedido en extradición por las autoridades de Belice por intento de homicidio contra un oficial de la policía [149].

A mediados del año 2007, tras el asesinato de George McKenzie, alias Junie Balls, por muchos años considerado el líder de los Crips en Belize, el editorialista de Amandala, uno de los principales periódicos y a la vez amigo de Junie Balls hace un perfil del lider. Ofrece algunos datos de interés sobre la evolución de los gangs en Belize City. Localiza a finales de los ochenta la llegada de los gangs. Cuando el periódico instaló su sede a poca distancia de Mayflower St, no había gangs. El principal detonante, para este periodista, habría sido la fumigación de los cultivos de marihuana con Paraquat, facilitada según él por la llegada al poder del gobierno pro-Washington del UDP. La distribución de la hierba, que crece casi silvestre en Belice, nunca presentó mayores dificultades. Al hacerse más escasa con la erradicación se empezó a mezclar con la cocaína, en el llamado primo, y algunos de sus consumidores quedaron enganchados al crack. Los gangs habrían aparecido para proteger los canales de distribución de crack y las rutas internas de la cocaína importada. Por varios años, la rivalidad fue simple, Majestic Alley Crips versus George Street Bloods. Los vínculos con los EEUU también eran claros. Hasta el punto que en 1992, la retaliación por el asesinato de Itza Brown, lider de los Crips en el Estadio Nacional de Belize City fue el homicidio de Tunan, lider de los Bloods, en Nueva York. En el periódico Amandala trabajaron varios integrantes de los Crips, entre ellos Trigger, un ahijado del editorialista y cuñado de Junie Balls. A su vez, algunos de los George St Bloods habían vendido el periódico de niños. Trigger fue asesinado en el 2000, mientras Junie Balls estaba en prisión. Salió de allí pocas semanas después de la llegada al poder del PUP en Marzo de 2003. Para el periodista, es claro que “the Mayflower Crips had been infiltrated by a powerful faction of the ruling PUP” [150]. Con la muerte de McKenzie, según el periodista, un líder maduro y razonable, se podía prever un deterioro de los Crips y una escalada de la violencia.

En otro editorial más reciente del mismo periódico se ofrecen algunas pistas que ayudan a entender la rivalidad entre gangs mejor que las historias basadas en el narcotráfico internacional. La mezcla de elementos, adicionales al menudeo interno de droga, es variada. Va desde las barras bravas hasta la contaminación con la política local. A principios de los años ochenta, cuando Amandala se consolidó como un medio informativo importante, empezó a contratar jóvenes del vecindario para doblar, repartir y vender periódicos. Así, dentro del periódico se constituyó lo que sería el núcleo de los Kremandala Raiders (basquetbol) y los Kremandala Warriors (fútbol). Los últimos duraron tan sólo un año en la liga a causa de una tremenda trifulca en un partido contra el Juventus de Orange Walk a finales de 1993. No se conoce bien la causa del violento incidente, pero es probable que tuviera que ver con la afiliación de algunos de los jugadores de los Warriors a los Crips.  Pocos meses antes de la pelea en el estadio, el UDP había triunfado en las elecciones locales. Además, los Kremandala Raiders, sin vínculos con los Crips, habían ganado el campeonato de basquet, derrotando al equipo del candidato de la UDP por el Belize Rural South. El director del periódico, por su parte, había apoyado públicamente un candidato del partido opuesto, el PUP, que era ahora primer ministro. Así, en Orange Walk, había bastante animadversión tanto política como deportiva contra los Kremandala.  La situación en el vecindario del periódico se fue deteriorando hasta el punto que los trabajadores afiliados a los gangs tuvieron que ser despedidos para no comprometer la seguridad del resto de empleados. El ambiente tenso alcanzó un climax en el 2003 cuando algunos políticos empezaron a favorecer sus clientelas en el barrio. Desde esos años, el director del periódico perdió contacto con los jóvenes, ahora hombres, de las pandillas del barrio. “Several of the kids I watched grow up, are in jail. Several are dead. Now it is the babies who are killing and being killed, and going to jail. It’s crazy, and depressing” [151].

Estos relatos contienen varios puntos que vale la pena destacar. El primer hecho, que parece incontrovertible, es la significativa reducción de la producción por erradicación de la marihuana durante la segunda mitad de los ochenta. El segundo hecho, imposible de verificar con otras fuentes pero sobre el cual se le puede dar crédito a los periodistas y a las autoridades entrevistadas en ese momento, es el de un aparente boom en el consumo de crack a finales de los ochenta. El tercer hecho, también plausible es el de la llegada, por la misma época, de las sucursales de los Crips y los Bloods a Belice. El cuarto punto es que, en alguna medida, la violencia actual hace parte de una escalada de enfrentamientos que, inicialmente ocasionados por asuntos baladíes, fueron haciéndose cada vez más graves.

Sobre el incremento en el consumo de cocaína y crack por la época posterior a la erradicación de la producción de la marihuana es difícil pensar que el dato de cinco crack houses en sólo Belice City sea producto de la imaginación. Y ese número de centros de consumo, en una ciudad de ese tamaño, sí refleja un nivel alto de consumo.

Son varios los factores externos que apuntan en la dirección de asignarle un papel importante a los Crips y los Bloods en los inicios del mercado del crack de Belice en los años ochenta. Está por un lado el boom del consumo de esa sustancia en los EEUU por esa misma época. Está, en segundo término, la expansión territorial de estos grupos hacia otras ciudades norteamericanas desde Los Angeles, dispersión que estuvo basada en la ampliación del mercado de crack.  De acuerdo con un observador de estos grupos, “by the early 1980´s, crack cocaine became the drug of choice. PCP had previously been the drug of choice by both Crips and Bloods. The Crips ad Bloods soon begin organizing their own drug cartels that would eventually spread thoughout the major cities in our country” [152]. Otro historiador de los Crips es aún más explícito. “This proliferation process started during the mid 1980s as Los Angeles based gang members that were part of the drug trade sought out new markets … During the mid 1980s, some gang members (the entrepreneurial ones) wanted to expand their rock cocaine markets into other cites outside of Los Angeles … As Los Angeles law enforcement began an aggressive campaign against rock cocaine dealers, many of the drug dealers wanted to expand to other markets where law enforcement were naive to rock cocaine dealers” [153].

Así, la llegada a Belice de los Crips y Bloods habría hecho parte de esa expansión y búsqueda de refugio de la represión en Los Angeles. Por último, como se verá, varias corrientes migratorias hacia los EEUU habían puesto en contacto a jóvenes nacidos en Belice con algunos gangs ya establecidos en varias ciudades norteamericanas, y en especial con facciones de los Crips y a los Bloods en Los Angeles [154].

Internamente, a principios de los años 70, por la aparente influencia de la película “The Wild Bunch”, se registraron en Belice los primeros incidentes criminales asociados a los gangs. En una escena de esta película, un grupo de jóvenes que se autodenominaban el wild bunch atacaban y golpeaban a un policía.  En forma similar, un grupo de jóvenes de Belice City, que también se hacía llamar wild bunch, atacaron a un policía causándole serias heridas. El grupo fue arrestado y uno de sus miembros condenado. Varios de los integrantes del grupo emigraron hacia los EEUU [155].

A finales de los años 80, la crisis de la industria azucarera y la consecuente recesión llevaron a un significativo aumento del desempleo. El problema fue particularmente serio en Belize City y Dangriga. A nivel nacional, la tasa de desempleo entre los jóvenes entre 15 y 24 años alcanzó el 40%. “In Belize City, where the rates are even higher, such a lack of prospects resulted in dramatic increases in gangs, crime, and drugs, and also emigration”  [156].

Para principios de los años 90, como lo registran los periodistas norteamericanos, no sólo había gangs locales sino que había jóvenes en Belize City que, tal vez provenientes de Los Angels, se decían miembros de los Crips o los Bloods y peleaban por sus colores y su territorio. Además, como actividad secundaria, vendían cocaína y crack.

Por otra parte, la historia de estos dos gangs en los EEUU tiende a ir en contravía del escenario de pandillas de Belice que obtenían la cocaína, o el crack, de los narcotraficantes colombianos. Por el contrario, tratándose de sucursales de lo que se consideraban carteles de la distribución al menudeo en los EEUU, no es prudente descartar la posibilidad de alguna de la cocaína que llegaba a Belice no proviniera de colombia. No es fácil, casi veinte años después, reconstruir las rutas internacionales de la cocaina colombiana o las extensiones de los canales de distribución en norteamerica que incluían a los Crips y los Bloods que, a su vez, tenían contactos en Belice. Pero este escenario tiene algo de sentido, pues no hace falta imaginar nuevas e improbables alianzas –como las de los gangs de Belice con los narcos colombianos o mexicanos- sino simplemente acudir a las que ya existían, las de los gangs locales con sus casas matrices en los EEUU.

Un incidente ocurrido a finales de los años noventa ilustra bien los fluídos contactos entre los Crips & Bloods locales y sus casas matrices en los EEUU. En 1997 a raíz de una redada de la Policía de NY fueron detenidos 24 jóvenes originarios de Belice pertenecientes a los Rolling 30 de los Crips. El grupo había establecido, desde dos años antes, un “régimen de terror” en un vecindario de Harlem. El líder del grupo, Dalmin Mayen, alias Diamond, había llegado con sus hermanos y varios amigos a East Harlem desde Belice en 1991. Al poco tiempo establecieron un negocio de venta de crack. Con grafitis demarcaron su territorio, atacaban a los gangs rivales en el negocio y amenazaban a los vecinos. Su afiliación a los Crips venía desde Belice, en donde habían hecho contacto con otros miembros de la misma banda, deportados de Los Angeles. La policía había empezado a investigarlos en 1995 a raíz del ataque a una menor que vestía de rojo, color del gang rival [157].

En una reunión de ministros de seguridad centroamericanos llevada a cabo en Nicaragua en el 2007, el representante de Belice, haciendo alusión al tema del transhipment de cocaína, hacía énfasis en este escenario de intercambios y flujos entre el comercio al por menor en norteamérica y la venta de droga en Belice. “The use of Belize as a point in the route used for drugs transshipment to the US, which brought affluence among the criminal elements involved in the drug trade, who got involved in the sale and use of hard drugs in Belize City. Along with this came a new breed of street drug dealers who quickly made connections to their Belizean counterparts in the US that were involved  in criminal activities. This resulted in several of those Belizeans residing in the US returning for short visits during which time they brought ideas and shared experience of their experience of their criminal street gang involvement” [158].

A su vez, hay algunas insólitas incautaciones de cocaína que son más compatibles con la idea de Belice como ruta final de la cocaína que con la de una etapa intermedia hacia los EEUU. El caso más revelador, es el de las 22 libras de cocaína decomisadas en el año 2001 cuando las descargaban de un container proveniente de Miami [159]. También está el del electricista de Belize City que, en el 2005, tuvo que ser llevado al hospital, en donde murió, pues las bolsas en las que traía cocaína desde Panamá se le habían roto en el estómago [160]. Incluso para varios de los casos de wet drops que se analizan en otra sección se podría pensar, en lugar del esquema del transhipment, en una mercancía que llega por el aire a su destino final.

La historia de Diamond y los Rolling 30 afiliados a los Crips, así como los casos de decomisos provenientes de Panamá o los EEUU, contribuyen a cierto escepticismo sobre la versión de la droga que se usa para unos pagos en especie hechos por unos no siempre bien identificados narcos colombianos a los gangs de Belice por no se sabe bien qué tipo de servicios. Además, sugiere que, para la actividad de vender crack, las pandillas de Belice han considerado que el mercado que vale la pena es el norteamericano, no el local. Así lo confirma de manera directa  Big Russian quien, en 1989, le contaba al periodista del Washington Post que lo entrevistaba en Belice City, su deseo de volver a Los Angeles, cruzando ilegalmente la froontera por Tijuana. La razón era obvia “I want to go back now and make big money" [161].

Gangs y flujos migratorios internacionales

En un trabajo basado en investigación etnográfica realizado tanto en Belice como entre un grupo de emigrantes a los EEUU, Matthei and Smith (2004)  plantean como hipótesis que la evolución de la violencia en Belice está relacionada con los patrones bastante peculiares de emigración laboral hacia los EEUU de las dos principales comunidades étnicas afro descendientes, los Garifuna y los Creoles. Aunque el trabajo de campo estuvo limitado al primero de estos grupos, los autores señalan que las similitudes culturales con los Creoles y el hecho que se hayan asentado en los mismos barrios en norteamérica, permite considerarlo relevante para los emigrantes de ambos grupos.

El inicio de la emigración a los EEUU se sitúa en la década de los cuarenta, cuando varios Garifuna se unieron a los trabajadores migrantes reclutados en el Caribe para reemplazar a los norteamericanos que prestaban su servicio militar. En los años sesenta, cuando la reestructuración del mercado laboral norteamericano llevó a un considerable incremento en la demanda por trabajo femenino, fueron las mujeres Garifuna las que empezaron a salir de forma masiva. Desde entonces, las mujeres han tenido mayor participación en la emigración hacia los EEUU.

En Octubre de 1961, el huracán Hattie llegó a Belice. Los principales estragos los sufrió Belize City. Este desastre natural reforzó la ola de emigración hacia los Estados Unidos y en particular hacia Los Angeles, Nueva York y Chicago [162].

Los Angeles ha sido un punto de acogida clave para trabajadores legales e ilegales por su relativa cercanía a Belice y por un mercado laboral basado en trabajadores inmigrantes. En las últimas décadas, mientras la demanda por trabajo masculino ha decaído, los trabajos no calificados para mujeres han estado siempre disponibles. Para principios de los noventa, “Garifuna women (were) often able to arrange jobs through friends before ever leaving Belize” [163].

La mayor parte de los beliceños que llegaron a California en los sesentas y setentas se instalaron en South Central Los Angeles (SCLA), un barrio predominantemente afroamericano.  Para los años ochenta, al incrementarse la inmigración mexicana y centroamericana, muchos vecinos afroamericanos de clase media se trasladaron a los suburbios. Para 1990, de acuerdo con el censo, ya menos de la mitad de la población  en el SCLA era afrodescendiente. El 45% era de origen latino.

En  la década de los ochenta la violencia –especialmente la asociada con el pujante mercado de cocaína y crack- se disparó. A principios  de los años noventa, una encuesta realizada entre Garifunas residentes en Los Angeles indicaba que su principal preocupación por vivir en esa ciudad eran “gangs, drugs and drive-by shootings”. En una entrevista de la época, que podría confundirse con alguna más reciente realizada en Belize City, una mujer señalaba que “Bloods shoot up where the Crips are, and the Crips come and shoot up where the Bloods are. There’s certain colours you can’t even wear. You can’t wear red in this area because we’re in the Bloods over here” [164].

A pesar de los esfuerzos por mantener su identidad cultural, no todos los emigrantes Garifuna en SCLA han podido aislar a sus hijos de la influencia de los gangs en el vecindario. Una proporción importante de las familias está a cargo de mujeres con poco entrenamiento laboral y sin papeles. Sin mayores posibilidades de trabajo formal, se emplean en oficios de servicio y cuidado que implican largas jornadas y ausencias del hogar. Incluso entre familias con ambos padres, las largas jornadas laborales pueden implicar fallas importantes en la supervisión de los hijos. Mónica, una joven beliceña que se reunió con sus padres en SCLA a los ocho años anota que “our parents were always working, which left us to do whatever the hell we wanted to do –including being a part of a gang, smoking marijuana, drinking. You name it, we did it –at an early age at that” [165].

Aunque los emigrantes Garifuna en LA son reticentes a hablar del tema de sus hijos involucrados con los gangs, la mayor parte reconoce que es un verdadero problema. Parece incontrovertible que existen gangs Garifuna en Los Angeles. “Even a casual observer would find it difficult to overlook the distinctive clothing and the hand signs which proclaim young men’s gang affiliations at Garifuna community gatherings” [166]. Aunque no existen estimativos sobre su número, hay algunos datos preocupantes. De acuerdo con un lider de la comunidad local, por lo menos diez jóvenes Garifuna murieron en enfrentamientos relacionados con droga en el término de dos años a final de los noventa. Desde esos años, cuando las autoridades de inmigración empezaron a perseguir gangs de inmigrantes, “on average two Belizeans have been deported per week as criminal aliens by the INS” [167].  En otros términos, anualmente habrían llegado a Belice un número de jóvenes infractores y/o integrantes de pandillas, del mismo orden de magnitud de algunos estimativos oficiales sobre el total de miembros de pandillas.

Teniendo en cuenta esa situación, muchos de los emigrantes optaron por dejar en Belice a sus hijos al irse a buscar trabajo a los EEUU. Entre los Garifuna, existe una larga tradición de cuidado de los hijos por parte de familiares cuando se emigra. Este arreglo se reforzó con la precaria situación del mercado laboral local. Como anotaba una mujer de Belize City, “even a little job in the States can support two families” [168].

Durante los sesentas y los setentas, la mayor parte de estos arreglos eran temporales. Se dejaba a los hijos por uno o dos años hasta que la situación permitiera trasladarlos para reunirse con sus padres en los EEUU. Al complicarse la situación de violencia en Los Angeles, el período de cuidado a cargo de los familiares se alargó. Por otro lado, esta nueva situación no fue simétrica por géneros. Se volvió más probable que las hijas, al tener la edad para ayudar en las tareas domésticas, convencieran a sus padres que las llevaran a los EEUU. Con los hijos varones, la resistencia era mayor.

Además, algunos adolescentes que habían pasado la mayor parte de su vida en los EEUU empezaron a ser devueltos a Belice como castigo por conductas problemáticas, por fallas en sus estudios o por haberse envuelto con los gangs. A esos expatriados familiares se sumaban, como se anotó, los deportados por el gobierno norteamericano.

Este grupo de jóvenes varones migrantes de regreso, por razones de disciplina familiar o judiciales, han tenido una gran influencia sobre los adolescentes locales que ven la emigración casi como un rito de iniciación. Su principal objetivo es irse a los EEUU,  “with or without papers” como dice una canción.

Aunque el trabajo que se acaba de resumir no hace referencia explícita al impacto de estos movimientos migratorios sobre el mercado de parejas entre los jóvenes en Belice, es fácil imaginar el escenario que resulta de allí: un verdadero desastre. Se destacan unos flujos fuertemente desbalanceados por género, con una emigración juvenil femenina más voluminosa y estable que la masculina. La principal consecuencia es un superávit local de adolescentes y jóvenes solteros, sin mayores perspectivas ni laborales ni para encontrar una pareja. Es lo que en la China se conoce como guang gu, o ramas peladas: los jóvenes solteros que no tienen posibilidad de contribuir a la continuación del árbol genealógico [169].

Un factor agravante de la situación de Belice es que este grupo de jóvenes varones sin mayores perspectivas de emparejarse concentra de manera desproporcionada a aquellos que ya han sido escogidos, perversamente seleccionados, tanto por la familia como por el sistema judicial norteamericano, por sus problemas disciplinarios o legales. Este cruel filtro que consolida en Belice un grupo de varones con vocación antisocial, y violencia, superiores al promedio, a su vez, estaría estimulando  el afán de emigrar de las jóvenes.

Así, se estarían yendo de Belice las jóvenes mejor preparadas y motivadas que, al no encontrar en los EEUU mayores obstáculos para incorporarse al sistema productivo o para emparejarse tienen alto chance de instalarse en el exterior de manera definitiva. Los jóvenes varones, por el contrario, y de manera inversamente proporcional a su desempeño escolar, a sus expectativas laborales y a su apego a la disciplina, a las normas sociales, al auto control y a la ley, se van agrupando, solos, en Belice. La acumulación de ramas peladas en Belice se nutre de tres fuentes. Una, de quienes no emigran  por el temor de los padres a que se involucren en los gangs norteamericanos; dos, de quienes fueron devueltos por sus familias; y tres, de los deportados por el sistema judicial americano. Resulta virtualmente imposible concebir un escenario del mercado de parejas tan perversamente diseñado. También resulta difícil imaginar un caldo de cultivo más fértil para la violencia juvenil [170].

No es mucha la atención que ha recibido este desbalance por géneros entre los jóvenes y su eventual relación con la violencia. Se puede destacar sin embargo un comentario editorial que, sin hacer alusión a la emigración, lo plantea como un posible combustible de la violencia juvenil.  “The most important aspect of life for the normal teenaged boy is teenaged girls. At what point does a street youth become ineligible for the attentions of girls in his age group who have gone on to high school? Is it a sin for a street youth to like a high school girl in his age group? We don’t think so, but this is the impression which the street youth, over a period of time, will begin to draw from society, that he is inferior because he is poor and not in high school. Such a street youth becomes alienated, then angry, and finally, such a street-youth becomes anti-social. He becomes a gangster in his mind. Belize City produces such youth by the thousands each year" [171].

Un indicio de los desequilibrios existentes en el mercado de parejas lo constituye la campaña promovida por el programa Youth Enhancement Services (YES) en contra del denominado Intergenerational Transactional Sex (ITS). Con la iniciativa, que busca disuadir a las jóvenes a que acepten regalos o dinero para tener relaciones sexuales con hombres mayores, se está implícitamente señalando la existencia de un déficit de mujeres y, consecuentemente, una aguda competencia que afecta a los jóvenes de menos recursos, que deben ser apoyados institucionalmente para que ellas  salgan con personas de su misma edad.   

La pista explicativa que sugiere el trabajo etnográfico sobre movimientos migratorios, y las hipótesis relacionadas con el mercado de parejas y los gangs, requieren profundización y más trabajo empírico para contrastarlas. De cualquier manera, el escenario que se describe permite desafiar varias de las ideas más persistentes del diagnóstico y las políticas contra la violencia, y en particular los gangs, en Belice. En primer lugar, se destaca que los principales contactos con el extranjero de los gangs de Belice, compuestos primordialmente por jóvenes Garifuna y Creole, son sus pares norteamericanos y no los carteles colombianos o mexicanos. El segundo punto es que existen gangs beliceños en LA, en el seno de comunidades con mejor situación económica que la de la mayor parte de los barrios de Belize City. Ese simple hecho sugiere cautela con la suposición que los esfuerzos centrados en tratar de mejorar las condiciones de pobreza locales darán resultados significativos en materia de prevención de gangs y violencia juvenil. El tercer punto es que las monumentales cifras de jóvenes en problemas con la ley en los EEUU deportados a Belice anualmente, sugieren que esta podría ser una de las principales fuentes de reclutamiento de los gangs locales.

Los relatos sobre la colonia beliceña en los EEUU sin duda ayudan a refinar, a hacer más realista y complejo, el diagnóstico de los gangs en Belice. Igualmente relevante para el diseño de programas de prevención puede  ser una mirada a las reacciones de estas comunidades ante la violencia juvenil. No sujetas a los dictados de las explicaciones más simples –como el narcotráfico o la pobreza- y respaldadas por un sistema policivo y judicial eficaz, tal vez demasiado, estas comunidades no han vacilado en centrarse allí en donde, universalmente, se han localizado los esfuerzos para complementar la formación de los jóvenes y la transmisión de valores para la vida en comunidad: en el sistema educativo.

La respuesta de la colonia Garifuna cuando la violencia hizo de SCLA  un lugar crítico para criar hijos, fue tratar de preservar una fuerte identidad étnica y, sobre todo, insistir en las ventajas de la educación. Los que pueden pagarlos, matriculan a sus hijos en colegios privados católicos similares a los que ellos frecuentaron en Belice, para alejarlos de los establecimientos públicos, considerados demasiado  violentos, de SCLA. El establecimiento preferido por ellos está a cargo de la misma orden de religiosas que enseñaron a muchos Garifunas en Belice. Fuera de la estricta disciplina, se considera una ventaja que las monjas hablen Garifuna y estimulen a los alumnos a aprenderlo.

Una de las iniciativas más ilustrativas es el “Garifuna Career Day” que se organiza anualmente y con el cual se busca ante todo “to reduce school drop-out rates and delinquency among Garifuna teenagers” [172]. El evento, que se hace en el campus de una universidad se basa en un panel de expositores que relatan sus historias de vida, sus éxitos, fracasos, errores y logros e imparten consejos prácticos sobre opciones educativas y de carrera.

El Consortium for Belizean Development, una ONG establecida en los EEUU tiene como principal objetivo “fostering and promoting the education, culture and general well-being of the people of Belize and Belizeans” [173]. Una forma popular de filantropía entre los expatriados es la promoción de programas de intercambio educativo. El Belize-Michigan Partners es una iniciativa que involucra residentes del estado de Michigan (tanto beliceños como americanos) que promueven programas para enviar expertos a Belice y llevar beliceños a especializarse.

Resulta claro que la principal acción adoptada por las comunidades beliceñas en los EEUU para prevenir las conductas delictivas de sus hijos, fortalecer su educación, constituye una buena guía para orientar los esfuerzos locales de prevención.

Perfil de los gangs

En el año 2007, de acuerdo con las autoridades de policía, el perfil del gang en Belice era el siguiente [174]:
1)   grupos de 10 a 15 integrantes
2)   jóvenes entre 14 y 30 años
3)   provenientes de hogares disfuncionales y con dificultades económicas
4)   familias mono parentales
5)   han abandonado el sistema escolar
6)   concentrados en Belize City
7)   algunos deportados o influenciados por deportados

La misma fuente señalaba que los gang related shootings constituyen la mayor parte de los homicidios cometidos con arma de fuego en el país. Sobre las razones para estos shootings, señala que se trata de peleas entre gangs rivales involucrados en la venta de droga. Los incidentes, a su vez, generan una espiral de retaliaciones. Anota que el 80% de las personas asesinadas son afro-belizeans. Agrega que los incidentes con armas de fuego en otros distritos son mínimos.

La participación de los gangs en los homicidios sigue siendo confusa, o ha variado sustancialmente. Entre Agosto de 1998 y Julio de 1999 se cometieron en Belize 56 homicidios. De esos, tan sólo 13, o sea menos de la cuarta parte, se consideraron relacionados con drogas o gangs [175].

En una muestra de 293 gangsters duros del “Conscious Youth Development Programme”  (CYDP) a mediados del 2010, tan sólo 20 habían sido acusados o condenados por homicidio [176].

En abierto contraste con estas cifras, en su famoso documental, Ross Kemp coloca la participación de los gangs en los homicidios en el 98%.

Desde los testimonios iniciales sobre la llegada de los gangs a Belice a finales de los años ochenta así como en las opiniones de la policía de la época se ha hecho énfasis en el problema del school drop out. Además, queda claro en varios de esos testimonios que el problema del abandono escolar, que se dio de manera tan abrupta como la llegada de los gangs norteamericanos no era necesariamente la consecuencia de dificultades económicas. Parecía más pertinente el problema del consumo de droga.

Sobre la evolución posterior de esos gangs hasta llegar a la situación actual en la que se enfrentan con shootings y armas pesadas, la información es muy dispersa. Pero hay varios elementos que permiten sospechar que se trata de una evolución bastante compleja. Está por un lado el hecho que no siempre parecen haber estado concentrados en el South Side. A raíz del asesinato hace unos años de uno de sus líderes reconvertido en líder espiritual se señaló que en sus épocas de mayor poder, lo ejercía sobre todo en el North Side. También aparece una larga historia de diálogos, negociaciones y búsquedas de treguas con los gangs, desde hace unos 15 años, que permiten en alguna medida asimilarlos a actores políticos.

Un punto que corrobora la observación de una evolución compleja y contradictoria de los gangs en Belice es que en la actualidad, los dos grupos más importantes, en sus inicios rivales irecconciliables, los George St Bloods (GSB) y los Mayflower Crips parecen ser aliados o asociados [177]. El líder actual de los primeros cumplió recientemente 30 años. Está detenido por un doble homicidio ocurrido a principios del 2009 en San Pedro. Asumió la jefatura de los GSB cuando Gerge Herbert, en un confuso incidente [178], fue extraditado a los EEUU bajo acusaciones por tráfico de droga. Fuera de este general, los GSB cuentan con seis lugartenientes y 13 soldados o shootas, de los cuales uno está en prisión. Bajo sus órdenes también actúan los Little George St, con 24 miembros entre los cuales, a diferencia de los GSB, la mayoría (unos 19) son menores de edad. Cuentan también con 18 asociados inactivos. 

El GSB tiene seis clicas afiliadas: Euprates Bloods (8 miembros), Amara Bloods (6), Supal Street Bloods (25), Counchshellbay, Jane Usher Bloods y Gill Street Gangsters (34). La última clica es particularmente violenta. Concentra seis detenidos por homicidio, uno de ellos doble. Además uno de sus miembros fue muerto “execution style”. El general de Supal St Bloods de 31 años se dio a conocer en 1993 por tráfico de drogas. Con sus cuatro hermanos trafica marihuana y armas. Sus principales rivales son los South Side Gangster (SSG), de 34 miembros, y los Kraal Road Crips con quienes mantienen un enfrentamiento que ha llevado a varios muertos de ambos bandos. Uno de estos se dio con un ataque de granada que mató a uno e hirió a dos.  Varios de los gangs afiliados a los Crips, como los Diamond Blocks y (6 miembros)  los Dog Pounds (10) en la actualidad están inactivos.

El líder de SSG, fue asesinado en Junio de 2010 frente a la Corte de Justicia. Con 24 años, se dirigía a rendir descargos por una acusación por tráfico de droga [179]. Se trataba, de acuerdo con el CYDP, de un personaje con buenas conexiones, como oficiales de la Aduana y alguien del ejército que le suministraba armas y municiones. Su clica, además, “also has associated with members of the Belize Police Department who overtly display their affiliation with Subject” [180]. Cuatro de los soldados del SSG están detenidos por homicidio. Una veintena de los asociados del SSG se encuentran en la actualidad inactivos.

La clica Sunset, afiliada a SSG, cuenta con 14 miembros. Su lider, de 27 años, ha sobrevivido a dos atentados contra su vida, uno de ellos por parte de un joven de 18 años.  Un general de los Kraal Road Crips, de 35 años, apareció en escena en el año 93 por posesión de drogas. Está involucrado en tráfico de marihuana y de armas en la frontera con Guatemala, en asocio con Angel Mirto Nah. Casado y con tres hijos, fue acusado de homicidio en el 2006 pero fue absuelto alegando defensa propia. En el año 2008 entregó una granada a la policía. Desde un pequeño negocio de comidas dirige unos 40 miembros de gang. También, “he is associated with members of the Belize Defense Force, Customs, Belize Port Security” así como con miembros de los carteles mexicanos. Otro de los líderes de los Kraal fue acusado en el 2008 de violar, junto con su hermano, a una menor de 14 años que estaba al cuidado de la esposa del líder [181]. Uno de los miembros de esta clica de 14 años, fue víctima de un atentado con granada a finales del 2009 en el área de Kraal Road. Trece de sus integrantes están en la actualidad alejados de cualquier actividad.

Los Majestic Alley Crips uno de los gangs originales cuentan en la actualidad con 24 miembros. El asesinato de uno de sus primeros líderes, Itza Brown, fue uno de los primeros incidentes en la cadena de retaliaciones de gravedad creciente entre Crips y Bloods. Herbert Wiltshire, uno de los principales sospechosos de este asesinato, ocurrido en 1992, fue atacado a tiros en el 2004, cuando  ya contaba  con 41 años.

Los Mayflower Crips, con 34 miembros identificados, parecen ser los de edad promedio más baja. Cuentan con uno de los líderes más jóvenes, de 23 años.  Se hizo conocer de la policía en el 2004, por posesión de munición. Es hermano del joven herido en el primer incidente con granadas en el 2008. Se le reconoce un gran para organizar actividades delictivas entre sus jóvenes soldados. Ha estado envuelto en la venta de marihuana y crack.

De la información sobre los jóvenes detenidos en el Youth Hostel a mediados del 2010 se pueden sacar algunos datos de interés sobre los gangs [182]. Antes de realizar este ejercicio conviene aclarar que estos datos deben interpretarse con cautela. No sólo porque se trata de una muestra relativamente pequeña (29 jóvenes) sino, además, porque puede ser sesgada.

El primer punto que sorprende sobre estos jóvenes es que solamente un poco más de la mitad (52%) provienen de Belize City. Los demás son originarios de distintos lugares de provincia. Incluso entre los que manifiestan pertenecer a algún gang la repartición entre los de la antigua capital y el resto del país es aproximadamente por mitades (56% Belize City, 44% resto).

Así, lo que esta muestra sugiere es que el problema de los jóvenes en riesgo, y la afiliación a los gangs, están lejos de poderse considerar asuntos circunscritos a Belize City. En cierta medida, estos datos tienden a corroborar el planteamiento hecho atrás en el sentido que el principal factor de inseguridad en la actualidad lo constituyen ciertas conductas en extremo amenazantes que causan gran alarma social y están, esas sí, concentradas en la principal ciudad.

El segundo aspecto que llama la atención es la participación relativamente alta de mujeres (38%) entre los residentes del Youth Hostel. Incluso entre los miembros de gangs de esta muestra, la cuota femenina se puede considerar alta (21%).

La composición étnica de los gangs en esta pequeña muestra refleja varias particularidades. Por una parte, aunque la participación de los distintos grupos étnicos está dividida por partes casi iguales entre Garifuna, Creole y Otros (mestizo, east indian y afro americano), entre quienes pertenecen a un gang aumenta la participación de los dos primeros grupos. Este efecto se refuerza aún más entre los gang members varones, de los cuales sólo uno de cada cinco no es Garifuna o Creole.

Data from YH (2010)
Uno de los datos que más sorprende en el grupo de jóvenes del Youth Hostel, es el de las infracciones a la ley. En primer lugar, porque casi las dos terceras partes de los jóvenes están allí por “uncontrollable behaviour”; o sea que tan sólo uno de cada tres de estos menores se podría considerar un delincuente juvenil.
Como cabía esperar, entre los hombres el porcentaje de quienes están en conflicto con la ley es mayor que entre las mujeres. También es mayor la participación en delitos entre los originarios de Belize City.

Otro aspecto que llama la atención es que la participación en delitos es prácticamente igual a la que se observa entre quienes los gansnters y quienes no pertenecen a tales grupos. Para los varones afiliados a los gangs el porcentaje sube un poco pero, por el contrario, entre las 3 mujeres de los gangs no se reporta nada distinto de uncontrollable behaviour. En últimas, lo que se observa es una correlación negativa entre el hecho de pertenecer a un gang y el estar en el Hostel por haber cometido algún delito. El valor de esta correlación es de -27% para los hombres y de -36% para las mujeres.
Otro de los datos sorpresivos de la muestra tiene que ver con la relación entre los gangs y la vinculación al sistema educativo. En principio, cabría esperar una mayor incidencia de los gangs entre los jóvenes que abandonaron por completo sus estudios. Lo que se observa es precisamente lo contrario. Mientras entre los dropouts residentes en el Youth Hostel la proporción de afiliados a las pandillas es del 50%, entre aquellos que actualmente asisten al Youth Cadet la cifra sube al 60% y entre quienes se encuentran enrolados en la escuela primaria o vocacional la proporción alcanza el 88%.
Es claro que estos datos pueden interpretarse de varias maneras. Y que teniendo en cuenta el pequeño tamaño de la muestra es arriesgado tratar de sacar resultados concluyentes. De todas maneras, es extraño observar que en esa muestra no aparece mayor incompatibilidad entre el sistema educativo y la afiliación a las pandillas. Buena parte de la intranquilidad que producen estos resultados se disipa cuando se mira la relación entre los comportamientos en conflicto con la ley y la vinculación al sistema educativo. Lo que se observa en este caso es que la incidencia de conductas delictivas es mucho mayor (63%) entre los dropouts, que entre los que asisten al Youth Cadet (20%) y quienes están vinculados al sistema escolar tradicional (0%) [183].

El mismo escenario de la escuela como elemento preventivo de los conflictos con la ley se obtiene al mirar la relación entre el número de años por fuera del sistema escolar [184] y la incidencia de conductas delictivas. Mientras entre los residentes del Youth Hostel que actualmente están vinculados a algún establecimiento educativo, incluyendo el Cadet, tan sólo el 8% han cometido algún delito, entre quienes llevan más de 6 años por fuera de la escuela tal porcentaje es del 100%.

Los mecanismos a través de los cuales se da esta incompatibilidad entre la escuela y la violencia juvenil son múltiples. Puede pensarse que la escuela ayuda a prevenir, y que al abandonar los estudios los menores se meten en problemas con la ley. Pero también, como lo expresa el perfil de uno de los jóvenes del Youth Hostel, parece que el sistema educativo excluye a los infractores: “he was removed from high school because of being involved in illicit activities” [185].

Como ya se señaló, los resultados basados en esta muestra pequeña y probablemente sesgada deben leerse con gran cautela. Tal vez la sugerencia más clara es la necesidad de estudiar de manera más sistemática los gangs de Belize. Como se ha visto, estos grupos no encajan bien en los esquemas más tradicionales. En particular, los datos analizados no concuerdan con la visión de unos gangs concentrados en Belize City, o incompatibles con el sistema educativo, o dedicados de lleno a las actividades delictivas.

Varios de los factores que se han mencionado hasta este punto afectan tanto la afiliación a las pandillas como la tendencia a infringir la ley. Además, lo hacen de manera compleja y no siempre directa. A pesar del limitado número de observaciones, vale la pena analizar cual es el efecto simultáneo de tales factores y, sobre todo, cuales de ellos lo hacen de manera más significativa que otros. Para eso, es útil el ejercicio simple de detectar  aquellas variables que ayudan a distinguir 1) a los jóvenes afiliados a los gangs de aquellos que no lo están y 2) a quienes han entrado en conflicto con la ley de quienes están en el Hostel por simple “uncontrollable behavior” [186]

Los resultados de este ejercicio son interesantes. En primer lugar, se destaca el hecho que, a diferencia de otros países de Centro América en los cuales ser miembro de una mara o pandilla es casi sinónimo de ser delincuente juvenil [187], para Belice estos datos sugieren que pertenecer a un gang –Crips o Bloods- es algo diferente de entrar en conflicto con la ley. Este resultado, que sin duda habrá de contrastarse de manera más rigurosa y con una muestra más amplia, ya se había manifestado por la correlación negativa entre una y otra característica de los jóvenes del Youth Hostel.

De forma consecuente con esta relativa independencia entre la afiliación a los gangs y la delincuencia, se encuentra que algunas de las variables que afectan lo primero resultan irrelevantes para ayudar a explicar lo segundo, o lo hacen con el signo inverso. Por ejemplo, la etnia Garifuna o Creole de los jóvenes que, en cierta medida, contribuye positivamente a la afiliación a los gangs, parece irrelevante, e incluso muestra un leve efecto negativo sobre la tendencia a delinquir. Ser originario de Belize City, por el contrario, incrementa la probabilidad de ser delincuente pero disminuye la de afiliarse a un gang. Lo mismo puede decirse del tiempo pasado por fuera del sistema escolar, que incrementa los chances de delinquir pero reduce los de hacer parte de un gang.  El único factor que, entre los disponibles en esta base de datos, aumenta la posibilidad tanto de volverse delincuente como de hacerse miembro de un gang es el de ser varón.

Equations 1 & 2 –Annex 4

Incidencia

En el año 2007, en una presentación internacional sobre los gangs las autoridades de Belice, no dieron estimativos del números de gang members en Belize City. No es fácil saber cual es en la actualidad el número de gangs que operan en el país, ni cuantos son su afiliados. Tampoco se tiene una idea clara sobre si la incidencia de las pandillas ha aumentado o disminuído en los últimos años.

Para finales de los ochenta, como se vió, los estimativos oficiales sobre el número total de pandilleros variaban entre 75 y 100. Los de Big Russian, para la misma época, subían a 1300.

Datos suminsitrados en el año 2000 por el consulado de Belice en Los Angeles y el US Inmigration and Nturalization Service permitían estimar en 100 el flujo anual, no el stock, de jóvenes infractores deportados hacia Belice. Se puede suponer que la mayor parte de ellos eran miembros de gangs en los EEUU. A eso habría que sumar los menores repatriados por sus familias por, entre otros motivos, estar involucrados con gangs [188].

En el año 2005, un estimativo aparentemente oficial mantenía como cifra un centenar de pandilleros [189]. Esta cifra implicaría una incidencia relativamente estable de las pandillas desde principios de la década y bastante reducida en términos comparativos a nivel de la región.

UNODC (2007) data from Hernández (2005)
Para el año 2008, los estimativos oficiales en Belice, no ya de la Policía sino del CYDP hablan de 900 “documented gang members” [190] cifra que, en términos per cápita, pondría ya a Belice en un lugar intermedio entre Honduras y El Salvador. Entre los jóvenes entrevistados por Gayle se registra, en el 2009, cerca de un 10% de afiliación a las pandillas. No se sabe sin embargo, cual es la población que está representada en esa muestra.

Así, la disparidad entre fuentes es tal que no permite saber si los gangs en Belice son un asunto marginal o realmente consolidado. La revisión de la prensa deja la impresión de que, fuera de las acciones de extrema violencia, que podrían ser responsabilidad de un grupo muy reducido de individuos, es un fenómeno menos grave que el que se observa en Honduras, Guatemala, El Salvador, Guatemala e incluso Nicaragua.

El perfil de uno de sus líderes importantes, George Junie Balls McKenzie, sumado al hecho que haya sido considerado una figura pública contrasta con las maras y pandillas centroamericanas. “He was more than just a gangster; he was a father, a husband, a brother, an uncle, a football coach, and to most he was a mentor” [191]. Desde mediados de los años noventa, dirigió las negociaciones hacia una tregua. Aunque inicialmente, según la policía, dialogaba de día y por la noche “seguía en sus cosas”  una herida en la espalda a finales de los noventa cambió su vida. Tanto sus amigos como algunos de los funcionarios públicos que lo conocían destacaban sus virtudes de liderazgo. 
De acuerdo con el director del CYDP, quien trbajó con él en la tregua del 95 y fue después su amigo por cerca de 15 años, "the man was full of charisma. He was not an educated person but he commanded people who were far more educated than he was because of this gut, this vibe that came from beyond just intellect. He was a fearless street soldier in the conflicts of these street organizations” [192].

Una diferencia no despreciable con los mareros tiene que ver con la aparente baja incidencia de violencia sexual y maltrato hacia las mujeres. En los medios de comunicación locales sólo se ha encontrado un incidente de violación por parte de un miembro de los gangs [193]. Esta situación contrasta drásticamente con la de sus pares en Honduras o El Salvador en dónde el rito de iniciación de las pandilleras, el llamado trencito, es básicamente una violación en grupo y en dónde los incidentes de agresión sexual por parte de las pandillas son frecuentes.

Algunas conclusiones y recomendaciones

El punto que más llama la atención de la situación de inseguridad en Belice es la confusión, que ha sido permanente en este país, entre los problemas de seguridad externa y la seguridad ciudadana. Simplemente por su posición geográfica, Belice hace parte de ese conjunto de países cuyas políticas de seguridad –interna y externa- han estado por completo supeditadas a las prioridades de los EEUU y, en particular, a la lucha contra el tráfico internacional de drogas. Este hecho, sumado a su posición de visagra entre el Caribe y Centroamérica, ha hecho que Belice se haya encontrado siempre en el ojo del huracán de la guerra contra las drogas. Esta característica se ha constituído en el principal condicionante del diagnóstico sobre la violencia.

En el caso de Belice el problema se ha exacerbado porque el diagnóstico de la seguridad externa se ha hecho a nivel regional y no de los países individuales.  Así ocurrió en las últimas décadas con la amenaza del comercio ilegal de narcóticos y se puede prever que así seguirá pasando con otras amenazas transnacionales, como por ejemplo el tráfico de seres humanos, para las cuales Belice, simplemente por su posición geográfica estará siempre en el ojo del huracán. La principal consecuencia de esta confusión en Belice ha sido la precariedad del diagnóstico sobre los gangs que, hasta la fecha, continúa narcotizado.

A finales de los años ochenta la coincidencia entre el aumento en la incidencia de ciertos crímenes, la llegada de una nueva sustancia ilegal que reemplazaba las exportaciones de marihuana, y de los gangs importados de Los Angeles, permitió que se diera por descontado un fuerte vínculo entre estos fenómenos. Esa apreciación inicial ha persistido desde entonces. La baja importancia relativa de Belice en el mercado de la cocaína, así como su evolución, tanto internacional como doméstica, sugieren cautela hacia esta asociación simple. En particular, la diferente distribución geográfica de estos fenómenos, el del tráfico de drogas costero y en regiones apartadas versus el del crimen y las pandillas ante todo urbanos y concentrados en Belize City invitan a revaluar y actualizar ese diagnóstico.

Fuera del hecho que no concuerda con el grueso de la información disponible, la principal limitación de la explicación de la violencia centrada en el narcotráfico es que, en últimas, invita a la inacción en términos de política pública. Si, como sostiene esta visión, el problema de la violencia en Belice tiene un motor externo y en el corto plazo insuperable, como es el tráfico internacional de narcóticos, es poco lo que se puede hacer en materia de prevención o control de la violencia fuera de apoyar la guerra contra la droga.

El segundo aspecto digno de destacar, común a la mayor parte de los países agobiados simultáneamente por la precariedad económica y la violencia, es la facilidad con que se establecen los nexos causales entre uno y otro fenómeno. Tal vez principal inconveniente de este diagnóstico es que no ayuda a establecer prioridades de acción pública contra la violencia ni a identificar adecuadamente cuales deben ser los beneficiarios de los programas. La versión más simple de esta teoría, según la cual la violencia es un resultado directo y casi automático de la pobreza también conduce a la inacción. Tanto la evolución reciente de la violencia en Belice como su distribución geográfica actual, no concuerdan con la dinámica de varias de las manifestaciones de la pobreza y la precariedad institucional. No es fácil argumentar que un fenómeno concentrado en la principal ciudad del país y que se ha agravado progresivamente es la consecuencia directa del atraso económico y del débil desempeño de la gestión pública, problemas que, sin duda, eran más acuciosos en el pasado y lo siguen siendo en las zonas rurales más apartadas.

Sorprendentemente, el impacto de las migraciones internacionales sobre la violencia juvenil sigue siendo un tema que no despierta mayor interés. Para Belice, el principal argumento para profundizar esta línea explicativa es que pasa mejor el test de la geografía que las otras dos explicaciones. Tanto la violencia como los flujos internacionales de migrantes en Belice son fenómenos fundamentalmente urbanos y concentrados en la principal ciudad. Por otra parte, es la que mejor concuerda con numerosos testimonios e incidentes imposibles de encajar en las otras dos familias explicativas. Como se mencionó inicialmente, no se trata de explicaciones excluyentes y la que pone el foco de atención sobre las migraciones internacionales también debe tener en cuenta consideraciones económicas, institucionales y el comercio de drogas.

Tanto la violencia juvenil como las migraciones internacionales comparten un conjunto complejísimo de factores determinantes en los que se mezclan cuestiones económicas, familiares, educativas, comunitarias, de expectactivas laborales, actitudes hacia las normas, hacia el sistema legal … que desafían cualquier aproximación simplista. Fuera de ser el que mejor acoge la evidencia aparentemente contradictoria para Belice, una ventaja del diagnóstico con mayor atención a las migraciones internacionales, es que pone el foco del análisis allí donde la literatura teórica sobre prevención de la violencia recomienda centrarse: en el sistema educativo. La educación y las expectativas laborales de los jóvenes también están en el meollo del fenómeno migratorio. Además, en Belice, el tema de la emigración es una de las principales preocupaciones de la población estudiantil.

La explicación violencia-migraciones presenta, a su vez, grandes desafíos. En primer lugar, no es un área muy desarrollada en el ámbito de las políticas públicas, normalmente circunscritas al ámbito nacional. A pesar de lo anterior, y precisamente por la importancia que ha tenido en Belice el fenómeno de las migraciones internacionales, se trata de un terreno fértil para desarrollar iniciativas, tal vez menos ambiciosas que erradicar el narcotráfico, arreglar el sector público o desarrollar económica y socialmente una zona, pero realistas y focalizadas en la tarea de prevenir la violencia a largo plazo.

El principal dilema de política que se enfrenta al abordar la violencia juvenil en Belice tiene que ver con la definición de prioridades entre los asuntos urgentes de corto plazo y la prevención a mediano y largo plazo; entre los operativos de respuesta inmediata a la violencia y los programas con una perspectiva temporal más amplia. Es evidente que son los primeros –los homicidios, los shootings, los ataques con granada o los armed robberies cada vez más graves- los que determinan las percepciones ciudadanas sobre inseguridad y los que más presión ponen sobre la acción pública. Pero también es claro que no son esas las únicas iniciativas, generalmente policiales y judiciales, que deben ser apoyadas para prevenir la violencia. Estrechamente relacionado con este punto está la larga cadena de acciones de choque, de operativos, emprendidas en el pasado que, en este momento, se perciben como fracasadas.

Otro problema que enfrenta cualquier esfuerzo preventivo que quiera hacerse con participación ciudadana tiene que ver con la heterogeneidad, alta movilidad, débil organización y aparente segregación de las muy diversas comunidades en Belice. Parecería que la violencia actual no afecta de manera similar –ni por el lado de los agresores ni por el de las víctimas- a las distintos grupos de población. Igualmente problemático resulta el hecho que no todas las comunidades muestran reacciones similares, ni parecen dispuestas a compartir el diagnóstico o las respuestas, ante la violencia.

La última dificultad específica para Belice tiene que ver con lo que se podrían calificar como síntomas de un componente político de la violencia actual y la acción de los gangs.

Para los programas de prevención de la violencia, son básicamente tres las recomendaciones generales que se derivan del diagnóstico realizado y de los dilemas de política descritos. La primera, profundiar el diganóstico, y en particular el de los gangs. La segunda, centrar los esfuerzos de prevención en los jóvenes alrededor de los gangs. La tercera, encaminar los esfuerzos preventivos a través del sistema educativo.

El simple hecho que el diagnóstico sobre la violencia juvenil basado en el narcotráfico internacional haya permanecido inalterado durante dos décadas a pesar de la débil evidencia para respaldarlo justifica plenamente la recomendación por fortalecer la capacidad de análisis en materia de seguridad. El diagnóstico no sólo se debe desnarcotizar sino que su input se debe desjudicializar. Parece claro que es mucho lo que se sabe -en el gobierno y en la sociedad civil- sobre las pandillas que no se ha hecho público. Es mucha la información sobre la violencia juvenil en general, y las pandillas en particular, que tienen los jóvenes, las familias y las comunidades, que se pierde porque la única vía para tramitarla son las denuncias.

La principal razón para centrarse en los jóvenes, y entre ellos en las víctimas es doble. Por un lado, por el hecho que la violencia actual afecta mayoritariamente a este segmento de la población. Por otro lado, porque es más factible identificar víctimas que agresores que puedan ser beneficiarios de un programa de prevención.

La recomendación de asignarle prioridad al sistema escolar se basa en uno de los principales, y más universales, determinantes de una amplia gama de problemas juveniles: la inasistencia y el abandono escolar. Es en la escuela donde más se concentra, y se debería concentrar, la población juvenil. Por otra parte, el sistema escolar en una sociedad multiétnica parece ser la vía más idónea, y la mejor institucionalizada, para llegar a las comunidades y a las familias.

Vale la pena también justificar por qué no se recomiendan ciertas actividades que han sido tradicionales en los esfuerzos de prevención de la violencia juvenil en América Latina.

En primer lugar, se deben hacer explícitas las razones para recomendar, a corto plazo, el control de las manifestaciones más graves y recientes de la violencia. Una, varios indicios apuntan a que se trata de la amenaza de muy pocos individuos con enorme poder de intimidación basado en la posesión de armas y al menos 20 granadas. Difícilmente puede considerarse que esta coyuntura sea la manifestación de un problema, o una protesta, social. Dos, tanto el contenido de algunas amenazas recientes como los ya largos esfuerzos del gobierno por dialogar, negociar y buscar treguas con los gangs le introducen a la coyuntura unos tintes políticos que refuerzan la recomendación de que cualquier esfuerzo preventivo permanezca al margen de ese proceso.

La simple sospecha que, en la actualidad, el bulto del conflicto de los gangs en Belice City pueda estar girando alrededor de una extraña escalada de tiroteos y ataques con granadas con indicios de violencia política justificaría no abordar de manera directa el problema. A eso se suma el desconocimiento actual de la lógica de los gangs, de sus motivaciones, de su dinámica, de su incidencia, de sus métodos de reclutamiento y de las razones por las que algunos de sus miembros renuncian a ellos.

Tal vez la recomendación más heterodoxa es la de abandonar el enfoque tradicional de invertir recursos en capacitación y búsqueda de alternativas laborales para los integrantes de los gangs. Fuera de la precariedad del diagnóstico actual sobre estos grupos, son varias las razones para centrar la atención en el grupo complementario, el de los muchos jóvenes, hombres y mujeres, que no hacen parte de los gangs sino que son víctimas de sus actuaciones. La primera es porque allí tiene más sentido la idea de prevención, tanto por el lado de las posibles víctimas –casi la totalidad de jóvenes- como de los eventuales –y escasos- futuros infractores. La segunda es que la inversión de recursos en hot spots, o en jóvenes ya reclutados por organizaciones que, como en Belice, muestran alta capacidad de amenaza y chantaje no sólo es altamente riesgosa sino que puede generar un círculo vicioso de concesiones y nuevas amenazas. No menos importante es el hecho que los recursos orientados directamente hacia los gangs, mayoritariamente compuestos por hombres, son una asignación con indudable sesgo de género en contra de las mujeres. Por último, en un país con recursos limitados como Belice no tiene presentación, ante las víctimas ni ante los grupos en igual o peor situación de marginalidad, orientarlos a la población juvenil mas problemática, y con mayor capacidad de chantaje.

También se recomienda abandonar el enfoque tradicional de invertir recursos en infraestructura urbana de los barrios más problemáticos. La modificación propuesta es la de concentrar los esfuerzos en la infraestructura dentro de los centros escolares.

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ANEXO 1

Cocaine seizures in TV Network
1998 - 2010






DATE
INCIDENT
Location
People Involved
Kilograms
1998
Apr 21
The foot path leading from Eastern Division police headquarters to Magistrate's Court in Belize City has been well trod by generations of accused criminals ranging in status from chain snatchers to multiple murderers. This afternoon, however, the men making the pilgrimage were elite members of an institution that is supposed to be a model of government authority: the Belize Defence Force. Thirty four year old Major Reuel Black, the taller of the two men on the screen, and forty year old Staff Sergeant Marcus Kingston, were today arrested and marched to the Magistrate's court to answer accusations that they provided security for an airborne drug delivery at a secret airstrip in Orange Walk.
Orange Walk
2 Belice Defend Forces (BDF) airstrip protection

1998
jun 10
Anti-drug operation in the Corozal District. Police say they intercepted a blue pickup truck on the outskirts of Sarteneja Village in which they found two parcels of cocaine, weighing just over five pounds. The driver of the vehicle, forty-two year old Adolfo Zetina, and his companion, thirty-eight year old Ernesto Acosta both of Orange Walk Town have been detained pending further investigation.
Corozal
2 people 42, 38 in pickup truck
2.30
1998
Aug 3
There's a popular song by Punta rocker Mohobub Flores which describes the hopes of some young men in Belize's coastal communities who are trying to solve their financial problems by finding a certain package washed up on the beach. Not surprisingly the song is entitled "Kilo". Last Friday in San Pedro an incident occurred that will drive the drug lords and their beachcombing friends absolutely crazy. Because one man not only found his kilo,... he found thirty-six of them... and turned them all into the police. Ramon Badillo is a sixty-eight year old tour guide and justice of the peace. He was taking some German tourists snorkeling at the reef right in front of the town, when they asked if they could have an extra fifteen minutes to enjoy the magnificent sites. The next thing he knew they had latched on to a large piece of debris.
San Pedro
Abandoned & found by a tourist guide
36.00
1999
Jan 11
An anti-crime operation over the weekend in the northern districts called, "Operation Brimstone" led to the arrest of eighty-eight people. According to the Ministry of National Security, Operation Brimstone is a response to the increase of robberies and related crimes in Orange Walk and Corozal. thirty-eight people were arrested for immigration offenses, seventeen for uncustomed goods, eight for traffic offenses, twenty-one for drug related offenses and eighteen were detained for other petty crimes.
Orange Walk
Corozal
21 arrested
Operation Brimstone
0.01
1999
Jun 22
Two inmates of the Hattieville Department of Corrections have been arrested and charged with drug trafficking. A search was conducted on the persons of Cecil Gill and Mark Diaz by prison officials after they were allowed a trip to Belize City on June seventeenth. The officials say they found approximately four ounces of cocaine on each of the inmates.
Belize City
2 prison mates
0.11
1999
Jun 22
Four other persons were charged with drug trafficking after a police search of their vehicle revealed nearly two pounds of crack cocaine. According to a police report, on Friday Edward Arnold, Charles Trapp, Dean Tillett and Earl Henry were arrested when police found a black plastic bag containing the drug in a car they were travelling in.

4 persons in vehicle
0.90
1999
Jun 22
2.1 kilos of cocaine was also found near Calabash Caye on Friday. According to Lieutenant Michael Joseph of the Maritime Wing, a patrol near the southern area of the Caye located a package floating in the water and retrieved it. The contents were turned over to the police. No one was seen in the area and no one has been arrested.
Calabash Caye

2.10
1999
Jul 8
All four were arrested and charged this afternoon. John Bainton pleaded guilty and was remanded ; the rest were released.
Belize City
Home
0.02
2 arms
1999
Aug 2
A wet drop worth over a half a million dollars was picked up this weekend, not by the intended drug traffickers, or an anti-drug patrol, but by a concerned citizen. On Sunday, August 1st, a civilian, who police declined to identify for his own safety, was near Caye Caulker when he found fifteen packets of cocaine floating in the sea. The drugs were turned into Belize City police who say each packet contains two kilos of cocaine for a total of 30 kilos. With the street value of each kilo being in the neighborhood of 20,000 dollars, the drugs recovered are worth about 600,000 dollars. Police suspect that the packets were dropped from a plane and whoever was supposed to pick them up was scared off. They have no leads in the case. The drugs are now in the care of the Exhibit Room Keeper at the Queen Street Station.
Caye Caulker

30.00
wet drop
1999
Oct 6
A twenty-eight year old bartender from Orange Walk has been charged with drug trafficking after cocaine was reportedly found in his vehicle. Police say acting on a tip, at midday a roadblock was set up at mile eighty-nine on the Northern Highway. There the police stopped Mark Usher as he approached in a gray Nissan pickup. While Usher was detained, his vehicle was thoroughly searched. Hidden in a white plastic bag in a compartment behind the passenger seat, police say they found nine hundred and fifty grams of cocaine. Usher was promptly arrested and charged.
Orange Walk
Bartender
0.55
2000
Apr 12
He had 5 pounds and he got 8 years. Phillip Menzies, an American arrested in February for trafficking cocaine, pleaded guilty in Corozal’s Magistrate Court yesterday and was sentenced to 4 years in prison and fined $25,000. Menzies was unable to pay the fine and had an extra 4 years added to his stay at Hattieville. Around 4 :30 in the morning of February 21st Menzies and three Belizeans were trying to cross the Mexico-Belize border when police searched their vehicle and found 5 pounds of cocaine hidden in the transmission. Menzies was driving the U.S. licensed vehicle.
Corozal
American
2.25
2000
Abr 26
Police in Orange Walk can claim bragging rights over a decent size drug bust. On Tuesday evening they searched Claudio Escalante, a 50-year old butcher of Stadium Street, and discovered almost 3 pounds of cocaine along with a 9-millimeter pistol and 3 rounds of ammunition. Escalante has been charged with drug trafficking as well as keeping an unlicensed handgun and ammunition.
Orange Walk

1.35

9mm pistol
2001
Jan 30
On Friday, cops in Orange Walk made two major seizures of cocaine. The first came at Tower Hill Bridge when a car was searched and close to two and a half pounds of crack cocaine were found inside. Police arrested the driver, forty-five year old Lionel Mendez and his wife Ada, both of Orange Walk Town.
Orange Walk
Man 45 & wife in Car
1.13
 crack
2001
Jan 30
That same afternoon a search of the home of another Orange Walk couple resulted in the discovery of three parcels totaling just under two pounds of crack. Thirty-three thousand dollars in cash was also found in the house. Elias and Margarita Melendez, both twenty-nine years old, were charged with drug trafficking.
Orange Walk
Couple both 29  in car
0.90
 crack
2001
Jan 30
in the Cayo District police arrested another family for drug trafficking as well as firearm violations. Joseph Tulcey Senior, Joseph Tulcey Junior, Enid Tulcey and Marilyn Tulcey, all residents of Mile three on the Mountain Pine Ridge Road were charged by police in connection with over two pounds of cocaine found in their home
Cayo district
family
0.90
2001
May 11
At two thousand, five hundred and fifty-four pounds of cocaine, it ranks third behind the March 1997 seizure of a Colombian skiff … Two men were formally arraigned today in connection with Wednesday’s massive drug bust. Brothers Robert and Adrian Hertular appeared before Chief Magistrate Herbert Lord where they were charged with drug trafficking.
Ladyville Tower Hill
Hertular Brothers
1150.00
2001
Jun 04
A desperate mother tried to use her young daughter to hide illegal drugs, but her ploy has apparently backfired. Police in Orange Walk have arrested twenty-five year old Guatemalan Sandra Reyes and charged her with drug trafficking after finding five point five grams of crack cocaine concealed in the underwear being worn by her seven year old daughter. During questioning, the child told police that it was mom who stuffed the drugs in her panties.
Orange Walk
25 year mom
1.35
2001
Jul 20
Thirty-seven year old Conrad Lino of Hopkins Village was standing at the corner of St. Vincent Street and Yemeri Road in Dangriga
Dangriga
37
1.35
2001
Jul 20
Troy Anthony Crawford, a twenty-four year old resident of Victoria Street, was found in possession of two packages of cocaine. One weighed slightly over an ounce but the other tipped the scale at over five pounds.
Belize City
24
2.25
2001
Aug 16
Police have busted a Belize City man they believe is a major player in the city's drug trade. Thirty-four year old Dean Gillett was arrested on Wednesday along with his girlfriend at their house on Berry Street. A search of the premises, prompted by a tip, resulted in the discovery of almost four ounces of crack cocaine and a large stash of cash, including almost twenty-six thousand dollars in U.S. currency and over five thousand Belize. Perhaps more troublesome from the police point of view, were two guns and a large quantity of ammunition also found in the house. One, a ten millimetre Glock with two clips of ammo, is a prohibited weapon and carries a mandatory jail sentence. The other, an unlicensed nine millimetre Glock, was loaded with six rounds. An additional fifty, nine millimetre bullets and twenty-six rounds of seven point six-two ammunition were also confiscated.
Belize City
A couple 34,
0.11
crack
2001
Aug 30
Tonight, a police officer is spending the night in "lock down" after he was caught with drugs. According to reports, earlier today, police searched the home of thirty-one year old P.C. Edward Higinio, stationed with the Orange Walk formation, and found fifteen point eight grams of suspected cocaine hidden in his left sock.
Orange Walk
Polce Officer
0.02
2001
Sep 3
On Friday night, acting on a tip, they intercepted a Mexican vehicle about to cross the bridge over the Rio Hondo at Santa Elena. Hidden in a locked compartment behind the passenger seat was an assortment of shotgun shells along with two packages containing almost five pounds of suspected cocaine. The car's two occupants, Luis Hernandez and Miguel Salazar--both Mexican--were charged with drug trafficking and possession of unlicensed ammunition.
Santa Helena Border w Mexico
2 mexican
2.25
2001
Sep 6
Thirty-two year old Mexican, Pedro Valle Vanlenzuela, described as a fisherman of Sinaloa state, was taken into custody and will be charged with drug trafficking and the importation of drugs, specifically two thousand, three hundred and eleven pounds of cocaine. He is said to be co-operating with authorities. Meanwhile, the boat that presumably brought Valle and friends all the way from Colombia now rests at the Port Authority. The large fibreglass skiff, powered by three, two hundred horsepower engines, will most likely be auctioned to the highest bidder. Over the weekend, police destroyed almost all of the two thousand, three hundred and eleven pounds of cocaine seized last week in the nation’s fourth biggest drug bust. The coke—minus a small amount retained as legal evidence—was burned in the incinerator at New River Enterprises in Orange Walk. One suspect was captured in the bust, while three of his colleagues are still at large. The cocaine, believed to be of Colombian origin destined for the U.S., was intercepted by a joint British-Belizean anti-drug operation off the coast of Belize.
Orange Walk Hicks caye
Mexican 32, fisherman in boat from Colombia
1040.00
2001
Oct 11
Police have officially charged five people, four men and one women in connection with the trafficking of three thousand, three hundred and seventy-eight pounds of cocaine found in an apartment on the Northern Highway on Tuesday morning. They are thirty-eight year old Belizean Liston McCord, Oscar Moreno Aguirra, twenty-seven, Zulema Carrasco, twenty-five and Jorge Carlos Moreno, thirty-eight years old, all Mexicans. A seventeen-year-old minor of Belize City, along with McCord’s wife Jenny were also charged with drug trafficking. Reports are that on Monday night the drugs were hurriedly dug up from their hiding place on an unnamed island in order to protect them from Hurricane Iris. Apparently, the men took the load to the Northern Highway apartment where police found them guarding the cocaine with guns.
Belize City Appartment
2 Belize, 38, 17
3 mexicans 27,25,38.
1520.00
2001
Oct 23
It’s not often that someone who finds a bag of « white lady » turns it over to the police, but that’s just what happened on Tuesday night. According to police, workers from Macmillan Brothers on Chetumal Street in Belama were off-loading a container imported from Miami when they found a blue bag. A check of its contents revealed nine parcels of white powder. Workers immediately called the police who verified the substance was indeed cocaine, with the parcels weighing in at close to twenty-two pounds. Police are trying to find out who sent the bag and who was supposed to pick it up, but they have yet to make any arrests.
From Miami

9.90
2001
Oct 24
On Tuesday, cops stopped a taxi in Benque Viejo and found three parcels of coke weighing a total of six pounds.
Benque Viejo
Taxi driver
2.70
2001
Dec 31
There was a time earlier this year when notorious reputed gang leaders Clay Monsanto and Brian Brown agreed to bury the hatchet and publicly renounced crime and violence, and advise their younger followers to do the same. The ensuing months have not been kind to the two men however, as Monsanto has been repeatedly detained by the cops and tonight Brown is the subject of a police inquiry after a house he allegedly rents was found to be chocked full of illegal drugs and weaponry. According to police reports, on Friday afternoon they searched Brown's residence on Central American Boulevard. There they found a Mach-eleven machine gun, three magazines for the weapon containing forty-one bullets, plus another one hundred and one rounds of other ammunition. They also seized thirteen pounds of marijuana, sixteen grams of cocaine and fifty-nine grams of crack, along with scales and other paraphernalia believed to be used in the processing of powered cocaine into crack.
Belize City
House of ex gang leader
0.01
crack
2002
Feb 7
Officers patrolling the Market Square saw two men acting suspiciously. Police decided to search the duo and found a box containing one kilo or approximately two point two pounds of cocaine inside.
Belmopan
2 men
1.00
2002
Apr 11
The cocaine bust may not be in the same league as last year’s ton and a half haul found in a Belize City apartment, but eleven pounds of white powder is still nothing to sneeze at. That’s how much cocaine police found on Wednesday evening near Benque Viejo. Thirty-five year old Benqueño Javier Silva and thirty-one year old Leslie Trapp of Esperanza were arrested shortly after they entered Belizean territory from Melchor de Mencos in Guatemala. The drugs were found in the men’s vehicle in five separate parcels. Silva and Trapp have been charged with drug trafficking.
Benque Viejo
35 fromBenque, 21 from Esperanza
4.95
2002
Aug 19
When police on mobile patrol searched the premises of thirty-four year old Durant Rhaburn on Dean Street in Belize City they not only found eleven point six grams of crack, but also forty-one thousand dollars in cash
Belize City
Crack seller
0.01
$41000 cash
2002
Oct 4
On Thursday police entered an abandoned house on Jane Usher Boulevard which was known as a hot spot for drug dealing. What the cops found, however, was a lot more than they expected. In addition to over a pound of crack cocaine, they confiscated enough weapons to open a gun shop. The hardware included a pump-twelve shotgun, and three handguns: a nine millimetre, twenty-five automatic and twenty-two revolver. As for ammunition, there was a box of fifty, nine millimetre bullets, a hundred rounds for the twenty-two, three for the twenty-five and five shells for the shotgun.
Belize City
Abandoned House
0.45
 crack cocaine

A lot of arms
2003
Sep 12
Police in Dangriga searched a home on Sabal Street and found thirteen parcels of the drug. Back at the station, the haul weighed in at one point three kilograms or almost three pounds.
Dangriga
2 men 1 woman, 28
1.35
2003
Nov 14
Roaring Creek was not the only hot spot for police as on Thursday they hit double paydirt during a search of a house in Belize City. Forty-four year old Brassel Cattouse Senior and his twenty-five year old son, Brassel Cattouse Junior of Pike’s Crescent, have been charged with drug trafficking and keeping an unlicensed firearm and ammunition after cops found almost two and a half pounds of cocaine, along with a nine millimetre pistol and nine rounds of ammunition.
Belize City
Father 44 and son 25
1.13
2003
Dec 29
It’s a seldom-discussed benefit of the radical rise in cruise ship arrivals. That is the business of selling cocaine. On Christmas Day, however, that business turned sour for one dealer as a tip-off by security personnel aboard one ship of the Norwegian Caribbean Line led police to bust a crew member as he was about to return to his vessel. Thirty-three year old Jamaican Steve Armstrong Evans was busted with close to eight pounds of cocaine in his possession. He has been charged with two counts of drug trafficking.
Belize City
Jamiacan crew member
3.60
2003
Dec 31
Four ounces of Belize Breeze is hardly what you’d call a major drug bust, but nearly four pounds of Colombian cocaine is cause for concern. That’s the amount police discovered on Tuesday after they searched a vehicle at the corner of Curassow and Gibnut streets in Belize City. Arrested and charged with drug trafficking were forty-one year old Clinton Sutherland and thirty-one year old Dennis Anderson, both of Hattieville. The one point seven kilograms of coke was found by police hidden in the engine compartment of their Isuzu Rodeo.
Belize City
41, 31 in Isuzu Rodeo
1.70
2004
Feb 20
A Jamaican employee on one of the cruise lines visiting Belize was arrested by police on Thursday after the ship's security searched his cabin and discovered six point five kilograms of cocaine and ten thousand U.S. dollars.
Belize City
Jamaican cruise employee
5.00
2004
Mar 24
In other crime news, two Orange Walk men have been arrested and charged with drug trafficking, following the discovery of almost eight pounds of cocaine. Twenty-nine year old Manuel Pelayo Junior and twenty-seven year old Alfonso Aviles were taken in by police after a search of Pelayo’s house on Tuesday turned up the prohibited powder. Both men were present at the time of the search.
Orange Walk
29, 27
3.60
2004
May 31
Some idle residents of Belize’s coastal communities will spend a lifetime of beach combing without ever encountering that highly prized specie known as Square Grouper. Well on Sunday, it was the police who were blessed with fisherman’s luck. A maritime patrol operating some ten miles south of Belize City spied a suspicious package floating in the water and when they hauled it aboard, they discovered that it contained eighteen individually wrapped blocks of cocaine, weighing in at a total of over forty-six pounds. Nobody was found in the vicinity and it is assumed that the cocaine was part of a much larger wet drop by Colombian drug runners that went astray. The white powder is slated for destruction by authorities.
Belize City

20.70
2004
Jun 11
John Lambey, rose up in rebellion against the invasion of their home by a trio of armed robbers. The motive for the robbery was a large amount of drugs said to be hidden in the house. Around six-thirty Thursday morning those drugs--over three pounds of cocaine--were found by police at the same Oak Street address inhabited by John Lambey.
Dangriga
Man 40
1.35
2004
Aug 2
Intense investigations continue in the north tonight as authorities search for more clues in connection with the discovery of an aircraft filled with cocaine near the Belize/Mexico border just after midnight on Friday. Police tell News 5 the aircraft has since been moved to a secure location as officers investigate its origin and the identities and whereabouts of her crew. When the twin engine Beechcraft made its landing near San Lazaro village, the cops were waiting, thanks to an anonymous tip, and a dramatic hour-long shootout ensued between the drug dealers and law enforcement officials. When the staccato of AK-47s and nine millimetre handguns ceased, the bad guys had left the area, and their precious cargo behind. Stored throughout the aircraft was a whopping seven hundred and two point five kilos or thirteen hundred pounds of cocaine.
Belize/mexico border
Plane
702.00
2004
Nov 25
four people have been arrested on drug charges in the Cayo District. The Anti Drug Unit, acting on information received, raided a house in Santa Elena town on Tuesday afternoon.
Cayo District
3 men 32, 26, 25 woman 26
1.35
2005
May 24
The latest bust occurred at the checkpoint at the Burrell Boom cut-off on the Northern Highway. Around eleven forty-five on Saturday morning a routine search of a red four door Chevy Lumina yielded close to nine pounds of cocaine. The drugs were hidden in plastic bags that were stashed between the back of the vehicle's trunk and rear seat. As a result, police arrested the occupants of the vehicle who have been identified as thirty-one year old free zone manager, Robert Hernandez of Corozal, fifty-six year old Lincoln Flowers, and twenty-six year old Leon Flowers; both residents of California in the United States.
Belize City
2 Men 56 26 residents in California and 31 old free zone manager
4.00
2005
Jul 11
Belize City police are still trying to determine the cause of a shooting that occurred at the Texaco gas station at the corner of Cemetery Road and Central American Boulevard. At the time of the incident there were at least three persons on the compound including twenty-two year old Paul Lopez, the gas attendant; forty-one year old Lawrence McKoy, a farmer who had just pulled into the station to get fuel for his truck; and thirty-seven year old Wayne Davis, the driver of a red Toyota car. According to authorities, they have been receiving conflicting reports as to what exactly transpired, but what they do know is that around nine-thirty on Saturday night two armed men held up Lopez for a hundred dollars. It is not certain why after grabbing the cash the robbers opened fire, but the shots caught McKoy in the upper left thigh and Davis in the left arm and right side of the buttocks. While the gunmen managed to get away, during a search of the crime scene police made a surprising discovery. Authorities would not say what led them to search the car of one of the shooting victims, but inside Davis's vehicle they found a parcel containing what resembled cocaine weighing a total of two and a half pounds. A further check of the powdery substance, however, revealed that it was not in fact a controlled drug at all. Today police are trying to determine whether or not the discovery of what seems to be fake drugs had anything to do with the shooting incident. McKoy and Davis have since been released from the Karl Heusner Memorial Hospital. This afternoon Davis was charged under an obscure section of the law that refers to possessing substances that are not what they appear to be.
Belize City
Shooting victim
1.13
fake drugs
2005
Sep 14
The police have finally finished weighing those ninety-nine bales of cocaine seized on Monday and indeed, the bust is by far the biggest on record. The official tally is two thousand, three hundred and seventy-six kilograms or five thousand, two hundred and thirty-eight pounds. No arrests have been made and police remain tight-lipped about their investigation, but reports indicate that six men, all members of one family, have been detained for questioning. The family is said to own property on South Tobacco Caye, which is near the island in the Tobacco Range where the drugs were found. It is suspected that the men were involved in the unloading of the Colombian vessel that delivered the cocaine sometime last week.
South Tobacco Caye
5 members 1 family
2357.00
2005
Sep 27
It may not seem like much compared to the two and a half ton cocaine bust of two weeks ago, but as they say, one-one full basket. Around seven on Monday night police at the Boom checkpoint on the Northern Highway hit pay-dirt when they stopped a Novelo’s bus heading north. According to police reports, a passenger aboard the bus was acting suspiciously and when the cops searched his bag they found over two point three pounds of the white powder. Thirty year old Kent Forbes of Corozal Town has been charged with drug trafficking.
Bus from Corozal
29
1.00
2006
March 30
A Belize City woman and two minors were today arraigned for drug trafficking in Magistrate's Court. The trio was arrested after police searched a house in Mahogany Heights today in the presence of Meighan and the two minors and found seventy-three pieces of crack cocaine, weighing seven point five grams.
Belize City
Woman and 2 minors
0.01
2006
May 19
A police officer has been arrested following an attack against a Chinese businessman in Orange Walk. P.C. Wilfredo Petillo was today charged with wounding, robbery, possession of controlled drugs and damage to property. A search of his home turned up point two grams of crack cocaine.
Orange Walk
Police officer
0.01
2006
May 24
According to police, around ten-thirty they noticed a man running from the approach of their squad car. The suspect, identified as thirty-five year old Russell Hemsley, was apprehended and brought back to where he was first spotted. There, in five plastic bags, police discovered over two pounds of crack cocaine.
Belize City
Man, 35
0.90
 crack
2006
Jul 3
A cocaine bust on Ambergris Caye has put two men behind bars. According to San Pedro police, around six on Saturday morning officers conducted a raid at a residence in the San Marcos area and found seven wrapped parcels of suspected cocaine hidden in the attic. When cops weighed the white powder, it totalled eighteen and a half pounds. The two people at home at the time, twenty-one year old Alex Mourellas and twenty-three year old German Fuemez were immediately detained and arrested. The duo have since been charged with drug trafficking.
San Marcos
21 & 23 from San Pedro
8.33
2006
Jul 7
officers on patrol picked up twenty-five year old Alton Roches from Jane Usher Boulevard for drinking in public. But when authorities searched his pockets at the police station, they found the ten grams of suspected crack cocaine wrapped in foil paper in his pants.
Belize City
Man 25
0.01
2006
Aug 4
A Corozal businessman is tonight behind bars after police found three kilos of cocaine in his water dispenser. Forty-eight year old Shyam Ararani has been charged with Drug Trafficking following a raid at his business, the Yash Trading Company Limited in the Corozal Free Zone. Around two on Thursday afternoon, officers from the anti-drug unit visited the store’s warehouse and found four wrapped parcels of suspected cocaine stashed in the water dispenser. According to the authorities, the total amount weighed in at some two thousand nine hundred fifty nine grams. Investigators tell News Five that they are seeking another person for questioning in connection with the drug bust.
Corozal
Businessman
2.95
2006
Aug 16
A Belize City woman has been arrested on drug charges in San Pedro Town. On Tuesday evening twenty-four year old Pauline Flowers was searched by police who found two parcels of cocaine, weighing almost three pounds, in her backpack. Flowers has been charged with Drug Trafficking.
Belize City
Woman 24
1.35
2006
Aug 25
Tonight four people are charged with drug trafficking following a major bust in the Cayo District. San Ignacio police say on Thursday they found seven kilos of crack cocaine buried in the back yard of a home in the Kontiki area of the town. Everyone inside the house was immediately detained and subsequently charged in connection with the find. They are Belizeans Gary Seawell, Findley Monsanto, Tanisha Ayuso and Trinidadian Juan Antonio Hernandez.
Cayo Disrict
3 belizeans 1 Trinidad
Gary Seawell
7.00
2006
Sep 18
A tip-off has resulted in the arrest of two cousins over the weekend after they were caught with a significant quantity of cocaine. The Potts, who are residents of San Narcisso Village in the Corozal District, have been charged with drug trafficking.
Corozal
Two cousins in car & pickup
2.50
2006
Oct 10
Today, Honduran nationals Jose Luis Rodriguez, Jorge Barahona, and Salvadoran national Jorge Alberto Castro were taken to the Orange Walk Magistrate Court where they were charged with drug trafficking, attempted murder, and conspiracy to dangerous harm. Pau and his son in law, Rodriguez had gone to the area to conduct a drug transaction in the Maya Inca beach area on the News River near the village of Palmar.
Orange Walk
2 Hondureños 1 Salvadoran
4.00
2006
Nov 13
There are some drug dealers in Corozal who are not too happy tonight. Acting on a tip, police visited a swampy area in the Pueblo Nuevo area of the town where they discovered a green cooler filled with over twenty-nine pounds of cocaine. No arrests were made and the drugs are being treated as found property, pending further investigations
Pueblo Nuevo
Corozal

13.00
2007
Mar 19

A drug bust in the Belize district has resulted in the arrest of two people. According to police, officers from the Crimes Investigation Unit and the Anti-Drug Unit were on patrol in the Vista Del Mar area when they stopped a white four door Crown Victoria. During the subsequent search of the vehicle, the cops say they found nine pounds of cocaine in four separate parcels in a black plastic bag on the front passenger seat.
Belize City
 2 men 43  23 in vehicle
4.05
2007
Apr 20
Corozal cops are patting themselves on the back tonight following a cocaine bust on Thursday. According to police, around seven forty-five last night officers on mobile patrol spotted two vehicles parked on South End road. As the cops got closer the cars sped off in different directions. The police decided to follow one of the vehicles, a light blue Geo Prizm. After a chase through the streets, the officers caught up with the car and immediately detained the driver, forty year old Corozal resident Hugo Dominguez. A search of the vehicle led police to a large bag of Pedigree dog food. A closer inspection inside revealed a pink gift bag that contained five point eight kilos of suspected cocaine in six parcels. Dominguez has since been detained pending charges of drug trafficking.
Corozal
40 in a car
5.80
2007
Apr 23
Police made a big drug bust over the weekend, confiscating nineteen kilos of cocaine. According to police reports, acting on a tip, officers from the Crimes Investigation Unit, Crimes Investigation Branch and Anti-Drug Unit visited the Novelo’s Bus terminal on West Canal and proceeded to search a bus that had just come in from Orange Walk. In a knapsack on one the seats, the cops say they found nineteen individually wrapped parcels of what is believed to be cocaine. The passenger sitting with the bag was immediately detained and tonight thirty-seven year old Rojelio Solis Junior has since been charged with drug trafficking. The case against Solis has been adjourned until the twenty third of May
From Orange Walk
37
19.00
2007
Nov 30
This morning when police raided the Castle Street home of twenty-nine year old Llewellyn “Bigga” Meighan, they found three grams of crack cocaine and two bags of weed.
Belize City
Man 29
0.01
crack
2008
Jan 28
Two Belize City men are behind bars at Hattieville Prison tonight after they were arrested and charged with Drug Trafficking.
Belize City vehicle
Men 25 27
0.01
 crack
2008
Apr 21
According to Dangriga police, a mobile patrol was near mile six when officers spotted a silver Isuzu Trooper emerging from a farm road. The cops say when they searched the SUV they found a grey bucket of suspected cocaine which weighed in at a whopping thirteen point nine kilos or just over thirty pounds. The occupants of the car, twenty-seven year old car dealer and former police officer Cyril Loague and thirty-two year old Guatemalan Henry Quinteros, were immediately arrested and have since been charged with Drug Trafficking.
Dangriga
Ex policía & guatemalan
13.90
2008
May 9
Inside the vehicle they found one point nine kilos or just over four pounds of crack cocaine concealed in a bag in the backseat. As a result of the find, the four occupants in the vehicle, seventy-eight year old Abraham Che, his son thirty-eight year old Wadencio Che, daughter in law Mirella Che and forty year old businessman Ines Flores were arrested and charged with Drug Trafficking.
Corozal
3 (78, 38 men 1 woman (42) in vehicle
1.80
 crack
2008
Jul 24
Today there are press reports from neighbouring Chetumal that three Mexican nationals are in police custody for allegedly importing cocaine into Mexico, originating from Belize. The trio was arrested after midnight on Wednesday at the military checkpoint just past the customs point at the Mexican side of the border. The three have been identified as Jose Jimenez, Mateo Dominguez and Alfredo Cupertino.
Chetumal
3 mexicans
0.90
2008
Jul 31
Caye cops detained nineteen year old Juana Sanchez and forty-five year old Elena Edwards when a search of their San Mateo residence turned up thirteen point two grams or just under half an ounce of crack cocaine.
Caye
2 Women 45 and 19
0.01
crack
2008
Aug 9
In other news from the police blotter, twenty-five year old Lenny Benguche of Marage Road in Ladyville was found with a white transparent plastic bag containing fifteen pieces of crack cocaine. The drugs were unearthed during a search of Benguche by police patrolling the Compassion area of Ladyville. As result, he was arrested and charged for the offence of Drug Trafficking.
Ladyville
25 year man
0.02
2008
Aug 15
A Benque resident has been charged with Drug Trafficking. On Thursday, police stopped twenty-two year old Jose Antonio Mis at the western border and searched him. In the left side of his pants waist, they found four black plastic bags with a beige substance inside, suspected of being crack cocaine and weighing in at three point nine ounces. Police promptly arrested and charged Mis with Drug Trafficking, and Importation of a Controlled Drug
Benque
22
0.11
2008
Sep 1
Less than two months after a Belize City paraplegic was busted with crack cocaine, today he was back in court for the same offence. This morning fifty-five year old Barrington William Carr pleaded not guilty to drug trafficking in Magistrates’ Court number three. He was offered bail of three thousand dollars and ordered to reappear in court on October fifteenth. On July fifteenth police searched Carr’s home on Amara Avenue and discovered thirteen point three grams of suspected crack cocaine on a table. On Saturday, authorities returned to Carr’s residence with a search warrant to look for drugs and firearm and this time found another two point one grams of the drug. Carr is no stranger to the courts, having served three and a half years in prison for a drug trafficking conviction.
Belize City
paraplegic
0.01
2008
Sep 30
Two people, including a Belizean have been charged with Drug Trafficking after they were busted with almost two pounds of cocaine. At around three-thirty on Monday afternoon police searched thirty year old Belizean Dennis Robert Young of Aloe Vera Street in Belize City and twenty-two year old Vashtay Forbes Kentish, a Costa Rican national, who came off a boat from Honduras that docked at Big Creek Port. A search on Vashtay resulted in the discovery of a pack of suspected cocaine weighing eight hundred and fifty grams—in her underwear.
Belize City
30, 22 Belizean & woman from Costa Rica
0.90
2009
Jan 12
A forty-nine year old Belize City resident and his thirty-five year old girlfriend will spend a month behind bars for being in possession of ammunition, a nine millimetre pistol and point six grams of cocaine.
Belize City
Businessman 49 and wife 25.
0.01
2009
Jan 14
Today San Pedro Police had a substantial catch on their hands. About two miles north of San Pedro Town, a resident found twenty five packages of suspected cocaine. The police were called and verified that the packages did contain the illicit drug, more than fifty five pounds. They believe it may have been part of a larger wet drop to the island, as part of a trans-narco shipment headed to the United States via Mexico. The street value is estimated to be over a million dollars.
San Pedro
Wet drop
22.50

2009
Jan 22
Officers carried out a search at the Tree Brothers Pawn Shop on Pelican Street where they discovered one nine millimeter pistol, one magazine containing twelve live rounds and a box containing fifty live rounds. They conducted a body search on twenty year old Juan Lopez, on whom they found a plastic bag containing thirty-nine small packets which had a combined thirteen point nine grams of cocaine.
San Pedro
Two men 20 & 19
0.01
2009
May 19
A Belize City businessman is hospitalized after he was allegedly involved in a drug deal gone bad. He is thirty year old Marvin Isaac Moguel and police investigations have so far revealed that he was with another businessman, fifty-five year old Charles Daniel of Los Lagos, when he was shot. Moguel and Daniels were in the Orange Walk District, allegedly conducting a drug transaction with two Hispanic men from Carmelita Village inside a 2005 Chevy SUV.
Orange Walk
Businessmen 30 35
0.90
2009
Jul 31
Thirty-three year old Michelle Sedacey was allegedly busted in the village with crack cocaine inside a bag.

Woman 33
0.02
 crack
2009
Aug 13
It was not a good day in court for thirty-four year old Elliott Palacio, a farmer from Bermudian Landing who was caught with illegal drugs and ammunition. Palacio was charged with Drug Trafficking for five point four grams of cocaine,
Bermudian Landing
Farmer 34
0.01
2009
Oct 21
Heroin is not a drug commonly known in Belize, but police say, a security guard was busted with that highly potent drug along with a stash of crack cocaine and marijuana. The early morning bust today on Lizarraga Avenue, King’s Park area, is the residence of security guard, twenty nine year old Edison Stamp. Stamp was arraigned this afternoon in the Belize City Magistrate’s Court where he was charged with three counts of Drug Trafficking and two counts of Possession of a Controlled Drug. The drugs were found in amounts of ninety-one point five grams for the crack cocaine, three point five grams of heroin, three point nine grams of powder cocaine and fifty-three grams of marijuana. The drugs were stashed in different home appliances at Stamp’s house. Stamp first pleaded guilty but quickly changed it to not guilty and he was offered bail of six thousand dollars which he met late this evening. His case was adjourned until December sixteenth.
Belize City
Security guard

0.01
cocaine

heroin
cannabis

2009
Sep 23
He was busted last night with of twenty-one parcels of cocaine containing two point nine grams. And this morning nineteen year old Evan Ferguson, who claims he is a fourth form student, was arraigned in the Belize City Magistrate Court for Drug Trafficking. According to police, at about eight o’clock while on patrol on Pickstock Street they spotted a group of young men hanging out at the corner of New Road and Pickstock Streets. When police approached the area, one of the young men, identified as Ferguson, walked away. Police became suspicious and when they conducted a search on him, the found the cocaine in his underwear. He was arrested and escorted to the Queen Street Police Station. Ferguson pleaded not guilty to drug trafficking and was offered bail in the sum of five thousand dollars
Belize City
Student
0.01


ANEXO 2

Noticias sobre cocaína en periódico local

En el año 2004, un juez congeló los activos de dos compañías de Belize, Target Data Processing Limited y Generic Limited, acusadas de tráfico de narcóticos. El nombre de la segunda no parece casual, pudiera haber sido Phantom Limited, ya que ni siquiera fue representada por un abogado en el juicio [194].

En enero del 2007, dos hermanos norteamericanos de 26 y 23 años que habían llegado son su madre en un crucero a Belice fueron arrestados por posesión de droga. Se les encontraron 70 gramos de cocaína escondida entre las nalgas. Fueron condenados a pagar una multa de 10 mil dólares cada uno [195].  Un mes más tarde dos mujeres, de 28 y 21 años, tía y sobrina, fueron condenadas por tráfico de drogas al intentar, visitando dos familiares, introducir en la prisón 10 gramos de marihuana escondidos en un tarro de mantequilla de maní. Aunque la cantidad de cannabis necesaria para ser acusado de tráfico es de 60 gramos, por haber intentado introducirla en un lugar considerado de rehabilitación la sanción se impone en forma independiente de la cantidad. Se las condenó a pagar una multa de $ 2000 [196].

También a principios del 2007 fue detenido, en el área de Belama, Mark Seawell, hermano mayor de Dwayne Seawell que ya había sido extraditado desde Jamaica a los EEUU. La solicitud de extradición por narcotráfico que llevó a la captura de Mark incluía a un tercer hermano, Gary [197]. La extradición de Mark Seawell fue rechazada en Abril de 2009 [198] pero concebida luego en Julio del 2010 [199].

En Diciembre de 2007, en una redada de la policía en Castle St se descubrió crack y cannabis en tres lugares, cuyos ocupantes de un poco menos de 30 años fueron arrestados. Los cargos por tráfico de drogas se basaron en el hallazgo de 3 gramos de crack,  y 11 y 19 gramos de cannabis [200].

A principios del 2008 un residente de Belmopan fue detenido con 405 gramos y 9 pequeñas plantas de marihuana [201]. En marzo del mismo año, un prisionero de 23 años, con cargos por 249 gramos de marihuana se hizo pasar por otra persona que estaba acusada con la posesión de 11.6 gramos [202]. Un mes más tarde, cuatro detenidos en Belize Central Prison fueron acusados de tráfico de drogas pues se encontraron 244 gramos de cannabis en su celda [203].

En abril de 2008 la policía de Dangriga detuvo a dos personas vinculadas con el hallazgo de 13.9 kilogramos de cocaína, con un valor al detal estimado en U$325.000. La droga fue encontrada en un vehículo en Isuzu que salía de una finca al borde del Hummingbird Highway a unos 120 kilómetros de Belize City. El conductor era un vendedor de automóviles de Orange Walk Town y estaba acompañado por un trabajador de Flores, Petén, en Guatemala. Aunque la policía no ha suministrado información sobre el dueño de la finca las fuentes del periódico han dicho que se trata de una persona rica e influyente. El conductor, también según información suministrada al periódico, es un antiguo policía que supuestamente tiene vínculos con traicantes mexicanos.

En mayo de 2009, Marvin Isaac Moguel, hombre de negocios de 31 años de Belize City fue acusado por tráfico de drogas después de recuperarse de las heridas producidas por dos disparos a raiz de un conflicto sobre una negociación de droga con dos hombres hispanos en Carmelita, a 80 kms de Belize City.  Moguel iba acompañado por otra persona de negocios de 55 años, residente en Los Lagos. En el vehículo se encontró un kilogramo de cocaína [204]. A los pocos días, los dos hombres fueron puestos en libertad cuando los resultados de los laboratorios de la policía señalaron que se trataba de harina y no de droga [205].

En septiembre de 2009 un ex agente de policía confinado a silla de ruedas desde 1997 fue acusado de traficar con drogas dos veces en un período de dos meses. En la primera ocasión le encontraron 2.1 gramos de crack y en la segunda 13. 3 gramos [206].

En Junio del 2009, cinco integrantes de la familia Coye de Johnson St, Belize City, fueron acusados de lavado de dinero luego de que la Financial Belize Unit enconatrara $1.5 millones en su residencia. El Banco Central de Belice clausuró la franquicia MoneyGram que tenían en Central American Boulevard en la misma ciudad. Se alega que la agencia MoneyGram fue utilizada para hacer transferencias fraudulentas hacia Belice que se cree provenían de sistemas de apuestas ilegales en Costa Rica. La misma agencia aparecía involucrada en varios procesos en los EEUU por traslado ilegal de fondos hacia República Dominicana y Colombia relacionados con tráfico de drogas [207].

A principios de 2010, al ser registrado por la policía un apartamento en en el Northside, Belize City, la policía encontró 6.5 gramos de marihuana y dos pipas. Al día siguiente, los cuatro habitantes del departamente, con edades entre 18 y 21 años fueron acusados por tráfico de drogas [208].

En Febrero de 2010, Gary, uno de los 3 hermanos Seawell que huía de la justicia desde el 2007, y era considerado uno de los “most wanted” de Belice, fue capturado enuna granja situada en Esperanza, Cayo, a 100 km de Belize City. Seawell, de 33 años, enfrenta cargos por las autoridades de los EEUU por tráfico de cocaína. En el lugar donde se le detuvo, aparecieron armas y municiones, entre las cuales una granada de fabricación inglesa L109. Fue arrestado con su common-law wife y el propietario de la granja. La mayor parte de los cargos fueron por porte ilegal de armas pero también enfrentan uno de tráfico de drogas por 316 gramos de marihuana [209].

En Junio de 2010, Clarence Hemmans Jr, de 20 años, fue condenado a cadena perpetua por el homicidio de un joven de 19 años en Belize City. En una bicicleta Hermmans llegó por detrás del joven y le disparó 10 veces. Hemmans también fue acusado de aggravated assault por un incidente de shooting en Marzo de 2006. Además, en Agosto de 2008, mientras estaba en prisión acusado de homicidio le fue encontrado un cuarto de libra de marihuana, por lo que se le acusó también por tráfico de drogas [210].

También en Junio de 2010, Alwin Gonzalez, detenido en Belize Central Prison facility fue acusado con cargos por tráfico de drogas y posesión ilegal de armas. Un mes antes, había caído en una redada de policía en la que le fueron hallados $10.500, 359 gramos de cannabis, 6.1 gramos de heroína, 27.4 gramos de  crack, así como una pistola de 9mm. Su fianza fue fijada en $20.000 [211].


ANEXO 3

Noticias sobre cocaína en periódicos norteamericanos

Se analizaron todas las noticias que tuvieran los términos “drug trafficking”, “cocaine” y “Belize” en la base de datos de News Library. Se encontraron un total de 401 artículos, de los cuales se pudieron extraer los siguientes incidentes.

En 1985, un ex ministro de Belice, fue arrestado en Miami acusado de introducir entre 4 y 5 mil libras de marihuana a los EEUU. El personaje había caído en una operación montada por medio de la cual se habia comprometido a suministrar marihuana, pistas y protección legal y militar en Belice. Había discutido con los agentes de la DEA encubiertos el envío de 20 a 50 kilogramos de cocaína. En esa época, se consideraba a Belice el cuarto exportador de marihuana a los EEUU, detrás de Colombia, México y Jamaica. La DEA hablada de la existencia de 42 pistas sin control en Belice. Sobre este incidente no existen referencias en los medios de Belice disponibles actualmente en la red.

En 1988, Anthony Goldworthy Flowers, de 26 años, alias Scarface, nacido en Belize y con estatus de residente norteamericano fue arrestado en Portland, Oregón, y acusado por tráfico de drogas. Se trataba del supuesto lider de los Four Tray Crips, una facción de los Crips originada en Los Angeles. La oficina de inmigración había recibido información del Youth Gang Strike Force que Scarface ya llevaba tres condenas relacionadas con drogas. Flowers había llegado a los EEUU en 1980, y por unos años vivió en Los Angeles con su madre. En 1986 se trasladó a Portland para establecer allí su residencia permanente. Dos de las acusaciones anteriores en su contra habían sido por posesión de cocaína y marihuana. En los días siguientes a su arresto estaba citado ante un juez de inmigración y podría ser deportado. Se trataba del primer integrante notorio de un gang en Portland que corría ese riesgo.  No es posible saber si Scarface fue al final deportado pues los medios de Portland se olvidaron del caso y los de Belice no registran ese nombre [212].

En 1989, los Estados Unidos formularon cargos por narcotráfico contra Fernando Pruna, un exprisionero cubano acusado allí por actividades contrarrevolucionarias y ser agente de la CIA. Liberado por el régimen castrista a principios de los años 80, logró armar un grupo de unas veinte personas, que incluían cuatro ex agentes de la aduana norteamericana, con los cuales consolidó un grupo internacional que logró introducir 76 mil libras de marihuana y una tonelada y media de cocaína a los EEUU. De acuerdo con los cargos Pruna, detenido en ese momento en la Argentina, era el líder de una organización responsable de “trafficking in marijuana and cocaine, of importing and manufacturing quaaludes, of bringing illegal drugs in by sea and by plane from Colombia, Belize and the Bahamas” [213]. No sorprende demasiado que tan insólito personaje sea totalmente desconocido en Belize [214].

En 1991, una operación encubierta planeada por la Policía de Belice y agentes anti droga norteamericanos fracasó. Habían escondido cocaina en un avión DC-8 de carga, y la policía de Honduras, a donde se dirigía el avión, no fue prevenida. El piloto de Belize Air, junto con dos  compañeros y unos pasajeros entre los que se encontraba un policía de Miami fueron detenidos por 11 días. Al liberarlos, demandaron a los EEUU por negligencia. El gobierno hondureño también protestó por este descuido de la DEA  [215]. Lo que más sorprende de esta operación, que sí registraron ampliamente los medios locales, era que se simulaba un contrabando de cocaina en contravía por la supuesta autopista hacia norteamerica.

En 1998, tres hermanos nacidos en Belice y radicados en Columbus, Ohio, fueron detenidos por introducir cocaina a los EEUU. El esquema utilizado era esconder la droga, que venía de México, en la suela de zapatos varias tallas superiores a las normales. Los viajeros, también jóvenes de Columbus, recibían U$ 1000 más todos los gastos del viaje.  Los mensajeros volaban de Columbus a Cancún. De allí se dirigían en bus hacia Chetemal, en la frontera con Belice. Allí recibían un par de zapatos tennis con un kilogramo de cocaína camuflado en las suelas. El grupo había operado entre 1994 y 1997 [216]. Lo que llamó la atención de los agentes de aduana fue una joven con zapatos talla 13. Ninguno de los acusados fue hallado en posesión de cocaína. Todas las acusaciones se basaban en testimonios de terceros. Sólo a finales del año 2007uno de los acusados Duane Seawell, de 34 años fue condenado a 17 años en prisión federal.

En Mayo de 2001, 1500 millas al sur de San Diego, California, un guarda costas norteamericano capturó 13 toneladas de cocaina en un barco pesquero registrado en Belice. Se trataba de la mayor captura de droga en la historia de la marina estadounidense. Su valor a precio de calle se estimó en cerca de U$ 500 millones [217]. El barco había llamado la atención por la carencia de cualquier equipo de pesca, tener poco pescado y estar por fuera de los sitios normales de pesca. Fuera de su bandera, la relación del barco con Belice era inexistente. La tripulación de 10 hombres estaba compuesta por ocho ucranianos y dos rusos. Los investigadores creen que el barco trataba de llevar la cocaina, de origen colombiano hacia México para entrarla por tierra a los EEUU. Se piensa que tenían la autorización de la organización Arellano-Felix basada en Tijuana para estar transportando cocaína tan cerca de su territorio [218].

A mediados del 2004, Robert Hertular, un traficante de drogas de Belice, supuestamente asociado con los paramilitares colombianos fue acusado en una corte de Nueva York de coordinar el envío de un poco más de una tonelada de cocaína colombiana. Capturado en Mayo de 2001 y “after prolonged legal maneuvers in Belize, Mr. Hertular was extradited to New York in July 2004” Hertular fue extraditado a los Estados Unidos [219]. Más que por la droga, terminó siendo acusado, y condenado en el 2006, por amenazar de muerte a los agentes de la DEA y por ofrecer “a hand grenade to a federal informant to be used against the agents” [220]. Vale la pena destacar que este es uno de los pocos casos de narcotraficantes originarios de Belice que aparecen tanto en los medios norteamericanos como en los locales [221]. Además, su historial era largo. En el año 1969, la Corte Suprema de Belice había negado su extradición [222].

También en el 2004, Doug Havard, un estafador preppy originario de Dallas, hijo de un millonario y con una larga carrera delictiva iniciada en su adolescencia fue arrestado por vender date-rape drug a un agente encubierto. Su familia pudo pagar fácilmente la fianza y Havard se refugió en Belice. Después salió para Inglaterrra [223].



ANEXO 4

Ecuaciones estimadas con datos del Youth Hostel
ECUACION 1
. logit Gang male BzCity garifuna creole yearOS1, or

Iteration 0:   log likelihood = -19.248039
Iteration 1:   log likelihood = -13.742085
Iteration 2:   log likelihood = -13.354599
Iteration 3:   log likelihood = -13.339019
Iteration 4:   log likelihood = -13.338981

Logit estimates                                   Number of obs   =         29
                                                  LR chi2(5)      =      11.82
                                                  Prob > chi2     =     0.0374
Log likelihood = -13.338981                       Pseudo R2       =     0.3070

------------------------------------------------------------------------------
        Gang | Odds Ratio   Std. Err.      z    P>|z|     [95% Conf. Interval]
-------------+----------------------------------------------------------------
        male |   11.93494   13.39946     2.21   0.027      1.32181    107.7635
      BzCity |    .459694   .5799169    -0.62   0.538     .0387841    5.448581
    garifuna |   8.758065   12.22223     1.55   0.120     .5682277    134.9876
      creole |   23.82789   41.48278     1.82   0.069     .7855977    722.7217
     yearOS1 |   .4165104   .2241821    -1.63   0.104     .1450361    1.196122
------------------------------------------------------------------------------

ECUACION 2
. logit delinquent male BzCity garifuna creole yearOS1, or

Iteration 0:   log likelihood = -19.248039
Iteration 1:   log likelihood = -11.223771
Iteration 2:   log likelihood = -10.298915
Iteration 3:   log likelihood =   -10.1554
Iteration 4:   log likelihood = -10.148821
Iteration 5:   log likelihood = -10.148797

Logit estimates                                   Number of obs   =         29
                                                  LR chi2(5)      =      18.20
                                                  Prob > chi2     =     0.0027
Log likelihood = -10.148797                       Pseudo R2       =     0.4727

------------------------------------------------------------------------------
  delinquent | Odds Ratio   Std. Err.      z    P>|z|     [95% Conf. Interval]
-------------+----------------------------------------------------------------
        male |   21.23022   36.05033     1.80   0.072     .7613034    592.0404
      BzCity |   15.03971   33.52436     1.22   0.224     .1904863     1187.45
    garifuna |   .3963915   .7282736    -0.50   0.615     .0108205    14.52117
      creole |   .0315344   .0885656    -1.23   0.218     .0001283    7.752039
     yearOS1 |     6.2678   4.553814     2.53   0.012     1.508976    26.03442
------------------------------------------------------------------------------








* Consultor BID – Investigador Universidad Externado de Colombia
[1] http://www.belizetimes.bz/2010/08/27/why-the-udp-has-lost-the-crime-war/
[2] Número anual de homicidios por cada cien mil habitantes.
[3] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=9877
[4] http://www.7newsbelize.com/printstory.php?func=print&nid=13053
[5] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=10275
[6] “New study produced on sex and girls”. October 24, 2004. http://www.channel5belize.com/archive_news_cast.php?news_date=2004-10-28
[7] “Chief Justice’s Annual Report on The Judiciary of Belize 2008 2009”. www.belizelaw.org/supreme_court/CJ2009.pdf
[8] Eltringham, Peter (2001) p33
[9] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=6974
[10] Over 100 shootings in Belize City. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=10063
[11] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=6974
[12] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=49
[13] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=6176
[14] “Grenade carnage on Mayflower!”. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=6977
[15] “Two suspects detained in Mayflower deadly grenade attack”. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=6998
[16] ““Offensive” Carnival day grenade came from BATSUB”. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=7438
[17] Richard Flores, 19, charged for Carnival Day grenade attack. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=7476
[18] Guatemalan Miguel Orrego acquitted of 2005 San Pedro stabbing murder. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=7502
[19] The city’s third grenade goes off!. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=7726
[20] BATSUB grenade exploded in Yarborough two weeks ago. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=7783
[21] And now, narcoterrorism! http://www.amandala.com.bz/index.php?id=8253
[22] PUP statement on escalation of deadly violence in the nation. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=8322
[23] Lusby Martinez, 25, the alleged grenade thrower, is charged with murder. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=9400
[24] Gangs’ truce ends with grenade blast. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=9421
[25] Luisa Carrillo, 19, dies early Tuesday morning. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=9745
[26] Belize gang documentary sensational on Internet!. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=7474
[27] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=7513
[28] http://www.ovguide.com/tv/ross_kemp_on_gangs.htm
[29] La Prensa Agosto 22/2001
[30] Rodgers (1997). Subrayados propios
[31] DEA US DJ (2003) p. 2. Subrayado propio
[32] Borland (2008) pp. 2 y 6
[33] “Escalating crime continues to trouble Belize”. Amandala Online, 02/04/2009. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=8423
[34] Gayle & Morris (2010)
[35] “Idyllic Belize adds special police units to combat marijuana trade”. The Dallas Morning News, February 15, 1987
[36] Kemp(2008)
[37] General Bantz J Craddock,  Comandante del US Southern Command ante el US House of Representatives Armed Services Committee, March 16, 2006. Citado por UNODC (2007) p. 51
[38] En UNODC (2007) se estima en 500 toneladas el volumen de cocaína que entra anualmente a los EEUU por el corredor centroamericano.
[39] UNODC (2007) p. 51
[40] UNODC (2007) p. 28
[41] Kemp (2008)
[42] Kemp (2008)
[43] Thoumi (1994)
[44] Ver el inventario completo en el Anexo 1. Para elaborarlo se hizo primero la lista de todas las noticias que contenían la palabra “cocaíne” en la base de datos de Channel 5 (http://www.channel5belize.com) . Posteriormente se eliminaron de esa lista todas aquellas noticias que no hacían referencia a un incidente específico. La mayoría de los relatos sobre estos incidentes contienen información sobre el peso de la cocaína y el lugar donde fue incautada, así como de las personas detenidas o sospechosas de ser los dueños.
[45] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=463
[46] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=6088
[47] “Police find boatload of cocaine near Bz. City”. Channel 5 Belize, September 04, 2001. http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=7159
[48] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=7215
[49] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=14793
[50] Basado en el número de noticias relacionadas con “crack cocaine” que aparecen con o sin “Belize City” en www.channel5belize.com
[51] www.eltiempo.com
[52] Ver Anexo 2
[53] Los artículos de Amandala, al parecer, están completos en el archivo electrónico a partir del año 2007.
[54] www.newslibrary.com
[55] USA TODAY, August 4, 1989
[56] The Dallas Morning News, February 15, 1987
[57] Goode (1997) p. 89
[58] Branigin (1989)
[59] MacQuaid (1991). Subrayado propio
[60] Katz (1991)
[61] Ver Anexo 3
[62] Gerardo Reyes, “Pepe Cabrera o Las Alas Del Cartel”. El Tiempo, Nov 3/1991
[64] DEA US DJ (2003) p. 2
[65] “Escalating crime continues to trouble Belize”. Amandala Online, 02/04/2009. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=8423
[66] DEA US DJ (2003) p. 3
[67] DEA US DJ (2003) p. 5
[68] UNODC (2007) p. 50
[69] UNODC (2007) p. 68
[70] http://en.wikipedia.org/wiki/Belize–Mexico_border
[71] http://es.wikipedia.org/wiki/Frontera_entre_Guatemala_y_México
[72] UNODC (2007) p. 68
[73] Anthony & Fries (2004) p. 31
[74] Anthony & Fries (2004)
[75] Anthony & Fries (2004) p.
[76] “Idyllic Belize adds special police units to combat marijuana trade”. The Dallas Morning News, February 15, 1987
[77] Ibid.
[78] Taylor (2000)
[79] Kemp (2008)
[80] UNODC (2007) p 86
[81] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=7027
[82] Ibid
[83] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=1197
[84] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=16585
[85] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=10974
[86] Ibid
[87] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=1197
[88] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=13014
[89] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=17838
[90] Eltringham (2001) p. 34
[91] http://www.reporter.bz/index.php?mod=archive&act=view&article=3476
[92] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=6213
[93] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=12239
[94] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=14481
[95] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=9289
[96] http://www.elpais.com/articulo/espana/12940/kilos/barcos/elpepiesp/20020114elpepinac_2/Tes
[97] “Vigilancia Aduanera interviene en alta mar un pesquero que transportaba 4,5 toneladas de cocaína”. El País, Julio 14 de 2004
[98] http://www.time.com/time/world/article/0,8599,1844914,00.html
[99] “Belize registered ship busted off Spain”. News 5, July 14, 2004. http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=12747
[100] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=7516
[101] http://www.nationmaster.com/graph/tra_mer_mar_tot-transportation-merchant-marine-total
[102] Ver, por ejemplo, algunos incidentes del Anexo 3 y otros reportados por Sutherland (1998) p. 64
[103] Aldous Huxley (1934) Beyond the Mexique Bay, citado por Sutherland (1998)
[104] Sutherland (1998) p. 144
[105] “Contraband hurting drinks giant! Coca-Cola/ Belikin cut more than 40 jobs”
February 17, 2006 http://www.reporter.bz/index.php?mod=archive&act=view&article=944
[106] “Capturado en la costa de Alicante un barco mercante con 6.000 kilos hachís”. El País, Enero 26 de 1997.
[107] “Belice, el nuevo Hong Kong”. El País, Abril 6 de 1992.
[108] “Passport sales shut down”. News 5, January 18, 2002. http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=8703
[109] “La policía investiga por blanqueo un emporio internacional con base en Bueu”. El País, Junio 30 de 2006
[110] En efecto, la dosis de crack es del orden de 300-500 mg   y la de marihuana varía entre 1 y 10 gramos, de acuerdo a la definición de dosis personales bajas en países como Colombia o Bélgica. Ver http://en.wikipedia.org/wiki/Legality_of_cannabis_by_country
[111] UNODC (2007) p. 55
[112] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=10573
[113] UNODC (2010) p. 72
[114] UNODC (2010) p. 74
[115] “Cuba not major transit point for U.S.-bound drugs, Clinton says”. Associated Press Archive. November 11, 1999
[116] Taylor (2000)
[117] “Drug Trafficking  the Mexican Connection”. The State, (Columbia, SC) April 15, 2007
[118] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=692
[119] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=1766
[120] “Belize's top ten most wanted criminals”, June 12 2009, http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=24371
[121] “Five charged in November kidnapping”. February 17, 1999. http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=1875
[122] “Three charged in Orange Walk kidnapping”, October 13, 1999. http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=3012
[123] “11 charged in drug related shooting”, March 19, 1998. http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=532
[124] DEA US DJ (2003) p. 5
[125] UNODCCP (2001)
[126] http://www.druglibrary.org/schaffer/govpubs/amhab/amhabc3a.htm
[127] UNODC (2007) p. 67
[128] Hanson et. al. (2004)
[129] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=7482
[130] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=16906
[131] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=16286
[132] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=20098
[133] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=20779
[134] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=24876
[135] YH (2010)
[136] Gayle and Morris (2010)
[137] Mothers Organized for Peace, UNICEF, Belize City Council, Belize Health Care Partners, Youth   for  the  Future, Conscious  Youth  Development  Programme,  Belize  Family  Court, Human Rights Commission of Belize, Human , National Drug Abuse Control Council,  Community Rehabilitation Department, and 
the National Committee for Families and Children
[138] Gayle and Morris (2010).
[139] Gayle and Morris (2010).
[140] Gayle and Morris (2010).
[141] http://www.7newsbelize.com/sstory.php?nid=2667&frmsrch=1
[142] Branigin (1991)
[143] Mcquaid (1991)
[144] Katz (1991)
[145] Katz (1991)
[146] Katz (1991)
[147] “The Ganzie Tragedy”. Amandala. 04/01/2007. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=5285
[148] http://www.reporter.bz/index.php?mod=archive&act=view&article=1655
[149] “L.A. Gangs in NY - Blood-Crip war comes east”, Newsday (Melville, NY), January 27, 1993
[150] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=6025
[151] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=10006
[152] http://fpk.homestead.com/Crip_History-1970_s-2.pdf
[153] Alonso ( 2005)
[154] SICA (2007)
[155] SICA (2007)
[156] Bolland (2003) p. 208
[157] “24 Members of Crips Gang Are Arrested in a Sweep by Police”. New York Times, October 30, 1997. http://www.nytimes.com/1997/10/30/nyregion/24-members-of-crips-gang-are-arrested-in-a-sweep-by-police.html?scp=1&sq=belize%20crips&st=cse
[158] SICA (2007)
[159] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=7073
[160] http://www.channel5belize.com/archive_detail_story.php?story_id=13667
[161] Branigin (1989)
[162] Caribbean Gale ebbs in Harlem. New York Daily News - October 31, 1997
[163] Matthei and Smith (2004) p. 270
[164] Matthei and Smith (2004) p. 272
[165] Matthei and Smith (2004) p. 274
[166] Matthei and Smith (2004) p. 275
[167] Matthei and Smith (2004) p. 275
[168] Matthei and Smith (2004) p. 276
[169] Ver Rubio (2010)
[170] Sobre el impacto que puede tener sobre la violencia el desbalance agudo en el mercado de parejas ver, para los países asiáticos, Hudson & Den Boer (2002, 2005). Indicios del mismo problema en las pandillas y maras centroamericanas en Rubio (2007)
[171] “From Skeen to semi-pro”. July 23, 2010. http://www.amandala.com.bz/index.php?id=10100

[172] Matthei and Smith (2004) p. 273
[173] Babcock & Conway (2000)
[174] SICA (2007)
[175] Matthei and Smith (2004) p. 268
[176] CYDP (2010)
[177] CYDP (2010)
[178] Herbert alega que lo suyo no fue una detención legal sino un secuestro, ocurrido en Abril del 2003. La Corte Suprema le dio la razón concluyendo que su detención no había cumplido los requsitos legales , ordenando su retorno a Belice y una indemnización de $25 mil dólares a su familia. El abogado de Herbert en ese caso fue el actual primer ministro. “George Herbert breaks the silence”, The Reporter, O6/01/2009,
http://www.reporter.bz/index.php?mod=archive&act=view&article=3208
[179] http://edition.channel5belize.com/archives/33954
[180] CYDP (2010) p. 88
[181] http://www.lovefm.com/allhn.php?alln=8127-8126-8125-8124-8123-8122-8121-8120
[182] YH (2010)
[183] Primary, ITVET, Agriculture Program
[184] Que se calculó como la edad del joven menos el número de años cursados menos cinco.
[185] YH (2010). Profile # 29
[186]  Para eso, se estimaron dos modelos logit. En el primero, la variable dependiente toma el valor 1 si el joven está afiliado a un gang y 0 en el caso contrario. En el segundo, el valor 1 corresponde a los jóvenes que han cometido algún delito mientras en valor 0 se asigna a quienes están en el Hostel por “uncontrollable behavior”. Como variables explicativas se incluyen en ambos casos: el sexo, ser o no de Belize City, la etnia Garifuna o Creole, y el número de años por fuera del sistema escolar (valor = 0 si en la actualidad están enrolados en algún programa). Ver resultados En el Anexo 4
[187] Ver Rubio (2007)
[188]  Matthei and Smith (2004) p. 268
[189] Hernández (2005)
[190] Crooks (2009) p. 12
[191] http://www.7newsbelize.com/sstory.php?nid=2667&frmsrch=1
[192] http://www.7newsbelize.com/sstory.php?nid=2667&frmsrch=1
[193] http://www.lovefm.com/allhn.php?alln=8127-8126-8125-8124-8123-8122-8121-8120
[194] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=3587
[195] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=5366
[196] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=5392
[197] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=5415
[198] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=8531
[199] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=10095
[200] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=6356
[201] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=6560
[202] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=6725
[203] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=6795
[204] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=8644
[205] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=8714
[206] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=7396
[207] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=8718
[208] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=9439
[209] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=9535
[210] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=9917
[211] http://www.amandala.com.bz/index.php?id=9951
[212] Ni la base de datos de las cadenas 5 y 7 de TV, ni Amandala on line, ni la búsqueda de páginas locales en Google Belize (www.google.com.bz) ofrecen información sobre Scarface
[213] “Named a Drug Boss”. The Atlanta Journal October 16, 1989
[214] Ni la base de datos de las cadenas 5 y 7 de TV, ni Amandala on line, ni la búsqueda de páginas locales en Google Belize (www.google.com.bz) ofrecen información sobre Fernando Pruna
[215] $900,000 Tab Upheld In Drug-Bust Fiasco. The Miami Herald, February 25, 1997
[216] “Cocaine Trial Starts For Trio” The Columbus Dispatch, April 7, 1998
[217] “Cocaine Bust Breaks Record,  Street Value Estimated At $500 Million”. Grand Forks Herald (ND) –  May 15, 2001
[218] “Coast Guard seizes 13 tons of cocaine”. Daily Breeze (Torrance, CA), May 15, 2001
[219] “Drug Target Is Extradited From Belize”. New York Daily News  - July 27, 2004
[220] “ Man Convicted Of Threats”, New York Times, March 6, 2006
[221] “Robert Hertular convicted of threats”, Amandala Online,  03.03.2006
http://www.reporter.bz/index.php?mod=archive&act=view&article=972
[222] “Supreme Court upholds Robert Hertular’s extradition to the U.S”. 31/12/1969 http://www.amandala.com.bz/index.php?id=3534
[223] “Computer geeks funded champagne lifestyle with £6.5m fraud”. The Sunday Times, July 4, 2005