Trabajo presentado en
“European Society of Criminology – II Conference”
Toledo 2002 - Spain
En este trabajo se aportan elementos para el análisis del crimen organizado (CO) en España. Se contrastan los principales componentes del diagnóstico corriente sobre el fenómeno con la información disponible. En la primera sección, se señala la precariedad de la evidencia con relación a ciertas actividades, como la prostitución y el blanqueo de capitales, que recientemente se han sugerido como nuevas áreas de actuación del crimen organizado en la península. En la segunda parte se examinan las cifras disponibles sobre inmigración irregular en España y sus eventuales relaciones con los grupos dedicados al contrabando de personas. En la tercera sección se centra el análisis en la actividad criminal más tradicional, el tráfico de drogas, sobre la cual hay mayor consenso y evidencia en cuanto a su relevancia para la seguridad española.
1 – EL MITO DE LAS MAFIAS RUSAS
1.1 – UNA IMPRECISIÓN: LA LAVANDERIA ESPAÑOLA
En el diagnóstico corriente sobre las mafias en España se señala con frecuencia el tránsito a una nueva etapa asociada con la caída del bloque soviético y con la instalación en la costa mediterránea de las mafias de Europa del Este dedicadas al blanqueo de capitales [1]. Tal vez el aspecto más sobresaliente sobre el blanqueo de capitales en España es que se trata de una de esas actividades cuya relevancia la destacan ante todo los analistas domésticos pero que no recibe un tratamiento equivalente desde el extranjero.
En un trabajo realizado para determinar la localización y el monto de los flujos del dinero que anualmente se lava en el mundo (Walker 1998) [2] se encuentran varios resultados que van en contra de la idea de España como un gran centro internacional de blanqueo. En primer lugar, al construir un índice de atracción [3] para las operaciones de lavado, España ocuparía el puesto 42, con un indicador equivalente a la séptima parte del de Luxemburgo, la sexta parte del de Suiza o EEUU, y un quinto del de los Países Bajos, Lichtenstein o la Ciudad del Vaticano. El Reino Unido sería cuatro veces más atractivo como destino y aún países como Portugal, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Alemania, Bélgica, Italia o Francia serían, de acuerdo con este índice, lugares con mayor poder de atracción que España para los lavadores internacionales [4]. Desde la perspectiva del tamaño de la industria criminal –la oferta de fondos para blanquear- España ocuparía la posición número once, con una participación cercana al 2% del monto global de los dineros provenientes de actividades criminales [5]. Así, a nivel mundial, los fondos ilegales lavados en España ocuparían la vigésima posición con una participación de tan sólo el 1.2% del volumen total de flujos de lavado [6].
De acuerdo con este mismo estudio, el grueso del blanqueo de capitales en España estaría constituido por dineros producto de la delincuencia dentro del territorio: menos del 20% del capital que se lava sería de origen extranjero. A su vez, este monto correspondería a un poco más de la décima parte del negocio criminal doméstico. Es conveniente anotar que, de acuerdo con este modelo, y como cabría esperar, casi la totalidad del producto criminal de Rusia se estaría blanqueando allá mismo, quedando unos excedentes para lavar en otros países de tan sólo el 1% del total. De esta manera, los resultados de este ejercicio no sirven para corroborar la idea de unas mafias rusas que blanquean en el exterior, y en particular en España, el producto de sus actividades delictivas.
En términos generales, el orden de magnitud del volumen total de fondos que se blanquean a nivel mundial que se deriva de este trabajo es similar a los cálculos propuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que fluctúan entre el 2% y el 5% del PIB mundial (Quirk 1996). En forma consistente con los resultados expuestos, se puede señalar que España no aparece en la lista de países considerados paraísos financieros por el Grupo de Acción Financiera (GAFI) –un grupo internacional creado por el G-7 en 1989 para combatir el blanqueo de capitales- en los cuales se estima que por concepto de narcotráfico se lavan anualmente cerca de 100 mil millones de dólares. Tampoco se menciona dentro del conjunto de paraísos fiscales de la OECD [7].
1.2 – OTRA IMPRECISIÓN: ESPAÑA COMO CENTRO DE PROSTITUCION
Una de las características de la literatura disponible sobre prostitución a nivel internacional es la carencia de elementos que permitan tener una idea sobre la magnitud y las características del fenómeno. Este obstáculo, sin embargo, no ha impedido que se aventuren cifras oficiales de casi cualquier magnitud tanto sobre el número de mujeres envueltas como sobre la dimensión y las características del negocio [8]. España no ha sido ajena a este síndrome y ha hecho carrera la cifra de 300 mil mujeres activas en el comercio sexual, un negocio que movería billones de pesetas al año. Además, se plantea que se trata de una actividad en la que intervienen ante todo mujeres extranjeras, muchas de las cuales habrían sido introducidas en el oficio de manera forzada por las mafias [9].
Son múltiples los factores que hacen difícil tener datos precisos sobre la magnitud del negocio de la prostitución. El problema de la intervención de las mafias en esta actividad es aún más complejo de abordar, pues a la carencia de estadísticas se suma la variedad de arreglos que pueden existir entre las trabajadoras sexuales y los posibles explotadores o proxenetas. De cualquier manera, el diagnóstico del comercio sexual como problema de seguridad depende de manera crucial tanto de la magnitud de la actividad como de la existencia de una relación de las trabajadoras sexuales con el crimen organizado.
Sobre el tamaño de la población de prostitutas, algunos indicadores indirectos basados en las estadísticas del sector salud y de la población inmigrante señalan varios puntos [10]. El primero es que, en el ámbito comunitario, España no parece destacarse como gran centro de la prostitución. El segundo es que, a pesar de lo anterior, si hay síntomas de un aumento de la actividad en los últimos años, probablemente asociado con el auge de la inmigración. El tercero es que, incluso teniendo en cuenta la dinámica reciente, la cifra de 300 mil prostitutas en España es a todas luces inverosímil.
Si se construye un indicador de la incidencia de la prostitución a partir de la información sobre casos de VIH/SIDA se encuentra que, en la Unión Europea, España no se destaca por una industria de la prostitución particularmente importante que ocuparía, por el contrario, uno de los últimos lugares por encima tan sólo de Luxemburgo, Finlandia o Portugal. Este resultado es consistente con la información disponible sobre la incidencia del sexo casual -encuentros por fuera de la pareja habitual- que sugiere que los españoles no ofrecen unas condiciones de demanda muy favorables para el ejercicio de la prostitución [11]. Por otra parte, varios indicadores disponibles del sector salud [12] , indican que en los últimos años, y sobre todo a partir de 1998, habría aumentado considerablemente el número de mujeres que se suman a la población de trabajadoras sexuales [13].
A pesar de lo anterior, la dinámica de una actividad no debe confundirse con sus niveles, o su incidencia. Tanto los datos sobre contagios de VIH a principios de los años noventa como la participación de mujeres de ciertas nacionalidades en el colectivo de trabajadoras sexuales permiten evaluar la verosimilitud de las cifras que se han propuesto para el número total de prostitutas en España. Ejercicios de simulación muy simples muestran que el dato de 300 mil prostitutas que se propone con frecuencia no es consistente ni con las estadísticas recientes de casos de SIDA entre mujeres ni con el número de mujeres inmigrantes latinoamericanas, y que por lo tanto no parece factible una población de prostitutas de esa magnitud [14]. Más razonable parece ser una cifra del orden de 20 a 40 mil mujeres, que además es similar a lo que, en términos per cápita, se observa en lugares dónde se han hecho estimaciones más confiables. Para Italia, por ejemplo, se ha sugerido una cifra global del orden de 50 mil mujeres dedicadas al comercio sexual. Aceptando para España una incidencia del comercio sexual similar a la de Italia se tendría una población total del orden de 36 mil trabajadoras sexuales. Para Francia, se ha sugerido que el total de trabajadoras sexuales estaría entre las 15 y 18 mil mujeres, de las cuales unas 5-6 mil estarían concentradas en la capital [15]. Con esta magnitud de la actividad, en términos per cápita, se tendría en España una población cercana a las 12 mil trabajadoras sexuales. Para el País Vasco, se ha estimado un total de 1800 trabajadoras sexuales lo que también indicaría, para el nivel nacional, una cifra del orden de 36 mil [16].
2 - INMIGRACION ILEGAL
A lo largo de la última década se ha dado un incremento de la inmigración ilegal a nivel mundial. Casi todos los países europeos aparecen como destinos atractivos para los inmigrantes. Para analizar las grandes tendencias de la inmigración ilegal, y comparar la situación española con la de otros países, es conveniente recurrir a la información sobre extranjeros en situación regular. Como se analiza más adelante, existen estrechos vínculos entre ambos fenómenos.
Tradicionalmente el papel de España como receptor de inmigrantes no ha sido significativo. Aún a finales de los noventa, la proporción de población extranjera en la península era, junto con la de Italia y Finlandia, una de las más bajas de Europa. Fuera de tratarse de un fenómeno reciente, son dos las peculiaridades de la inmigración en España. La primera es la de su gran diversidad, tanto en términos del número de nacionalidades, como de las características de los extranjeros y de sus motivaciones para establecerse en la península. Otra peculiaridad es la gran concentración territorial de los inmigrantes.
Los posibles vínculos entre la delincuencia organizada y la inmigración son bastante recientes y, paradójicamente, se han visto fortalecidos al hacerse más eficaces los controles en las fronteras. Aunque la organización del contrabando de inmigrantes parece ser una actividad muy rentable no es razonable afirmar que toda la inmigración ilegal se hace a través de intermediarios que buscan un beneficio económico, puesto que una parte importante de los movimientos de personas la organizan familiares, amigos o conocidos de los inmigrantes. La frecuencia con que se recurre a las vías irregulares para emigrar varía considerablemente tanto entre los distintos colectivos de emigrantes como entre los países de destino [17]. Una información útil para establecer la dimensión del fenómeno de la inmigración ilegal en España es el de las solicitudes de regularización asociadas con la nueva ley de extranjería [18]. El primer punto que se puede destacar sobre esta cifra es el de su estrecha relación, tanto por nacionalidades como por provincias, con la de extranjeros previamente establecidos en España (Gráfica 1).
Esta asociación no sorprende. Es un hecho reconocido que los inmigrantes, aún los ilegales, cuentan al desplazarse con redes de apoyo de coterráneos en los destinos. Encuestas realizadas entre migrantes señalan que los legales y los irregulares aducen las mismas razones para emigrar, se dirigen hacia los mismos países y cuentan para apoyar su decisión con redes familiares o de amistad. La principal fuente de información para el inmigrante, regular o irregular, sigue siendo, de lejos, la familia en el lugar de destino [19].
Así, de los datos por nacionalidades del último proceso de regularización de extranjeros se deduce que la inmigración irregular está, en promedio, entre el 24% y el 30% del número de extranjeros residentes [20]. Es interesante observar que la relación entre inmigrantes ilegales –medidos por el número de regularizaciones- y los residentes es bastante más estrecha por nacionalidades que por provincias [21]. Así, el criterio de lugar de origen parece más adecuado para predecir la dimensión de la inmigración ilegal que el de destino de asentamiento. Por otra parte, los datos sugieren que la inmigración ilegal es más sensible a los cambios en la población extranjera residente por lugares de llegada que por nacionalidades. Un incremento del 10% en el número de residentes extranjeros –de cualquier nacionalidad- en una provincia implicaría un aumento en la inmigración ilegal en esa provincia del 11.5% mientras que el mismo aumento del 10% en el número de residentes de una determinada nacionalidad –en cualquier provincia- implica un incremento en el número de ilegales del 9.1% [22]. Una manera de interpretar estos resultados sería asimilando la respuesta por provincias a un efecto de demanda por inmigración –por ejemplo por disponibilidad de puestos de trabajo- mientras que la respuesta por nacionalidades se podría considerar el efecto de oferta de inmigrantes, por ampliación de las redes de contacto en el lugar de destino.
Parece claro que, para una sociedad con baja natalidad y creciente déficit de mano de obra, no toda esta inmigración irregular debe considerarse cuestionable, ni mucho menos asociada con las actividades de contrabando de personas por el crimen organizado. Para reducir aún más la proporción de la inmigración que se puede empezar a considerar problemática, existe un segundo dato de interés derivado del mismo proceso de regularización 2000 y es el de las solicitudes denegadas. La relación de esta cifra con el número de extranjeros residentes, es menos estrecha que la que se observa entre estos últimos con el total de solicitudes de regularización, o con las que fueron concedidas. Los datos por nacionalidades muestran que, entre los extranjeros radicados había en el 2000 un 20% de inmigrantes que pudieron regularizar su situación y un 11% de personas en situación problemática, a las cuales la regularización les fue denegada. Por provincias, las cifras respectivas son del 18% y el 6%. A falta de información sobre el universo potencial de migrantes susceptibles de demandar los servicios de las mafias para su desplazamiento, parece razonable suponer que quienes llegaron o se quedaron de manera irregular en territorio español pero posteriormente legalizaron su situación pueden considerarse ajenos al fenómeno del contrabando de personas. Así, de acuerdo con los datos de la regularización 2000, se puede plantear que, como máximo, uno de cada tres de los inmigrantes irregulares puede asimilarse a un eventual cliente de las mafias dedicadas al contrabando de personas.
Por otro lado, la respuesta de los inmigrantes problemáticos parece más sensible a los cambios en el número de extranjeros residentes por provincias que por nacionalidades [23] (Gráfica 2). En otros términos, la inmigración ilegal problemática, y por ende el potencial de actuación de las mafias de contrabando de personas, estaría más determinada por los factores de demanda de inmigración que por los de oferta [24].
Lo que estos datos sugieren es que, para controlar el flujo de extranjeros irregulares se debe actuar tanto sobre los factores que, desde España, atraen a esos extranjeros –por ejemplo los contratos de trabajo irregulares- como sobre los elementos que los empujan a emigrar de sus lugares de origen.
Un punto que vale la pena discutir, siendo el más relevante para el diagnóstico de la seguridad interior, es el de la relación entre la inmigración ilegal y el crimen organizado. Por lo general, se ha observado que las personas involucradas en el contrabando de personas tienen la misma nacionalidad de los inmigrantes. También es razonable plantear que quienes ofrecen los servicios de contrabando de personas tienen un mínimo de percepción sobre las posibilidades de que los viajeros puedan instalarse en los sitios de destino. Los datos disponibles de grupos de crimen organizado dedicados a la inmigración, tanto por las nacionalidades de estos grupos como por las provincias españolas en dónde actúan, muestran una relación positiva, aunque tenue, entre el número de inmigrantes denominados aquí problemáticos y los grupos de crimen organizado (Gráfica 3).
El perfil de esta relación muestra que se hace menos estrecha cuando el número de grupos organizados detectados es menor. En otros términos parece claro que pueden coexistir niveles altos de inmigración ilegal problemática con una baja incidencia de la delincuencia organizada, lo cual tienden a confirmar la idea ya señalada que no toda la inmigración ilegal debe asociarse al contrabando de personas organizado por mafias y que, como lo muestra la correlación con el número total de residentes, buena parte de esa inmigración ilegal está basada en los contactos previos y en la familia. Sin embargo, para ciertas nacionalidades y en ciertas provincias, en los niveles altos de inmigración ilegal problemática se observa una incidencia también alta de los grupos de delincuencia organizada. Lo que las gráficas señalan es que se trata de una actividad bastante especializada y focalizada, tanto por origen de los migrantes como por lugar de destino en España. Así, no parecen ser usuales las mafias dedicadas al contrabando de personas que suministren servicios a nacionalidades diferentes de la de su grupo.
Se puede elaborar una descripción de los vínculos entre las mafias de contrabando de personas y la inmigración ilegal en España que sea consistente con la evidencia disponible. En primer lugar, los datos muestran que el principal impulso de esta actividad proviene de la demanda por parte de los inmigrantes. Para establecer una analogía con el mercado de las drogas, no aparece evidencia de “pushers” entendidos como grupos previamente establecidos que inducen consumidores a ese tipo de intercambio. A diferencia de las drogas, en donde detrás de casi la totalidad de las transacciones está siempre el crimen organizado, una proporción importante de la inmigración ilegal es ajena a las actividades criminales. Una vez establecido que se trata de una actividad atraída por la demanda, el segundo punto que sugiere la evidencia es que la demanda relevante es la que se da en los lugares de destino en España, y no en los países de origen. En otros términos, es mayor el efecto, tanto sobre la inmigración irregular como sobre la demanda por servicios de las mafias, de un grupo de inmigrantes de distintas nacionalidades radicados en una provincia que el de un grupo de igual magnitud de originarios de un mismo país y diseminados por todo el territorio español. Así, desde la perspectiva del mercado laboral, parece tanto o más determinante del flujo de extranjeros en situación irregular la demanda por trabajo por parte de los empleadores españoles que la oferta laboral de los inmigrantes.
3 – LAS TRADICIONALES MAFIAS DE LAS DROGAS
La producción y tráfico de drogas sigue siendo la actividad criminal que caracteriza la mayor parte del crimen organizado en el mundo. Se estima que, por ejemplo, en los Países Bajos y Luxemburgo más de la mitad de los grupos de CO identificados están involucrados en el tráfico de drogas. En Irlanda, esa proporción alcanzaría casi el 90%. Para España el tráfico de drogas ocupa aún el primer lugar en el conjunto de actividades del CO, tanto entre los grupos españoles como en los extranjeros. Fuera de la fabricación de algunas sustancias sintéticas la producción doméstica en España continúa siendo un problema menor: el fenómeno más notorio es aún el tráfico de las sustancias.
A diferencia de las narraciones sobre las nuevas actividades de la delincuencia organizada, como el blanqueo de capitales, la prostitución o la inmigración ilegal, para las cuales la versión española es por lo general más negativa que las descripciones hechas desde el extranjero, el problema del papel que juega España en el tráfico internacional de ciertas drogas se percibe como muy pertinente desde el exterior. Y esto ha sido así desde hace varias décadas.
Varios elementos permiten señalar que el escenario de España como puerto de entrada europeo del cannabis africano y, sobre todo, de la cocaína suramericana sigue siendo relevante, e incluso se ha venido consolidando. Primero, tanto en España como en Europa el consumo de cannabis es aún importante y existen varios indicios de que el de cocaína ha venido aumentando. Segundo, el relativo éxito en el control del consumo de cocaína en los Estados Unidos estaría llevando a un desplazamiento de la oferta disponible hacia Europa. Tercero, la mayor participación de los grupos colombianos en la producción de hoja y base de coca podría estar facilitando la introducción de las mayores cantidades de cocaína a Europa vía España, en dónde tales grupos cuentan con canales de recepción y distribución bien establecidos [25]. Cuarto, la información disponible sobre acciones legales contra la droga permite sospechar una vigorosa dinámica de los flujos tanto de cannabis como de cocaína a través de la península. A continuación se analizan en detalle estos factores.
3.1 – EL CONSUMO DE DROGAS EN EUROPA
El cannabis es la sustancia ilegal de mayor demanda en el mundo. Sigue siendo la droga más popular en la Unión Europea, con un incremento en su consumo [26]. La prevalencia del consumo de cannabis en los últimos doce meses en España es la cuarta de Europa [27] después del Reino Unido, Francia e Irlanda (OEDT 2001). Fuera del cannabis, las anfetaminas y el éxtasis son las sustancias con mayor demanda en la comunidad europea [28].
La prevalencia anual del consumo de cocaína en España es, de lejos, la mayor de Europa. Es un 40% superior a la del segundo país, el Reino Unido, el doble de la de los Países Bajos e Irlanda, más del doble de la de Italia, Alemania o Portugal y siete veces la de Finlandia, Suecia o Francia (Gráfica 4).
En la mayor parte de los países Europeos se observaron en 1999 incrementos en el consumo de cocaína. España y el Reino Unido, los principales mercados, al igual que Suecia, Suiza y Austria reportaron para el mismo año una estabilización. Así, la tendencia global del consumo en Europa sería al aumento (UNODCCP 2001). Este incremento se estaría dando no sólo como resultado de la mayor demanda por consumidores activos, vinculada con un mayor consumo de alcohol, sino por la ampliación del mercado a otros grupos de la población (OEDT 2000) [29].
Para España, las encuestas domiciliarias muestran que a pesar de que los indicadores de uso esporádico (alguna vez o en los últimos 12 meses) de sustancias psicoactivas parecen haberse estabilizado, la demanda más habitual (últimos 30 días) muestra un aumento tanto para el cannabis [30] como para la cocaína [31] (Gráfica 5).
Por otra parte, son varios los indicios de un incremento del consumo problemático de cocaína. Primero, se ha dado un aumento en el número de casos admitidos a tratamiento por consumo de esta sustancia tanto para personas con tratamientos previos como, sobre todo, para personas que acudían por primera vez. Este incremento se ha dado en forma paralela a la reducción de los casos de tratamiento por heroína (Gráfica 6).
Con un incremento del 45% en un año, las admisiones para tratamiento por cocaína representaron en 1999 el 17.5% del total de las registradas por consumo de sustancias psicoactivas [32]. Segundo, en 1999 la cocaína sobrepasó por primera vez a los opiáceos como causa de las urgencias hospitalarias relacionadas con consumo de drogas [33]. Por último, aunque en la gran mayoría (88%) de las muertes por reacción a drogas se detectan opiáceos, se ha dado un incremento importante en el número de muertes por consumo de drogas en los que se determina presencia de cocaína sin opiáceos o cocaína sola.
3.2 – DESCENSO DEL CONSUMO DE COCAINA EN EEUU
Los Estados Unidos siguen siendo el mayor mercado para la cocaína, tanto por el tamaño de su población como por una alta prevalencia del consumo. Se estima que cerca de la mitad de los cocainómanos del mundo son norteamericanos, y los niveles de consumo per cápita son siete veces superiores al promedio mundial. A pesar de lo anterior, desde la segunda mitad de los ochenta se empezó a observar una tendencia decreciente de la prevalencia de consumo que en la actualidad se sitúa en cerca de la tercera parte (1.7% de la población de más de 12 años) de la observada hace dos décadas (Gráfica 7).
Esta estabilización global se ha dado como consecuencia de un número prácticamente estable de usuarios habituales –unos 3.5 Millones- y una continua reducción de los consumidores ocasionales que pasaron de 5 millones a finales de los ochenta a 3.5 millones en la primera mitad de los noventa y a un poco más de 2 millones en la actualidad (Gráfica 7).
Por primera vez en muchos años, se observó recientemente en los Estados Unidos una disminución tanto en el número usuarios de cocaína entre los estudiantes de enseñanza media como en el de urgencias hospitalarias relacionadas con su consumo. Además, la solicitud de tratamiento por uso indebido de esta sustancia también siguió la tendencia a la baja que se observa desde los noventa. Las proyecciones oficiales de ese país estiman que continuará este escenario de reducción de la demanda.
3.3 – LA DISTRIBUCION DE LA DROGA EN EUROPA
Tradicionalmente los grupos Turcos y colombianos han jugado un papel importante en sus respectivos mercados de heroína y cocaína en Europa. Aunque la mayoría de los estados comunitarios constituyen destinos finales de las drogas, algunos de ellos juegan el papel de lugares de tránsito. Tal sería el caso de España, junto con los Países Bajos y Bélgica. Marruecos es el principal productor del cannabis que se consume en Europa. Grupos locales en Francia, Italia, Países Bajos, España y el Reino Unido lideran el tráfico y distribución del de cannabis dentro de Europa. El contrabando de este producto desde Marruecos se hace con frecuencia por barco hacia los puertos del mediterráneo, o hacia Portugal e Inglaterra, de dónde se distribuye por vía terrestre a otros países. Los Países Bajos y España serían los principales lugares de tránsito del cannabis junto con, en menor medida, Austria, Alemania e Italia.
Se estima que Colombia, junto con Perú y Bolivia, producen casi la totalidad de la cocaína mundial, unas 1000 toneladas [34]. La erradicación de cultivos en Perú y Bolivia ha desplazado buena parte de esa producción hacia Colombia, país que ha aumentado considerablemente su contribución a la oferta de cocaína. Luego de varios años, a finales de los ochenta, durante los cuales la participación colombiana en la fabricación total de cocaína no pasó del 10%, a todo lo largo de la década pasada se dio un aumento importante hasta llegar a más del 70% en la actualidad (Gráfica 8).
En Colombia, luego del desmantelamiento de los carteles más notorios a principios de los noventa se ha dado una reestructuración y una toma de control del suministro por parte de grupos más pequeños. El comercio se ha fraccionado y especializado, con grupos distintos tomando el control de etapas específicas del tráfico. Aunque el tráfico de cocaína sigue dominado por los colombianos, este control ya no necesariamente significa que todas las operaciones se coordinan desde Colombia. Se habrían establecido redes internacionales de traficantes más pequeños, que operan desde diversos países, pero que siguen siendo predominantemente colombianos. La típica ruta empieza con cocaína producida en laboratorios colombianos que sale hacia países vecinos o a las islas del caribe en pequeños aviones. Aunque la mayoría de la producción sigue destinada el mercado norteamericano, esta participación ha descendido en los últimos años, aumentando la importancia del mercado europeo. El transporte transatlántico de la cocaína se hace en barcos de gran tamaño que, a partir de las islas Azores y en la proximidad de las costas de la península ibérica se transbordan a embarcaciones más pequeñas. La costa de Galicia parece seguir siendo un lugar favorable para el desembarco de estas pequeñas naves.
Los grupos de colombianos radicados en España continúan jugando un papel importante tanto en la introducción de la cocaína como en su posterior distribución hacia el resto del continente. Así, España sería, junto con los Países Bajos, uno de los puntos más importantes de suministro de cocaína para Europa. Otra parte del ingreso de cocaína se hace por vía aérea, también desde América Latina a distintos destinos en Europa [35].
3.4 - LAS ACCIONES CONTRA LA DROGA
En la casi totalidad de los países comunitarios, la mayor parte de las incautaciones corresponde al cannabis [36]. Con un total de 434 toneladas, cerca de la mitad de total comunitario, España era en 1999 el primer país de Europa en términos de las cantidades incautadas de cannabis [37]. Con relación a las incautaciones de cocaína en 1999 España también ocupaba el primer lugar europeo con un número de 17 mil acciones –cerca de 50 por día- y una cantidad total superior a las 18 toneladas (Gráfica 9) [38].
Así, el escenario del mercado de las drogas que se obtiene a partir de los datos más recientes de incautaciones a nivel de la Comunidad Europea es consistente tanto con los datos derivados de las encuestas de consumo como con las descripciones de las principales rutas del comercio ilegal de sustancias. Las cifras disponibles muestran, en primer lugar, la importancia del cannabis dentro del conjunto de las sustancias ilegales que fluyen hacia Europa [39]. En segundo término, las cifras corroboran el papel preponderante de España en el tráfico comunitario tanto de cannabis como, sobre todo, de cocaína. En efecto, la mitad del número de incautaciones europeas de esta sustancia y un porcentaje similar de las cantidades se hacían en el año 99 en la península ibérica. El espectacular aumento que se dio en España durante el 2001 en las cantidades aprehendidas sugeriría una participación reciente aún mayor.
Los decomisos de cannabis han aumentado de manera continua en la comunidad Europea desde mediados de los ochenta. La participación de España en esas acciones muestra un marcado incremento a partir de la mitad de los noventa tanto en el número como en el volumen [40]. A lo largo de las dos últimas décadas, la cantidad promedio de cannabis por cada decomiso ha sido sistemáticamente superior, cerca de cuatro veces más, en España que en el resto de la comunidad, dato que corroboraría la hipótesis de España como lugar de tránsito desde el norte de Africa hacia el resto de Europa. Con relación a la cocaína, las incautaciones en Europa -tanto el número como la cantidad- han aumentado de manera continua durante la última década. Esta tendencia es “especialmente clara en España, Irlanda y el Reino Unido” (OEDT 2000). La participación de España en el total europeo de incautaciones de cocaína se sitúa en la actualidad alrededor del 40% tanto en términos de número de decomisos como de cantidades (Gráfica 10).
En el último lustro, el número de incautaciones de cocaína se multiplicó por más de cinco. En términos de cantidades, en el año 2001, de acuerdo con datos recientes del Plan Nacional de Drogas se habrían logrado incautaciones por más de 31 toneladas, o sea un 50% más que en el año 99, batiendo así un récord histórico [41].
4 - CONCLUSIONES
La información analizada a lo largo de este trabajo muestra tres puntos sobre las características del crimen organizado en España. El primero es la precariedad de la evidencia a favor de la idea de unas nuevas mafias, de variado origen y con múltiples actividades. En particular, no se corroboran con los datos las ideas de la península como un importante centro de blanqueo de capitales de las mafias rusas o como un gran foco del comercio sexual. No sorprende por lo tanto que este tipo de diagnóstico sea básicamente doméstico y poco compartido por los analistas externos. El segundo punto, relativo a la inmigración, es que a pesar del importante incremento en el influjo reciente de población extranjera a la península tan sólo una pequeña fracción del fenómeno podría asociarse con grupos organizados de contrabando de personas.
Por el contrario, distintos indicadores del mercado mundial y local de drogas corroboran el papel que juega España, incluso de manera creciente, como puerta de entrada de la cocaína y el cannabis hacia el mercado Europeo. Sugieren además que, revirtiendo la tendencia observada hasta hace unos años, el consumo de cocaína empieza a ser pertinente como problema de salud pública.
Teniendo en cuenta que, a pesar de todas las posibles ramificaciones recientes de las actividades criminales, la droga sigue siendo, a nivel mundial, el elemento más característico del crimen organizado, la información disponible recomienda bastante cautela con la idea difundida en España de unas nuevas mafias diversificadas y multifacéticas. Por el contrario, parece que el escenario de la península como territorio favorecido por las mafias latinoamericanas de la cocaína y los grupos marroquíes traficantes de cannabis sigue teniendo plena vigencia.
La información disponible sobre los tipos de actividad de los grupos de criminales organizados que operan en España, por tipo de actividad y nacionalidad de sus miembros tienden a corroborar el escenario descrito. Por un lado, de los 247 grupos identificados en el mercado de drogas, una mayoría (53%) se especializa en el de cocaína seguido en importancia por el tráfico de cannabis (33%). Entre los primeros, la nacionalidad más relevante son los colombianos (35%) mientras que en el segundo grupos sobresalen los marroquíes (36%).
Las repercusiones de las mafias de la droga sobre la seguridad interior son complejas y variadas. Vale la pena simplemente mencionar tres de ellas, tal vez las más perniciosas. La primera es la asociación entre el tráfico de drogas y el crimen muy violento, en particular los homicidios y los secuestros. Tanto las consideraciones teóricas como, a nivel empírico, la experiencia de varios países y más recientemente, las comparaciones internacionales indican vínculos estrechos entre la presencia de mafias y la violencia extrema [42]. La segunda asociación, sobre la cual la experiencia suramericana es reveladora, es la del efecto devastador de las mafias de las drogas sobre el sistema judicial. La tercera, cuya importancia empieza a ser reconocida a nivel internacional, es la posibilidad de alianzas entre las mafias de la droga y el terrorismo.
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[1] Jaime-Jiménez et. al. 2000
[2] Una presentación detallada de los principales resultados de Walker (1998) se encuentra en CAP (2002)
[3] Basado en elementos como la legislación bancaria, y en particular de la existencia de secreto bancario, la actitud de las autoridades hacia el lavado y los indicadores de corrupción. Ver Walker (1998)
[4] Incluso Gibraltar, cuya cercanía se menciona con frecuencia como uno de los factores determinantes de la elección de las costas españolas como lugar de operación de las mafias de Europa del Este, ocupa un modesto lugar en el ordenamiento internacional de los polos de atracción de capitales para el blanqueo.
[5] La disponibilidad de dinero negro en España sería equivalente al 7% de la cifra para los EEUU, país que supera ampliamente al segundo en la lista. Aún en el ámbito comunitario, la industria delictiva en territorio español sería menor que la de, en su orden, Italia, Alemania, Francia y el Reino Unido. Walker (1998)
[6] Los dineros que se blanquean en territorio ibérico serían cerca del 6.5% de los que se lavan en los Estados Unidos, la cuarta parte de los que se dirigen a las Islas Caimán o Rusia, una tercera parte de lo que llega a Italia, y cerca de la mitad de los que terminan en Francia, Alemania o Suiza. Dentro de la comunidad Europea, los Países Bajos, Austria y el Reino Unido también superarían a España como destino del blanqueo
[8] “El tráfico de mujeres y niñas con propósitos de explotación sexual es un mercado oscuro valorado en siete mil millones de dólares al año ... Es difícil saber cuantas mujeres han sido traficadas para explotación sexual ... Las cifras exactas no se conocen pero las agencias internacionales y oficinas gubernamentales estiman que cada año más de un millón de mujeres y niñas son víctimas del tráfico para explotación sexual” Hughes (2001) página 9. Subrayados propios.
[9] “El negocio de la prostitución mueve unos dos billones de pesetas al año ... en España hay, en la actualidad, unas 300.000 prostitutas, de las que un 70 por ciento procede de países extranjeros y algo menos de la mitad se encuentra en situación ilegal ... según los datos oficiales, el 50 por ciento de estas mujeres son de nacionalidad colombiana, un 10 por ciento proceden de los países del este de Europa y un 6 por ciento son nigerianas”. Declaraciones del comisario jefe de Seguridad Ciudadana de La Coruña en el I Foro Internacional de Galicia sobre prostitución que se celebra en Vigo. La Razón, Noviembre 18 de 2001. Subrayados propios. “Se calcula que el 39% de los españoles ha solicitado en alguna ocasión los servicios de una prostituta. En la actualidad se estima que hay más de 300.000 mujeres que comercian con su cuerpo en España y que casi la mitad lo hacen atrapadas por mafias internacionales” Resumen del reportaje de Antena 3 sobre la prostitución emitido en Julio de 2000. El Mundo Julio 17/2000
[10] Ver la presentación detallada de los indicadores construidos a partir de las estadísticas sobre contagios de VIH/SIDA y atenciones en los centros de diagnóstico de enfermedades de transmisión sexual en CAP (2002).
[11] En efecto, dentro del conjunto de sociedades para las cuales se dispone de información sobre la incidencia del sexo casual, España ocupa el penúltimo lugar, con tan sólo un 10% de los hombres que reportan tal tipo de comportamiento, y superando tan sólo a Portugal. Ver resultados de las encuestas disponibles para distintos países en World Bank (1997) Confronting AIDS: Public Priorities in a Global Epidemic. Oxford University Press
[12] Relativos al número de trabajadoras sexuales que han acudido a los centros y consultas para el diagnóstico del VIH y al número de personas que acuden a las clínicas de enfermedades de transmisión sexual (ETS) ver al respecto diversas publicaciones del Centro Nacional de Epidemiología. Instituto de Salud Carlos III. Ministerio de Sanidad y Consumo
[13] Este resultado es consistente con el seguimiento del comercio sexual realizado por la Guardia Civil en las carreteras españolas en los dos últimos años, de acuerdo con el cual el número total de trabajadoras sexuales extranjeras se habría incrementado de manera sustancial. Ver CAP (2002)
[14] Ver el detalle de estos ejercicios en CAP (2002)
[15] Datos de la Oficina Central de Represión de la Trata de Seres Humanos (OCRTEH) citados en L´Humanité, Mayo 19/2000. Estas cifras coinciden con las suministradas por el Comisario para la represión del proxenetismo http://www.hivnet.ch/migrants/news/2000/05/000519g.html
[16] Cifras estimadas en un estudio realizado por Emakunde. El Correo Bilbao – El Correo Español Febrero 10 de 2002
[17] Encuestas realizadas en algunos países de origen sugieren que, por ejemplo, los Turcos recurren más a los movimientos irregulares (más de un caso en cinco) que los marroquíes o los originarios de Ghana (uno en diez). Encuesta realizadas en sitios de destino muestran que en ciertos países es mayor la proporción de quienes intentaron entrar o alargaron su estancia sin papeles. En España, dependiendo del lugar de origen, la proporción de irregularidad varía entre el 37% y el 51% sin contar a quienes rehusaron responder tal pregunta: entre el 15% y el 17% entraron a la península indocumentados y entre el 20% y el 36% prorrogaron su estancia más allá del tiempo permitido (Eurostat 2001)
[18] Ley Orgánica 4/2000 sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social. BOE 12 de Enero de 2000.
[19] Entre Marroquíes y Senegaleses que emigraron a España el 69% y el 59% respectivamente reportan haber contado con información suministrada por familiares radicados previamente en la península (Eurostat 2001).
[20] Estimando una regresión lineal entre el número de regularizados y los residentes. El porcentaje de ilegalidad depende de si la estimación se hace por nacionalidades (30%) o por provincias (24%). Esta cifra coincide con estimativos anteriores que señalaban un sub registro de extranjeros del orden del 25%.
[21] Se estima una regresión, en términos logarítmicos, del número de inmigrantes ilegales en función de los residentes por nacionalidades y por provincias. En el primer caso la proporción explicada de la varianza es del 89%; cuando el ejercicio se hace por provincias tal cifra se reduce al 58%.
[22] O sea que lo que se podría denominar la elasticidad de la inmigración ilegal al número de residentes, es mayor cuando el cálculo se hace con los datos de destino (1.15) que a partir de los de nacionalidad (0.91).
[23] Lo que se podría llamar la elasticidad de los inmigrantes problemáticos al número de residentes extranjeros es bastante mayor por provincias (1.30) que por nacionalidades (0.78).
[24] Así, para un aumento del 10% en el número total de extranjeros en una provincia cabe esperar, de acuerdo con los datos del proceso de regularización, un incremento del 13% en el número de inmigrantes ilegales en situación problemática. A su vez, el mismo incremento en el número de extranjeros de una determinada nacionalidad implicaría un aumento en la inmigración ilegal perniciosa del orden del 8%.
[25] La doble condición de España como polo turístico de Europa y punto de acogida de inmigrantes suramericanos tendería a reforzar este escenario.
[26] El 18% de los Europeos entre 15 y 64 años la han consumido al menos una vez y un 6% lo han hecho en los últimos 12 meses (OEDT 2000)
[27] Entre los países que realizan encuestas de consumo.
[28] Entre el 1% y el 5% de las personas entre 16 y 34 años las han consumido alguna vez. Luego de un incremento durante los noventa, el consumo de éxtasis se habría estabilizado, mientras que el de anfetaminas podría seguir aumentando (OEDT 2000).
[29] La experimentación con heroína, por el contrario, se mantiene en niveles relativamente bajos. Los potenciales nuevos consumidores se muestran precavidos con respecto a este producto, y el nivel de dependencia entre consumidores habituales –una población ya envejecida y con problemas de salud- permanece estable.
[30] Para el cannabis, la mayor parte de este incremento se explicaría por una igualación de la prevalencia entre hombres y mujeres en el rango de 15 a 24 años. Mientras que en 1995 la proporción de mujeres que reportaron consumo en los últimos 30 días era del orden del 3% para 1999 había aumentado al 8% OED (2001)
[31] Para esta sustancia la feminización del consumo también ha sido importante, al punto que, en el año 99 las prevalencias del consumo esporádico en el grupo de 15 a 19 años eran mayores entre las mujeres que entre los hombres.
[32] En algunas comunidades autónomas –como Cataluña, Murcia o Valencia- la cocaína representó en 1999 cerca de la mitad de las admisiones a tratamiento. (OED 2001)
[33] En 1999 el consumo de cocaína se mencionó en el 48% de los casos de urgencia por reacción a sustancias psicoactivas, contra un 41.9% de menciones de heroína. La cocaína provocó cerca del 40% de esas urgencias, mientras la cifra correspondiente para la heoína fue del 33%. Esta tendencia de una mayor implicación de la cocaína que la heroína en las urgencias se había detectado en años anteriores en las grandes ciudades. (OED 2001)
[34] United Nations Office for Drug Control and Crime Prevention (UNDCP)
[35] En el año 2000, por ejemplo, las capturas de cocaína en el aeropuerto de Bruselas se duplicaron con relación a las del año anterior.
[36] Por lo general se considera que la información relativa al número de incautaciones, y que incluye aquellas pequeñas que se hacen a los minoristas es un mejor indicador de las tendencias del mercado que las cantidades incautadas cuya cifra se ve con frecuencia distorsionada por algunas aprehensiones excepcionalmente grandes.
[37] Y el segundo, después del Reino Unido, en términos del número de incautaciones. Para ese mismo año, las cantidades incautadas de heroína en España –un poco más de una tonelada- fueron las terceras de Europa, detrás del Reino Unido (2.3 Ton) e Italia (1.3 Ton). (EMCDDA 2001).
[38] Para ninguna de las sustancias ilegales sintéticas, por el contrario se destaca España en materia de incautaciones.
[39] No sólo en términos de las cantidades decomisadas, por tratarse del producto más voluminoso, sino del número de incautaciones, el cannabis se destaca claramente dentro del conjunto de acciones emprendidas contra la droga en la comunidad europea.
[40] Sin embargo, puesto que en los últimos dos años el volumen incautado ha permanecido relativamente estable -el Plan Nacional de Drogas reporta para el 2001 una cifra my similar a la observada dos años atrás- esta tendencia podría haberse revertido recientemente.
[41] En cuanto a la heroína, por el contrario, tras un continuo aumento a finales de los ochenta, las incautaciones, tanto en número como en cantidad, se han estabilizado a nivel de la Unión Europea. Su precio también parece haberse estancado e incluso en algunos países, entre ellos España, se ha dado una mayor disponibilidad de heroína más barata. En los últimos dos años, las cantidades incautadas de heroína en España descendieron aún más para situarse en menos de media tonelada en el 2001. Datos del Plan Nacional de Drogas citados por El País, Enero 4 de 2002. Para las drogas sintéticas –anfetaminas, éxtasis y LSD- se observa que tras un aumento constante durante los ochenta, tanto las cifras de incautaciones como las cantidades se habrían estabilizado e incluso mostrarían leves reducciones.